Poniendo las cosas en su lugar

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Rachel

"—¿Sentiste ganas de probarla?— La pregunta me ofende.
— Obviamente no, pueso morir si lo hago, además, echaría a la basura un proceso que me tomó meses. Un proceso que me alejó y me hizo sufrir a mí y a mi familia— respondo—. ¿Cómo crees que voy a querer probar algo así?
—  Es que escuche que los drogadictos...
— No soy una drogadicta— corto el discurso.
—  Perdón, no quiero ofenderte.— Se lleva la mano a la boca—. Sé que no lo eres, soy una insensible.
Toma mis manos y me lleva contra ella.
— Si necesitas ayuda en algo, no dudes en hablarme—  me dice—. Soy tu amiga y estaré para lo que necesites. Te prometo que hablaré con Liz."

Respiro profundo en un intento de controlar mis impulsos.

— Mira Gema no tengo nada en contra tuya o de Liz, a pesar de que he pasado por alto sus comentarios fuera de lugar, se que es importante para ti, pero supongo que eres consciente de que se ha pasado esta vez.

El agarre que sostenia se deshace y toma distancia.

— Lo sé y de verdad te pido una disculpa, es que Liz siempre ha sido impulsiva.
— El problema no es ese, sino el hecho de que las cosas podian terminar muy mal, se la vive jactandose de ser buena soldado, pero hoy ha demostrado que esta lejos de serlo.
— ¿A que te refieres con eso?
— A que somos soldados en un papel que puede costarnos la vida, y ella en lugar de asumirlo y ponerse a trabajar solo se pone con jueguitos estúpidos.

Me mira ofendida, pero intenta disimularlo, tardé, porque ya he descubierto un quiebre en su papel de mujer perfecta.

— No es así, ella solo queria aligerar el ambiente contigo.
— ¿Conmigo?
— Sí, Liz siente que no te caemos bien, cree que si te molesta lo mío con Christopher y por eso nos evitas a pesar de que ya hable contigo.
— Pues vaya manera de "aligerar" las cosas, como te sentirías si yo intentara hacerlo diciendote que me encantaria volver a coger con Christopher.—Me tengo que tragar la carcajada que quiere brotar cuando su cara demuestra lo que piensa. No me quiero imaginar como se pondria si le digo la verdad.
— No le encuentro la gracia a eso.
— Pues yo tampoco se lo encontré a lo que hizo tu amiga. Así que dile que actue como una persona normal y no como una maldita loca que pide atención a gritos, de lo contrario sí que tendremos problemas y no les gustará saber de qué puedo ser capaz.
— ¿Es una amenaza?
— Yo no hago amenazas solo advertencias.

Meredith interrumpe lo que estaba por decir, me mira de manera despectiva y ambas se van luego de recordarle cual es su rutina. Lo mío es diferente, yo hare un show privado, lo único bueno es que quien pague por el espectáculo no podrá tocarme. Una mujer viene por mi y la sigo hasta una pasarela de cristal. La subasta comienza y termina ganando la cabina siete, quien pago por el show debe ser un pervertido, solo alguien así gastaria 60 mil dólares por una mujer a la que no podrá tocar.

Termino frustrada, pense que lo de la cabina me ayudaria a mi libido, pero termine peor, el maldito pervertido me detuvo cuando iba a correrme, por un pequeño instante hasta imagine que era Christopher quien se encontraba del otro lado, incluso se quedo las bragas como el coronel ha hecho cientos de veces.

Lo único que deseo es llegar a dormir, hoy no fue un buen día y dudo que mañana sea uno mejor.

Christopher

La noche acabo mejor de lo que pensé, el correrme como antes me ayudo a liberar el uno por ciento de la tensión que cargo día con día, los shows como los de esta noche no le aportan nada a la misión, incluso la atrasan más al no tener a suficiente gente trabajando en ello, pero si me seguirán beneficiando a mi, no me importa.

Llegó al pent house de madrugada el teléfono no me deja de sonar con llamadas y mensajes de Gema, en estos momentos lo que menos me apetece es tenerla cerca, no estoy para aguantar sus cursilerías. Llegó a mi habitación y termino por apagar el teléfono antes de dejarlo sobre la mesita de noche, saco de mi bolsillo lo que compre en la subasta, me deshago del boxer y el pantalón mientras me acuesto, llevo la mano a mi polla y comienzo un sube y baja, evocó los acontecimientos de esta noche y a medida que voy acrecentando el ritmo el pecho se me comienza a acelerar, recuerdo sus movimientos, el sonido de sus gemidos inundando mis oídos, me lamo los labios mientras acelero aún más los movimientos de mi mano, termino explotando al evocar los tatuajes que decoran su piel, aquella que me muero por saborear otra vez, dejo que la prenda que obtuve esta noche recoja los fluidos de mi eyaculación. Finalmente dejo caer la cabeza en la almohada y cierro los ojos consiliando el sueño con un par de ojos azules en la mente.

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⏰ Última actualización: Jul 18, 2023 ⏰

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Lo que nunca debió suceder (Chrischel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora