Guilty

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Aunque no había clase aquella mañana por las festividades de otoño, Zhang Hao se había despertado temprano. Se revolvió en la cama intentando encontrar su ropa, perdida entre las sábanas y el suelo. Miró al chico dormido a su lado antes de levantarse a preparar el desayuno, apreció sus rasgos y recordó como se habían conocido.

Huang era un par de años mayor que él, eso era lo que le había atraído en primer lugar. El sentir que a su lado estaba protegido, como le trataba, con todas las comodidades y cariños. Había perdido la cabeza por él en tan solo unas semanas, y desde entonces no se habían separado. Él había sido su primero en todo, y pensaba que sería también su último, pero desde hace unos meses comenzaba a dudar de ello. Quizás sería el tiempo, o que se habría hartado de él, porque ya no era el mismo  niño de aquel entonces, feliz y lleno de esperanzas, ahora era más serio, callado y pensativo.

Eso le recriminaba, cambiar, madurar, pero la vida no había sido fácil ¿Cómo podría seguir siendo el mismo cuando había sido Huang quien en primer lugar había cortado sus alas? Solo quería que siguiera con él, pero todo tiene un precio en la vida, y ambos estuvieron dispuestos a pagarlo, aunque nunca pensaron en el resto de consecuencias.

Acabó por levantarse, ahora perseguido por aquel peso en el pecho que dificultaba su respiración y que hacía que resoplara más de lo normal. Aquella ansiedad había aparecido unos años atrás, cuando aquel amor que creía eterno comenzaba a tambalear. Preparó café e intentó cocinar algo de desayuno. Aunque no era su fuerte, se esforzó por hacer algo comestible. Cuando su novio se levantó fue a la cocina en su búsqueda, encontrándose con unos fideos, que claramente no tenían buena pinta a pesar del esfuerzo y el cariño puesto en ellos.

-Creo que pediré algo para desayunar...¿Quiéres que te pida algo? -Hao le miró, con esos grandes ojos que no podían ocultar su decepción. No era suficiente, así se sentía, y aquella acción agravó el dolor en su pecho.

-No, no te preocupes...-musitó mientras se sentaba a comer su propio platillo, no quería llorar, porque sabría que solo sería señalado de nuevo. El almuerzo fue callado, Hao no podía hablar y su novio no sabía qué decir...

El móvil de Hao se iluminó, era un mensaje de Matthew:

"Hemos quedado en el río Han, pediremos comida para hacer un picnic. Binnie-hyung me dijo que te había invitado ¿Quiéres que vayamos juntos hasta allí :D?"

-Hao sonrió al leer el mensaje y respondió cálidamente a la propuesta del canadiense. Solo quería que llegara el momento, porque todo sería mejor que seguir en aquel aire que se cortaba con cuchillo.

-¿Quién te escribe? - Preguntó su novio que venía de recoger su delivery-

-Mi compañero de cuarto, quiere que cenemos juntos esta noche.

-Su novio asintió. Aunque no le gustaba la idea, esa noche trabajaba, no podría retenerle a su lado, pero trataría el resto del día de quitarle la idea de la cabeza.

Hao se pasó el resto del día encerrado en el apartamento, escuchando los quejidos de su novio que aumentaban las ganas de querer irse. Cuando por fin llegó la hora, se dirigió a su casa, donde Matthew le esperaba preparándose para salir. Se cambió deseando que esa noche cambiara algo, que le hiciera feliz y joven otra vez, para que todo volviera a ser igual, para que volviera a sentir que era suficiente para una persona que nunca estaría satisfecha.

Cuando llegaron, HanBin ya se encontraba en el parque, junto a él varios chicos ayudando a colocar las cosas. No pareció darse cuenta de su llegada, se encontraba concentrado, contando los cubiertos con cuidado. Hao se acercó mientras se tomaba el tiempo de apreciar su perfil, fijando su atención en aquellas largas pestañas, Zhang era guapo, lo sabía, pero siempre había echado de menos unas pestañas largas como las de Sung. Observó como las batía con cuidado, acompañando a aquellos ojos llenos de brillo y determinación, que terminaron por encontrarse con los suyos, generando un escalofrío que recorrió la columna del moreno de arriba a abajo.

-¡Has venido! ¡Mi yogurt ha sido recompensado! -Hao solo pudo reír por su dulzura.-

-¿Yogurt? ¡Hyung ya te estás deshaciendo de tu desayuno otra vez! -Matthew le regañó al escucharle, se preocupaba por él, porque hacía ya tiempo que los problemas de Bin con la comida estaban mejorando y ahora parecía volver a empeorar. Hao se sobresaltó al escucharlo, acaso le había robado su desayuno.

-¿Era tu desayuno?

-No te preocupes. -Terminó por responder Sung, que claramente quería acabar con aquella conversación. Zhang se sintió mal por ello, había devorado el yogurt delante de él y ni siquiera le había preguntado si quería, volvió de nuevo aquel pesar, temiendo que tampoco fuera bueno para él.

Broken Melodies - HaoBinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora