You?

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El sonido de la alarma no despertó a HanBin ese día, no había podido conciliar el sueño dándole vueltas al todo de su cabeza. Se vistió con mayor rapidez que de costumbre, bajó a la cocina y cogió cualquier cosa de la encimera.

Se despidió con la excusa de llegar tarde, aunque ya todos en casa conocían que no lo hacía. Pedaleó a la estación y tomó el tren, miró por la ventana y sonrió al ver su reflejo, algo en él había vuelto a despertar, se sentía como un niño esperando un nuevo día de clase.

Bajó en la estación de la universidad y trató de tranquilizarse mientras subía las escaleras, se paró frente a la misma de ayer. Antes de empujar la puerta volvió a preguntarse lo que hacía, sin embargo, antes de responderse a sí mismo su cuerpo reaccionó, solo para encontrarse con la amarga realidad. El chico del violín no estaba allí.

HanBin pasó claramente decepcionado, se sentó en su sitio y apoyó su cabeza. Esperó, aún guardaba esperanzas de que apareciera, se imaginó que quizás venía en tren y había habido problemas o que estaría en un atasco, que su bicicleta se rompió. Cualquier excusa era válida si conseguía extinguir el desasosiego de su pecho. Nunca lo supo, nunca llegó.

El día continuó como lo había estado haciendo 2 años más. La decepción y el sentimiento de estupidez comenzaron a perseguir a Sung quién empezó a concienciarse de olvidar lo sucedido sintiéndose avergonzado. El bloque en su pecho volvió a aparecer de nuevo.

Por la tarde tenía sesión de estudio en el piso de Matthew, éste no acababa de dominar el coreano a pesar de haber vivido años en el país, por lo que siempre que tenía dudas acudía a su hyung. El canadiense vivía en un piso de estudiantes internacionales por lo que era bastante común que cambiara de compañero cada año o incluso cada semestre.

HanBin subió las escaleras del edificio y tocó la puerta de Matt, la conocía perfectamente, la 502, había estado allí miles de veces. Esperó a que su amigo le abriera, no obstante, la persona que lo hizo no era la esperada. El cuerpo del pelinegro se sobresaltó, sus ojos se abrieron levemente y su boca se entreabrió.

Delante de él estaban esos ojos dulces y esa cabellera morena, aunque ya no portaba su ropa elegante ni su violín. Sung volvió a mirar al número de la puerta creyendo equivocarse, no lo hacía.

-Tú... -musitó HanBin no pudiendo ocultar su incrédula sonrisa. El contrario se encontraba igual de sorprendido, no pudiendo tampoco articular palabra ante la situación.

-¡Hyung! -Gritó Matthew desde dentro del cuarto, se acercó para encontrarse con una escena un tanto descolocante. -¿Hyung?
-Matthew-ah, este es...

-Soy Zhang Hao... -terminó por articular el moreno con un tono tímido. HanBin sonrío, su pregunta había sido respondida con satisfacción, su corazón se revolvió con una tonta alegría.

-Sung HanBin -respondió con su tono característico que hizo que Hao sonriera. Después de eso hubo un silencio que permitió a Sung poder procesar todo lo que estaba ocurriendo y poder seguir moviéndose en una conversación que deseaba seguir abordando pero que se vio acabada por el moreno.

-Perdona, tengo que salir ahora... -Se disculpó Hao.-

-Claro, no te preocupes -sonrió el pelinegro maldiciendo por dentro. Se despidió con la mano y le dejó salir del apartamento torpemente.

-Matthew miró la escena desde atrás, sin entender qué era lo que acababa de suceder. Miró a los ojos de su amigo y luego a los de su compañero de cuarto, algo en ellos, en esa mirada generó una cierta disconformidad en él... Apartó la mirada y cerró la puerta cuando Sung pasó, intentó actuar de la manera más normal.

-¿Conocías a Hao, hyung? -preguntó con curiosidad y un resquicio de miedo.

-No realmente, le escuché tocar el violín ayer.

- ¿Toca el violín? -Matt se calmó-

-¿No lo sabías?

-Le conocí hace un par de días, es callado y no suele decir mucho, no sé si es porque es tímido o porque su coreano es peor que el mío. -bromeó. HanBin río con él.
-Supongo que ya le conocerás mejor Matthie. Espero que tengas también la oportunidad de oírle tocar... No sé cómo explicarlo, pero fue desconcertante. -Sung sonrió de manera inconsciente. Matt conocía de cierta forma esa sonrisa, pero prefería ignorar su significado, de todas formas, no se conocían...

La tarde prosiguió con normalidad. Al anochecer HanBin se despidió y volvió a casa. Se subió al tren y miró por la ventana volviendo a encontrarse con su reflejo, su sonrisa era amplia, más que la de esta mañana.

-Zhang Hao...-musitó con delicadeza, como si tuviera miedo de que, al decirlo fuera a romperlo, a volver a desaparecer. Río ante su propia estupidez y cubrió su cara. No entendía porque ese nombre, ese chico, estaban generando tanta ilusión en su cabeza. Quizás era un juego, quizás era algo nuevo, quizás se cansaría, quizás mañana se despertaría con la misma aspereza que hace una semana. Había tantos quizás, que HanBin prefirió dejar de pensar en ello.

Sacó un cuaderno de pentagramas y lo apoyó con cuidado en sus piernas, tomó un boli e intentó reproducir las notas que había escuchado en aquella melodía que, al escucharla supo no estaba terminada. Escribió torpemente sobre la hoja, parando para pensar o para recordar su torpeza, a veces frenaba un largo tiempo y se intentaba auto convencer de que era una tontería, que el ahora con nombre, Zhang Hao era un genio comparado con las tristes claves que estaba dibujando. Su parada acabó llegando y la partitura se quedó a medias.

Broken Melodies - HaoBinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora