CAPÍTULO 8: Nuevo compañero

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-Agh, joder, eso sí que fue duro de ver. Dios mío, ¿por que razón tenía que tener la manta tantos agujeros para visualizar el entorno?.-decía Adriágolas frotándose los ojos y levantando la sábana que les ocultaba.

-¿Adriágolas, que era eso?.-preguntó Hornet aún conmocionada.

-Segúndo me dijo mi hermana son sombras, valga la redundancia. Son como tú, pero a la vez no y a su vez, mucho más peligrosas.

Hornet solo se limitó a mirarle con una cara como de que acaba de decír una obviedad como un templo.

-Si, ya lo he visto, no estoy ciega pero ahora desearía estarlo.-Decía también frotándose los ojos.

-Eh, pequeño, ¿estás bien?.-le pregunto Adriágolas.

-Brutal.-se limitó a responder.

-Vale, escuchad. Esas cosas son atraídas mediante vibraciones y estímulos proximos. Así que procurad no correr o aterrizar en el suelo de una manera muy fuerte. Ah, y que no se me olvide, nunca, nunca, pero nunca robeis algo de sus nidos. Son como una especie de bolas anaranjadas.

El grupo permaneció unido durante un largo recorrido. Encontrándose con muchas más arañas y evitandolas de manera milagrosa. Adriágolas se sentía súper emocionado al ir súper precavido, se sentía como los protagonistas de los cuentos que le leía su hermana. Pero Hornet por el contrario, tenía el pulso muy acelerado y aún por encima cargaba al pequeño. El cuál, usaba un poco de la tela del atuendo de su hermana para camuflarse.

-Vale, no debemos de andar muy lejos.-dijo Adriágolas.

-Puedes llevar tu al fantasma, ¿por favor?.-preguntó Hornet. Adriágolas asintió agarrando al pequeño y poniéndolo de nuevo en su hombro.

Adriágolas le hizo una señal a Hornet para que parase debído a que se encontraban frente a la guarida de las arañas.

-mhm...lo que me esperaba, un nido grande.-dijo.

-¿¡No me jodas, en serio!?.-exclamó Hornet.

-Cállate que nos van a descubrir.-le susurró.

Unas cuantas arañas se alertaron y observaron en la dirección de donde provenía el ruido, pero Adriágolas había sido lo suficientemente rápido como para actuar y esconderse junto con Hornet y el fantasma tras una columna hecha de telas de araña.
Las arañas dejaron de prestar atención, así que Adriágolas se asomó para observar el entorno.

-Vale, la estructura del lugar ha cambiado drasticamente pero... ¿podéis ver esa entrada al templo de piedra?, ahí es. Yo los distraeré y vosotros bajáis por aquel hueco y continuáis todo recto. Estoy seguro de que les ha enseñado respeto a las arañas y que estas no querrán entrar donde él bajo ninguna circunstancia. Habéis entendí...¿que es eso?.-dijo mirando a un capullo que se movía a su lado.

-¡mmmhmmmh!.-sonaba en su interior.

Adriágolas se tomó toda la calma y precaución del mundo para abrir el capullo y preparo su aguijón por sea caso. La sorpresa de Adriágolas al ver que se trataba de un insecto normal y de color azul que al pequeño fantasma y a Hornet les resultaba familiar fue bastante incómoda. Sin embargo, Adriágolas sólo se limitó a sonreírle.

Ambos se miraron por unos instantes.

-Disculpa...¿y tú quien eres?.-le pregunto Adriágolas extendiendo su mano para ayudarle.

-Me llamo Quirrel, un aventurero.

-Oh, vaya, que conveniente. Oye... ¿como acabaste aquí?

-Bueno, me dirigía de camino a Bocasucia hasta que cuatro arañas se tiraron encima de mí y me secuestraron. Me resistí pero al final solo acabé amordazado de pies a cabeza y envuelto en seda.

Hollow knight: Tears of void Donde viven las historias. Descúbrelo ahora