Abrí mis ojos reconociendo mi alrededor. Estaba en mi hogar. Recostado sobre un futon.
Al parecer, tras caer inconsciente alguien me trajo a mi departamento.
Me encontraba junto a ambas chicas, Reynare y Asia. Ambas dormidas.
-Que día... - Dije satisfecho de mis anteriores acciones.
Me escabullí como pude, escapando de ambas mujeres. Tome un poco de mi lata de cerveza, y simplemente me recoste en un destrozado sofá. Cual había encontrando tirado en la calle.
Mire el sofá, recordando las palabras de mi abuelito.
-"¡Ahorra! ¡Deja de gastar dinero en bolucedes ¡pedazo de..!"-
-Haaaa... Que recuerdos - Dije, sintiendo un hormigueo al recordar mi niñes.
Extrañaba a mi familia, deseaba estar junto a ellos aunque solo fuera en un sueño.
Sin esperarlo, mi visión se puso borrosa. Pero no derrame lágrima alguna, simplemente sentía aquel sentimiento, aquella sensación de intranquilidad y preocupación. Simplemente estaba triste.
Supongo que esta bien. Estar feliz siempre puede ser algo perjudicial... ¿Verdad?
. . .
Salí a la calle, comenzando a caminar, sin rumbo.
Simplemente era algo que yo hacia al sentirme de tal manera.
Camine hasta llegar a la fuente donde issei muere ante reynare.
Había pasado mucho tiempo desde que llegue a esta nueva vida. Conocí a gente nueva y disfrute de nuevas sensaciones...
Repentinamente, un grupo de hombres de túnicas blancas se acercaron a mi.
-Hola, joven. ¿Podemos ocupar un momento de su atención? - Pregunto el que encabezaba el grupo.
Algo hacia que desconfiara... Su sonrisa... Esa no era la sonrisa de un "santo"
-Bueno, de todos modos, ya lo estas haciendo - Dije mientras suspiraba.
El hombre chasqueo los dedos, y el grupo se disperso por los alrededores.
-Deseábamos hablar sobre un grupo, una organización de la iglesia.. Los hijos de dios.. - al pronunciar lo ultimo, su rostro se volvió momentaneamente serió, frío, a mi parecer.
El hombre continuo - Nos dedicamos simplemente a reunir candidato con grandes habilidades, para seguir la palabra del señor - Esto ultimo lo diría con un perverso rostro carente de algún "rasgo de pureza"
-Los hijos de dios... - Aquel nombre me era familiar, como si hubiera escuchado en alguna parte de ellos en mis tiempos de buscar información de cada novela ligera que leía...
-No, no deseo unirme - Dije parándome de mi asiento. Algo me decía que la cosa se pondría fea.
-Si no están con nosotros.. Estás en contra... - El hombre chasquearia sus dedos, y los hombres regresaron a colocarse detrás del hombre.
Mientras todos estábamos en silencio, el cielo de un bello y frío azul oscuro estrellado.
-Matenlo - Dijo mientras sonreía de una forma macabra.
Algunos de los presentes se alzaron al vuelo, con alas negras de cuervo.
-*Sif..* *Feehu...* Escuchen, lo diré solo una vez. No deseo unirme o ser aliado de algún bando *Crehak*- Comenze a tronar mis nudillos, sabiendo que los caídos son un montón pelotudos con oídos sordos.
ESTÁS LEYENDO
Yo en DxD (Sin revisar)
FanfictionTras morir, dios me revelaria que el final de mis dias no era el momento donde yo debía de fallecer, por lo que me permite renacer en otra realidad, con deseos... Soy malo para las descripciones :|
