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Lewis

Ya pasaba un mes de que había dejado al imbécil de Sainz, y ese mismo estaba empezando la fase de arrastre por algo que no ha sabido valorar. Ella no sabía qué hacer. Se había venido a todas las carreras con nosotros desde entonces y Carlos aprovechaba para intentar recuperarla. Pero yo tenía bien claro que iba a adelantarlo, porque no quería que volviese a pasar ningún daño.

–¿Quieres salir a cenar hoy?

–Síí.

Desde entonces, este mes también se ha empezado a juntar con más chicos de aquí, uno de los que más era Alonso y Lando. Alonso era en pocas palabras su padre no biológico, casi la trataba como tal. Era un tío de puta madre. Me apostaba lo que fuera a que cuando nos vieran salir se pondrían tontos y nos dirían que esta noche hay candela. Ojala…

–Me visto y nos vamos.

–Lo mismo te digo.

–Vaale.

Acabé esperándola, la fui a buscar, y justo salía de su habitación. Estaba… dios mío. Me la comía con los ojos. Era, estaba, es preciosa.

–Estás preciosa.

–Tú también.

Pero yo sabía que todas las miradas se las iba a llevar ella, porque estaba realmente preciosa. Nos subimos al coche y nos fuimos. Me la llevé a un restaurante no muy lejos que sabía que le gustaría. Era un sitio súper bonito y estaba muy buena la comida. Nos sentaron en una mesa al lado de un ventanal que nos dejaba ver la ciudad iluminada.

–Es una pasada.

–Sabía que te gustaría –sonreí.

–Pues sí.

–¿Qué tal con Carlos? –que no se noten los celos, claro que sí…

–Bueno… bien.

–¿Bien?

–Sí.

Asiento.

–Estamos quedando más ahora.

Uuyyyy Carlitos… Tu Ferrari peligra. Como le vuelvas a hacer daño… Si caigo, te arrastro conmigo, porque en cuanto me estampe contigo si no te mata tu coche te matará el mío. Eso ha sonado muy macabro y psicópata de mi parte, tal vez tendría que dejar de ver tantas películas.

–Despierta.

–Dime –la miré a los ojos.

–Te decía que cómo vas tú con las tías.

–Bien, no he conocido a ninguna más, estoy mejor solo –Mentiroso.

–Bien entonces.

–Me gusta poder hacer lo que quiera, aunque creo que tengo que dejar de ser un estúpido de solo una noche para tener a una que valga verdaderamente la pena. Ya no tengo veinte años para ir así por la vida…

–Piensas bien –asentí.

Tal vez, ella no me querría nunca, y ella no era para mí. Pero echándose para atrás no se ganan títulos, ¿verdad?

Alisson

Me sentía súper bien con la compañía de Lewis. Me sentía querida. Además siempre tenía planes con él. Tenía iniciativa, me gustaba eso. A veces soltaba al perro por el pasillo, el peque sabía dónde estaba mi habitación, y rascaba la puerta. Y a veces llevaba cosas colgadas del cuello. El otro día llegó con una cajita colgando del collar.

–¿Y esto? –miré al perro extrañada.

Él simplemente se sentó en el suelo como si esperase que la abriera.

𝘴𝘵𝘢𝘳𝘣𝘰𝘺 Libro 1 [terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora