Capítulo 7: ¿Padre o hermano mayor?

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Azules y grandes.

Así eran los ojos del niño que ahora se encontraba ocupando gran parte de su cama, mientras daba miradas analíticas a todo lo que lo rodeaba. Trataba de identificar qué era todo, y Kakashi solo podía observarlo en silencio mientras se acomodaba el aro de sus lentes para que no se cayeran de su nariz. Kakashi miró fijamente las páginas del informe que tenía frente a él, la luz tenue de la lámpara sobre su escritorio creaba sombras inquietantes en su rostro. En la habitación, solo se oía el suave crujir del papel mientras pasaba las hojas meticulosamente escritas por Minato.

En el informe, se detallaban las actividades del grupo "Animals" durante los últimos años: actos violentos, asesinatos a sangre fría, sabotajes y otras acciones de naturaleza criminal. Cada página era un testimonio escalofriante de la brutalidad de estos individuos.

La investigación de Minato también arrojaba luz sobre la posible conexión que el grupo tenía con la tragedia sobre el secuestro de varios niños para sacrificios. Los nombres de algunos miembros estaban resaltados con notas al margen, la mayoría eran apodos con los que pudieron identificarlos. A medida que avanzaba en la lectura, Kakashi sentía cómo aumentaba la rabia dentro de él.

"¡Malditos sean!" pensó Kakashi mientras apretaba los puños con furia contenida. Si bien él era alguien entrenado, sabía que enfrentarse solo a un grupo de semejante peligro sería una locura. Ya no estaba solo.

Kakashi tomó una pluma y comenzó a hacer anotaciones en el margen del informe, señalando posibles pistas y debilidades del grupo "Animals". Había estado en situaciones difíciles antes, pero esta vez sabía que su corazón estaba más involucrado de lo que solía estar.

Acarició el puente de su nariz mientras escuchaba los balbuceos de Naruto, quien ahora parecía estar al pendiente de él.

—¿Qué? ¿Tienes hambre? —más balbuceos como respuesta. Ni siquiera sabía por qué le hablaba así a un bebé que aún no tenía el tiempo suficiente como para entender una palabra, y mucho menos una oración. Miró el libro infantil revuelto entre las páginas blancas—. Sabes, Naruto, esto no funciona para nada. Ni siquiera sé qué dices. Si hubiera estado Kushina, quizás habría entendido sin problemas lo que dirías.

Kakashi suspiró y cerró los ojos por unos segundos, para luego darle una leve sonrisa hacia Naruto. La punzada en su pecho aún seguía. Los extrañaba demasiado, era cuando más deseaba que estuvieran junto a él, para por lo menos regañarlo por la manera tan perezosa como él vivía. Anhelaba escuchar sus voces por cualquier cosa. Los grandes ojos del pequeño Naruto se cristalizaron, y se acostó a su lado.

—¿También te sientes triste? ¿Los extrañas mucho? —Kakashi tomó a Naruto y lo colocó sobre su pecho, acarició su mote de cabello rubio, tratando de calmar sus hípidos—. Lo sé, es difícil estar sin ellos... eran tan geniales, fuertes y demasiado soñadores... pero eran... nuestros padres.

Otros balbuceos, y los sollozos se fueron deteniendo. Kakashi respiró hondo, impregnándose del peculiar olor a bebé que emanaba Naruto, incluso a la leche que siempre tomaba. ¿Era eso común? Porque dedicaba buen tiempo al baño que necesitaba tener. Dio algunas palmaditas sobre su pequeña espalda, sintiendo la calidez del cuerpo del bebé en contraste con su propia piel. Una conexión especial comenzaba a forjarse entre ellos, un lazo que iba más allá de los lazos de sangre.

Mientras Naruto se aferraba con sus manitas a la sudadera de Kakashi, el joven se dio cuenta de que ya no estaba solo, de que tenía una nueva responsabilidad en su vida. Cuidaría de Naruto como su hermano, siguiendo la promesa silenciosa que les había hecho. A pesar de la tristeza y el vacío que dejaron su partida, el pequeño traía consigo una chispa de esperanza y felicidad que poco a poco comenzaba a iluminar el corazón de Kakashi.

Tú y yo, contra el mundo 「au」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora