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Tras decirle ello a mi hermano, le aventé encima los pequeños pedazos del cheque he intenté volver a la sala con Awita.

ーReconsideralo Jardred, tienes el tiempo contadoー.

Suspiré pesado y volví al salón, está vez para hablar con Elo y Clemente, debíamos sacar a Awita del peligro.

Ellos se fueron en el auto de regreso a la mansión, yo los seguí de cerca sobre los tejados, escoltándolos en caso de un ataque.

Al final acordamos quedarnos todos en la mansión para poder proteger a Awita...

A partir de esa noche nada volvió a ser igual, apenas dormía o comía, no dejaba de planificar cómo salvar a Awita ni mucho menos...

Sin darme cuenta, casi se cumplía un mes.

ーTengo que salir, no me esperenー.

Les avisé a todos antes de cruzar el umbral, se habían quedado perplejos, pero es que desde esa noche apenas y les dirigía la palabra.

ーEspera, Jardred!ー.

Awita me sujetó de una esquina del abrigo y me miró a los ojos como si estuviera a punto de llorar.

ーNo estás así por mi culpa, verdad?, O estás molesto conmigo?ー.

ーIdiota, jamás podría molestarme contigoー.

Lo abracé con fuerza y al separarme le sonreí para calmarlo.

ーTengo que salir ahora... no tardaré más de tres días esta vezー.

Todos estaban cabizbajos pero me dejaron ir... ahora debía hacer algo de lo que me arrepentiría después...

Después de un largo día de caminata, llegué a la base de Antonello, con un nudo en la garganta toqué mi código de siempre.

Pasé y llegué hasta el anciano, quien al verme entrar, corrió a todos sus guardaespaldas, como si supiera a qué iba y quisiera facilitarme las cosas.

ーAntonello... yoー.

ーNo digas más... sé que ocurre, y se que vienes a tomar la mejor desiciónー.

Él se sentó en su gran sillón y cerró los ojos.

ーYo te esperoー.

Con un nudo en la garganta me acerqué, saqué la venda de la bolsa de mi pantalón y me posicioné tras de él.

En un movimiento rápido ejercí presión sobre su arrugado cuello y contuve las lágrimas.

ーLo lamento, de verdad lo lamento... ha sido como un abuelo para mí ... ー.

Me sorprendió decir aquello entre lágrimas... si que sería un día horrible.

ーLo... entiendo... estás... haciendo... lo... mejor... por... Awita... y... te... lo... agradezco...ー.

Me contestó entrecortado por la falta de aire... bajé la cabeza odiándome por tener que hacer eso.

ーAl final no puedo dejarlo morir... he recurrido a esta solución tan extrema para salvarle... ya que después de que usted se vaya... todos irán solo tras de mí... pero tampoco me veo capaz de matarleー.

Solté el agarre, escuché como Antonello volvía a respirar agitado y me sentí terrible... como salvaría a ambos?!

ーEres idiota Jardred, debiste matarmeー.

ーNo puedo...ー.

Solté sin más, como si mis fuerzas se hubieran ido ahí también.

ーEntonces... creo que me provocaré un paro cardiacoー.

𝓕𝓸𝓻 𝔂𝓸𝓾 [𝐀𝐰𝐢𝐝𝐫𝐞𝐝]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora