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Lewis

Estaba apagada. Brillaba, pero se apagaba. Me daban ganas de chocarme contra Carlos en cada GP para ver si se estampa de una puta vez. No lo hacía por ella, porque sabía que me llevaría la bronca del siglo.

-Te hace daño, me tiene harto.

-Da iguaaal.

-¡No! No lo da. ¡Valórate, en serio!

-No me grites.

-Lo siento -me indigna. Me indigna mucho-. ¿Él te grita? ¿O te hace algo? -ya me lo creía todo.

-¿Qué? No.

-Pues menos mal porque ahí sí que cojo y la arranco la cabeza con un sacacorchos.

-Deja de suponer cosas, anda.

-Es que te apaga, y me preocupo.

-Nooo... estoy bien.

La miré a los ojos fijamente, hasta que se creyera lo que acababa de decir. Porque ni yo, ni mi perro, ni el vecino nos lo teníamos por creído.

No entendía el por qué me preocupaba tanto por ella, ni por qué le había cogido tanto cariño, pero aquí estamos.

Alisson

Intenté dejar atrás los problemas con Carlos y mostrar mi mejor sonrisa con él. Yo solo no quería problemas. Pero él no era tonto, y sabía que yo por dentro no estaba bien.

-¿Salimos a cenar? -miro a mi novio.

-¿A dónde?

-Me da igual.

-Lo digo porque estoy cansado, si es lejos...

-Pues nada, duerme -me levanto de mala gana.

-Pero no te pongas así...

-Estoy harta, Carlos. Harta.

-¿De qué? Si no te he hecho nada.

-De ti.

Frunció el ceño.

-Pues si tan cansada estás vete con el gilipollas inglés ese.

-¡El gilipollas inglés ese me hace más caso que mi puto novio!

-¡Pues si tan contenta estás con ese tío vete con él! -gruñó.

-Pues me voy.

Empiezo a coger mi ropa del armario, mientras él miraba con cara de no creérselo. Hombre no. No voy a tolerar este tipo de mierdas. Ya he tolerado muchas cosas, no más.

-¿Vas en serio?

-¡Voy en serio! El puto perro de Hamilton me hace más caso que tú.

-Pues vete con él y el baboso de su perro si tanto me odias.

-Vete a tomar por culo -cerré la maleta y fui a la puerta.

No dijo nada más, se quedó mirándome enfadado, y me fui. Mi amiga tenía razón, es un gilipollas. Fui a la habitación de Hamilton, era con el que mejor me llevaba de los demás. Su perro ya ladraba detrás de la puerta, y cuando abrió, me mira, y se le cambia la cara.

-Goddamn... -dejó ir.

-Hola.

-Pasa. Pasa, y dime qué ha pasado.

-Lo he dejado -dejo la maleta a un lado de la cama y el perro viene hacia mí de una.

-Ah. No quiero alegrarme, pero es que me alegro. Lo siento.

𝘴𝘵𝘢𝘳𝘣𝘰𝘺 Libro 1 [terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora