CAPITULO 1

1.2K 60 5
                                    

Enero, 2023

Viernes por la noche, mi abuela y yo haciendo un delicioso pastel de tres leches, mi favorito.

Hace unos días llegó un vecino nuevo, me sorprendió mucho ya que nadie había querido comprar esa casa durante un par de meses.

Mi abuela me da indicaciones de cómo decorar el pastel y yo las sigo, ella es la que sabe. Al poco rato mi abuela me sacó de mis pensamientos.

-Tienes algo cariño?- dijo mirándome sonriente

-No abue, ¿que decías?-

-¿Puedes ir a dejárselo al vecino? Me duele la pierna y me voy a dar un baño- dijo refiriéndose al pastel.

-Claro, lo acabo, me cambio y voy- asentí, la verdad es que no quería salir pero le hacía tanta ilusión que no pude negarme.

-Gracias cariño-

-¿Sabes cómo se llama? Para preguntar por él-

-Escuché por ahí que se llama Federico-

¿Federico?

Parecía ser broma, hacía muchos años que soy fan de un Federico, Fede Vigevani. Hace unos días anunció que se mudaría de su antigüo departamento a una casa propia.

Rápidamente acabamos de decorar y me apresuré a cambiarme más decente, cuando estuve lista toqué en el cuarto de Abi, mi abuela.

-Pasa cariño-cuando abrí la puerta la encontré acostada en la cama, parecía con sueño

-Ya me voy abue-

-Con cuidado hija-

-No tardo mucho, me llevo las llaves-

Cerré lentamente su puerta para no asustarla, me puse mi chamarra, agarré el pastel y las llaves, salí de casa, guardé las llaves, me puse rápidamente los guantes y empecé a caminar en dirección a la casa que llevaba meses sin ser vendida, hace varias semanas que no pasaba por ahí.

Voy a paso rápido, no quiero enfermarme ya que hace un frío muy intenso y apenas son las 11 a.m.


Llevo varias veces tocando el timbre y no hay señales de que alguien salga de esa casa, toqué el timbre una última vez y al ver que seguía sin salir alguien me dí la vuelta decidida a irme.

Comencé a dar unos pasos cuando escucho que abren el zaguán en el que momentos antes estaba parada, lentamente me dí la vuelta y en ese momento casi caigo desmayada.

No lo podía creer.

De este zaguán salió Fede, Fede Vigevani, estaba emocionada. Regresé rápidamente, me quedé ahí parada, sin saber que decir, no quería echar la oportunidad a perder, era la primera vez que algo salía bien en esos últimos meses.

-Hola, ¿a quién buscas?-preguntó viendo la caja que llevo en las manos al ver que no dije nada.

-Mi abuela dijo que había un vecino nuevo por acá y quiso darte un detalle de bienvenida-dije nerviosa y le extendí la caja color azul en la que se encuentra el pastel.

-¿Quién es tu abuela?-preguntó tomando la caja.

-Es la señora Abi, vivimos en la casa de
allá-señalé mi casa que apenas era visible por la distancia.

-Dile a tu abuela que muchas gracias, igual gracias a tí...-dijo esperando a que le dijera mi nombre.

-Hashlye, un gusto Fede-

-Gracias Hashlye, un momento...¿Cómo sabes mi nombre?-preguntó confundido.

-Soy tu fan desde hace años, me emociona tenerte frente a mi-las manos me sudaban.

-En serio? Me alegro tener una fan por acá, ¿Cuántos años tienes?-

-Tengo 14, en Junio cumplo 15-

-¿Quieres pasar a comer una rebanada?-preguntó de repente señalando al pastel, me tomó de sorpresa su pregunta, rápidamente iba a aceptar pero recordé que tenía que cuidar a mi abuela.

-Me encantaría, pero cuidaré a mi abuela-

-Será en otra ocasión entonces, gracias de nuevo-

-A tí-

-¿A mí? ¿Por qué?-

-No lo sé-reí un poco nerviosa

Él sólo soltó una pequeña carcajada y nos volvimos a despedir, dí la vuelta y empecé a caminar hacia mi casa, llegar no me tomó ni 5 minutos.

El resto del día estuve emocionada contándole a mi abuela sobre Fede y lo feliz que estaba.

¿Sólo eso? [Lukas Urkijo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora