Capitulo 24

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Haerin pov:

Al día siguiente, Minji me había informado que saldría con alguien. Aquello me tenía muy curiosa, desde hace unas semanas que se la pasa saliendo con alguien después de la Universidad. Tenía muchas ganas de preguntar a quién estaba viendo, pero prefería esperar a que ella quisiera contármelo cuándo se sintiera lista. Yo tenía toda la intención de sentarme sola, pero, a medida que pasaban las horas de la mañana sentía la casa aún más vacía. Le eché una ojeada a la calle, estaba despejada y el día estaba demasiado hermoso cómo para salir a caminar. Tomé unas cuantas de mis cosas alistándome para salir, no sin antes tomar una mascarilla, lentes de sol y un gorro.

-Bigotes- llamé a gran voz escuchando su collar a lo lejos, no tardó mucho en llegar al lugar dónde me encontraba. -Saldré un momento, te he dejado todo lo que necesitas, ya vuelvo ¿si?-el felino se acercó y me permití besar su cabeza antes de salir por la puerta. Respiré profundo el aire limpio de aquella mañana, entonces comencé mi caminata, no sabía dónde terminaría pero esa era la idea, explorar nuevos lugares. Era fantástico el número de tiendas que había por calle, me sorprendía cada vez más y eso que yo vivo aquí pero es cómo si no lo conociera del todo.

Caminé muchas calles sin tener un plan en mente, pero mi estómago hizo presencia, tenía mucha hambre, entonces divisé un restaurante. No era de aquellos de lujo que solía visitar pero comida era comida, eso es lo importante. Una vez dentro pedí una mesa y amablemente me cedieron una de las mejores que había en aquel lugar, se encontraba en una esquina junto a una ventana y alguna que otra planta, me permitía pasar un poco más desapercibida pero a la misma vez estar pendiente al resto de las mesas.

-Me están dando ganas de vomitar- escuché un murmullo a lo lejos. No le tomé mucha importancia en ese entonces pero la siguiente voz me tomó por sorpresa.

-Tranquila cariño, todo estará bien-elevé mi vista en segundos encontrando a la dueña de aquella voz tan familiar, a su lado se encontraba una chica rubia que sujetaba su brazo y le sonreía algo sonrojada.

-¿Minji...?-susurré en voz baja, casi inaudible. Tomé una de las cartas que había en la mesa y cubrí mi cara intentando pasar desapercibida. Me encontraba nerviosa, no era a propósito el encontrarla aquí ¿Cómo iba a saberlo?

"De seguro va a pensar que la estoy siguiendo, que soy una hermana celosa y psicopata qué espantará a todas sus novias"

Cerré los ojos pensando en cómo retirarme del lugar sin ser vista, pero las posibilidades eran nulas, si o si debía pasar por aquella mesa.

-Disculpe señorita ¿ya desea ordenar?- tenía a un jóven muy apuesto y de sonrisa amplia delante de mí esperando con su libreta en mano. Balbuceo algunas cosas del menú y le intento brindar la misma sonrisa, cuándo se retiró volví a mirar a la mesa de más allá. Aquella chica con cuidado tomó ¿creo que es sopa de algas? Con sus palillos y lo llevó con sumo cuidado a la boca de Minji, saqué mi lengua ante ese gesto, ella se veía sonriente pero no estaba segura de si se encontraba feliz. De todas formas se acercó al oído de la contraria susurrando quién sabe que cosa, pero está solo se limitó a sonreír con nerviosismo y sus mejillas se pintaron de rojo.

-Quizás que porquerías sucias le dijiste Kim Minji- negué con la cabeza, sabía a la perfección los coqueteos y las frases que utilizaba Minji para coquetear, esperaba que al menos esta chica fuese distinta al resto, ya qué sabía de sobra qué la pelinegra no pasaba más allá de una noche con las demás.

Minji volvió su atención al plato, ignorándola. Ella miró hacía todos lados y pasó su mano por el muslo de mi mayor. -Ah, atrevida...-musité elevando una ceja. -Quién lo diría, te veías cómo una niña buena-no pasó mucho tiempo y Minji ya estaba tocando de más entre las piernas de la rubia. Aquello me puso incómoda ¿le importará que los demás veamos ese tipo de actos? Resoplé prefiriendo terminar mi comida, estaba bastante buena a decir verdad, debía volver aquí más seguido. A excepción de cuándo Minji venga a pues, lo qué siempre hace.

La rubia se encontraba bastante desesperada ante los toques de mi hermana ¿tan buena era? Es decir, sólo la vi besarle el cuello y unos cuántos toques... o eso quería pensar, la verdad no soy experta en eso, yo aún soy virgen debido a que no he encontrado a la persona indicada pero estaba bien para mí, no era algo relevante en mi vida. Luego de ello las dos se fueron cogidas de la mano. Cómo si nada hubiera pasado, la pelinegra le guiñó el ojo a la rubia y salieron corriendo. Fue entonces cuándo me di cuenta a dónde se dirigían.

-Ese intercambio de miradas, los toqueteos, los besos en el cuello, los jadeos de ella...-pensé un poco más- ay no...-golpeé mi frente.

"¡Ojalá que en mi sillón no! Me lo va a ensuciar y costará sacar es mancha de pues... esa cosa y es capaz de hacerlo por toda la casa, aparte Bigotes las verá y el pobrecito quedará traumado"

-¿Todo bien señorita Kang?- asentí dejando que el chico retirara cada platillo de la mesa, entonces me acerqué al mostrador a pagar todo lo que había consumido.

-Una consulta, no es por ser entrometida ni nada pero... las chicas que estaban en esta mesa recientemente ¿pagaron?- el chico observó la mesa y abrió su boca sorprendido. No se había dado cuenta de que se habían ido hace más de 10 minutos.

-Y-yo... ay Dios, perderé mi empleo por esto-me sentí muy mal por él, se veía muy preocupado y no me agradaba en lo absoluto las acciones de Minji, teníamos dinero cómo para que no pagara absolutamente nada.

-Tranquilo, yo pagaré por ellas, supongamos que conozco a una de esas chicas, entonces lo haré cómo un favor.- se negó alrededor de tres veces pero finalmente terminé pagando con mi tarjeta mi comida junto a la de mi hermana.

-Muchas gracias, enserio, no sabría cómo agradecerle este lindo gesto señorita Kang-sonrió de forma muy amable.

-No es nada...-leí su placa- ¿Sunoo?-pregunté a lo que asintió con una enorme sonrisa. -Pero ¿podrías mantenerme reservada esa mesa que ocupé? Es qué es un buen lugar y pienso comer más seguido aquí. -asintió dándome nuevamente las gracias y finalmente salí a la calle otra vez. 

-¿Haerin?- se oyó una voz a lo lejos, quité mi vista de mis pies divisando a una chica correr hacía mi. En un principio me asusté creyendo que era una de esas fan's acosadoras, pero al tenerla más de cerca supe de quién se trataba.

-¡Hyein!-abrí mis brazos y le permití abrazarme. Extrañaba esto sin duda alguna, pero por cosas de la vida y el destino no podíamos vernos muy a menudo. -mírate, estás toda una adolescente, haz crecido bastante ¿no te parece? -sonrió cómo siempre

-Puede ser, pero eso es dónde no me haz visto, Unnie-hizo un puchero y no pude evitar sentirme mal, ella tenía razón, yo me había alejado de forma espontánea de ella.

-Lo lamento, tienes razón. Pero te prometo que desde ahora intentaré estar más cerca. Es bueno volver a verte ¿qué tal todo?- le extendí mi brazo y lo agarró con felicidad, no sabía a dónde iríamos exactamente pero quería pasar al menos un rato con ella. De todos modos no fue sorpresa para mi terminar en una tienda de helados.

-¿Desde cuándo exactamente no te ves con Danielle?-preguntó la menor disfrutando de su helado, sabía que apenas nos sentáramos saldría este tema a colación, pero esta vez tenía respuestas a todo.

-Siguiente pregunta-no tenía ganas de recordar desde cuándo no la veía, la respuesta era obvia pero yo ya estaba cambiando en muchos aspectos, quería olvidar el pasado y esto era parte de el.

-¿Y haz tenido novia? -esto de pronto era un interrogatorio, todo se trataba de mi y si intentaba preguntarle esquivaba mi pregunta con otra, sin duda una tramposa.

-No y tampoco deseo tenerla, estoy enfocada en otras cosas-miré hacía ella y sonreí.

-¡Ay Haerin! Serás de esas ancianas solitarias y sin amor ¿quién cuidará de ti?- mi sonrisa se esfumó, aquello no era muy  alentador. De todas formas ¿que tenía de malo?

-¿Acaso tú tienes, enana?-asintió orgullosa sacando su celular y me enseñó muchas fotos de su novia dejándome con la boca abierta. -Pero... ¿Cómo es posible? ¿En que momento?

Until I found Her... | DaerinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora