[ 𝙊𝙉𝘾𝙀 ]

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Dejamos a Minho en la casa de uno de sus amigos y quedamos en vernos en la playa más tarde para regresar a casa juntos y así lograremos evitar sospechas. Felix condujo hacia la cafetería en donde nos estarían esperando las chicas, según el plan del rubio tomaremos algo primero, charlaremos un poco de cosas triviales y después nos dirigiremos a la fiesta. Yo iba distraído viendo el móvil, una y otra vez mientras revisaba que el número que mi hermanastro me había dado tuviera todos los dígitos correspondientes.

—¿Estás bien? —preguntó sin quitar la vista del camino.

—Sí, no te preocupes —sonreí y bromeé—. Sólo son gases, he bebido muchos refrescos últimamente.

—Eres un tonto, yo también estoy algo nervioso —rió mirándome por un momento—. Hoy quiero volver a besarla.

—Bueno… no creo que eso sea muy conveniente —comenté jugando con mis manos—, ya sabes no trajiste un cepillo de dientes o goma de mascar y si comes tu aliento no será de lo mejor.

—¿Piensas que soy un aficionado? —señaló a un lado de su asiento— Vine preparado, por algún lugar debe estar un pequeño spray sabor cereza.

—Tú siempre lo tienes todo calculado —aparté la mirada.

—Por favor, búscalo por mí y rocíame un poco —me pidió sonriente—. Quiero estar listo.

Puse los ojos en blanco y me agaché para comenzar a buscar el maldito spray entre los asientos, aquel lugar parecía una cueva llena de “tesoros” bastante asquerosos. Tuve que moverme un poco más, ya que no podía ver nada y de repente toque algo que estaba pegajoso, lo tomé en mis manos sacándolo rápidamente para ver de qué se trataba.

—¡Mierda Felix! —arrojé el preservativo por la ventana— ¡Eres un asco!

—Eso no es mío, lo juro —dijo sorprendido—. Maldito adolescente hormonal, no volveré a prestarle mi coche a Changbin.

—Espera un segundo… me estás diciendo que eso pegajoso —lo miré asustado—, no era del condón.

—Depende del color —contestó y volteó a verme— ¡Tienes semen de Changbin en tus manos!

—No, no, no —pasé mis manos por sus jeans velozmente.

—¡Hyunjin! —gritó frenando de golpe. 

—Dios, necesito ir a un baño con urgencia —sacudí mis manos—. Me siento sucio.

—Yo también porque gracias a ti —dijo molesto—, ahora tengo esperma de uno de nuestros amigos en los pantalones.

—Tú te lo buscaste —sonreí.

Él se me quedó observando por un momento.

—¿Qué? —pregunté nervioso.

—Tienes algo en los labios —señaló mi boca.

Llevé mis dedos a estos intentando quitar lo que tenía y me di cuenta de lo que había hecho cuando el rubio comenzó a reír.

—¡Eres un idiota! —lo golpeé sintiéndome asqueado.

—Tú te lo buscaste.

Nos detuvimos a mitad del camino para limpiarnos, ya que no queríamos tener rastros del moreno en nosotros y finalmente llegamos al bar. No pude evitar quedarme paralizado antes de atravesar la puerta, pero no logré escapar porque mi amigo me dio un pequeño empujón y tuve que volver a caminar. El lugar se encontraba repleto de personas riendo, charlando e incluso había un karaoke.

Las chicas estaban sentadas en una de las mesas alejadas del murmullo, maldita sea ya ni siquiera podría distraerme con los cantantes aficionados. Diana no tardó en vernos y nos saludó, para luego señalar los lugares vacíos frente a ellas.

𝙃𝙔𝙐𝙉𝙅𝙄𝙉, 𝙀𝙍𝙀𝙎 𝙐𝙉 𝘿𝙀𝙎𝘼𝙎𝙏𝙍𝙀 / 𝙃𝙔𝙐𝙉𝙇𝙄𝙓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora