Capítulo 11: Primero eres tú.

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¿Quién podría preparar a un padre para la sorpresa que acababa de escuchar? 

Frente a él, la mujer solo rió, como si la expresión en su rostro fuera la peor posible. ¡Su hijo tenía cinco años! No había razón para preocuparse por romances a esa edad. Kakashi se masajeó la sien, sintiendo solo una rivalidad proclamada en lugar de lo que realmente estaba ocurriendo. ¿Qué estaba pasando? Él no había experimentado eso cuando estaba en la escuela, al menos no que recordara. Quizás se debía a su comportamiento, siempre demasiado sombrío. Kushina lo había llamado "fantasma" cuando se conocieron.

Pero ¡nunca había besado a nadie! "No, cálmate. Son niños, solo niños", se dijo a sí mismo.

—Tranquilo, Kakashi, si te lo tomas muy en serio, podrías explotar —intervino la anciana, pero él no podía dejarlo así. Necesitaba respuestas para decidir si debía enfrentar a los padres de ese niño que aún no entendía lo que le enseñaban—. De todas formas, nos vemos mañana.

—Gracias por traerlo —la mujer se despidió con un gesto, restándole importancia. Había sido así desde que el llanto de Naruto no la dejó dormir cuando tenía un año. Si no fuera por ella, muchas cosas se le habrían escapado de las manos, como en ese momento.

Kakashi negó para sí mismo, más que eso. —Naru, garrapata.

—¡Papá!

—¿Fue un accidente? ¿Cómo... cómo terminó mi querido hijo así? —preguntó mientras tomaba la mano de Naruto, quizás para calmarlo o para calmarse a sí mismo. Después de todo, seguía siendo solo un niño. Lo puso en la encimera de la cocina mientras abría el refrigerador para buscar su jugo favorito. —¿Puedes contármelo?

—Fue Sakura, ella... ella dijo que en realidad no nos odiábamos, solo peleábamos. ¡Tampoco odio tanto a Sasuke! Pero... Sasuke se enojó. ¡Ese tonto! Me besó aquí —tocó con su dedo su regordeta mejilla atigrada—. Luego dijo que yo era tonto.

Kakashi asintió como si un peso se hubiera levantado de él al escucharlo. Aún podía mantener la inocencia de su hijo. Sonrió mientras tomaba la caja vacía de jugo de sus manos. —Entonces, ¿no odias a Sasuke? —Naruto negó y bajó la mirada—. ¿Te gustaría ser su amigo? —Naruto asintió.

Había resultado más fácil de lo que pensó. Había ideado tantos planes, buscando una manera de calmar la ira de su querido hijo-hermanito. Y al final, se resolvió de manera tan simple. A veces, el anciano Hiruzen tenía razón con lo que decía. Sintió cómo los pequeños brazos lo rodeaban mientras el niño rubio balbuceaba contra su pecho. ¿Y ahora qué? No tenía ni idea de lo que significaba, pero respondió al abrazo de manera instintiva.

—Papá... ¿mis padres también tuvieron problemas en la escuela? —preguntó contra él.

Kakashi permaneció en silencio, tratando de recordar todo lo que podía sobre ellos. Después de todo, no ocultaría nada sobre sus padres al pequeño niño que tanto lo sacaba de quicio. —Tengo entendido que tu madre solía pelear mucho.

—¿Y mi papá?

—Él solía detener esas peleas.

—¿Y mi pá?

¿Él? —Yo era el mejor alumno de mi clase, porque pelear era aburrido. Prefería ignorar a mis compañeros que tener todo el cuerpo dolorido.

—Entonces, ¿alguien besó a mi papá para evitar que peleara? —preguntó, levantando la mirada hacia él. Esos ojos proclamaban peligro. Cerró los ojos por su propio bien.

Kakashi negó—. Eso nunca pasó, porque besar es algo que haces con las personas que quieres, con las personas que están en tu corazón —golpeó con su dedo índice su pecho, donde se encontraba su corazón. Escuchó una risa—. ¿Comprendes?

Tú y yo, contra el mundo 「au」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora