7 - Gran Maou Sirzechs

194 13 0
                                        

Abrí mis ojos reconociendo mi alrededor. Estaba en mi hogar. Recostado sobre un futon.

Al parecer, tras caer inconsciente alguien me trajo a mi departamento.

Me encontraba junto a ambas chicas, Reynare y Asia. Ambas dormidas.

-Que día... - Dije satisfecho de mis anteriores acciones.

Me escabullí como pude, escapando de ambas mujeres. Tome un poco de mi lata de cerveza, y simplemente me recoste en un destrozado sofá. Cual había encontrando tirado en la calle.

Mire el sofá, recordando las palabras de mi abuelito.

-"¡Ahorra! ¡Deja de gastar dinero en bolucedes ¡pedazo de..!"-

-Haaaa... Que recuerdos - Dije, sintiendo un hormigueo al recordar mi niñes.

Extrañaba a mi familia, deseaba estar junto a ellos aunque solo fuera en un sueño.

Sin esperarlo, mi visión se puso borrosa. Pero no derrame lágrima alguna, simplemente sentía aquel sentimiento, aquella sensación de intranquilidad y preocupación. Simplemente estaba triste.

Supongo que esta bien. Estar feliz siempre puede ser algo perjudicial... ¿Verdad?

.      .     .

Salí a la calle, comenzando a caminar, sin rumbo.

Simplemente era algo que yo hacia al sentirme de tal manera.

Camine hasta llegar a la fuente donde issei muere ante reynare.

Había pasado mucho tiempo desde que llegue a esta nueva vida. Conocí a gente nueva y disfrute de nuevas sensaciones...

Repentinamente, un grupo de hombres de túnicas blancas se acercaron a mi.

-Hola, joven. ¿Podemos ocupar un momento de su atención? - Pregunto el que encabezaba el grupo.

Algo hacia que desconfiara... Su sonrisa... Esa no era la sonrisa de un "santo"

-Bueno, de todos modos, ya lo estas haciendo - Dije mientras suspiraba.

El hombre chasqueo los dedos, y el grupo se disperso por los alrededores.

-Deseábamos hablar sobre un grupo, una organización de la iglesia.. Los hijos de dios.. - al pronunciar lo ultimo, su rostro se volvió momentaneamente serió, frío, a mi parecer.

El hombre continuo - Nos dedicamos simplemente a reunir candidato con grandes habilidades, para seguir la palabra del señor - Esto ultimo lo diría con un perverso rostro carente de algún "rasgo de pureza"

-Los hijos de dios... - Aquel nombre me era familiar, como si hubiera escuchado en alguna parte de ellos en mis tiempos de buscar información de cada novela ligera que leía...

-No, no deseo unirme - Dije parándome de mi asiento. Algo me decía que la cosa se pondría fea.

-Si no están con nosotros.. Estás en contra... - El hombre chasquearia sus dedos, y los hombres regresaron a colocarse detrás del hombre.

Mientras todos estábamos en silencio, el cielo de un bello y frío azul oscuro estrellado.

-Matenlo - Dijo mientras sonreía de una forma macabra.

Algunos de los presentes se alzaron al vuelo, con alas negras de cuervo.

-*Sif..* *Feehu...*  Escuchen, lo diré solo una vez. No deseo unirme o ser aliado de algún bando *Crehak*- Comenze a tronar mis nudillos, sabiendo que los caídos son un montón pelotudos con oídos sordos.

Yo en DxD (Sin revisar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora