[ 𝙑𝙀𝙄𝙉𝙏𝙀 ]

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Me encontraba en clase de biología escuchando atentamente lo que la profesora iba explicando, ya que tendríamos un examen la próxima semana y debía aprobar o mi padre me mataría por reprobar una vez más. Por otro lado, Hesseo está planeando unas pequeñas vacaciones familiares y aunque sea difícil de creer me gusta la idea. Un bollo de papel cayó sobre mi libro, me volteé y vi al rubio haciéndome una seña para que lo abriera.

La abrí rápidamente y leí aquella nota: "Estuve buscando un empleo y creo que encontré uno perfecto, también quiero que me acompañes porque... Ya sabes, no me gusta la idea de ir solo y terminar atrapado en tráfico de órganos."

Regresé la vista a mi mejor amigo y levanté el pulgar asintiendo.

[...]

Era martes por la tarde y también nuestro primer día de trabajo en un supermercado, nuestra jefa no era muy amable. Sin embargo, no podíamos quejarnos porque necesitábamos el empleo y no queríamos arruinarlo tan pronto. Felix tenía asignada la tarea de ordenar las góndolas, etiquetar y luego ir a la caja registradora.

-Muy bien -le señaló una fila de cajas-. Ordena todo por marcas y costo, que no se te ocurra mezclar las salsas y aderezos. No son lo mismo.

-Bien -el rubio asintió alejándose de nosotros.

-Y tú ve a la caja registradora -me observó-, espero que seas bueno en matemáticas y ágil con las manos porque te tocará la caja rápida de hasta diez productos.

-¿No podría comenzar con algo más sencillo? -pregunté nervioso- Puedo ayudar a ordenar a mi...

-No -me interrumpió colocando sobre mi cabeza la gorra del uniforme-, arregla tu chaleco y ve a trabajar, niño.

Caminé hacia mi lugar asignado y me ubiqué detrás de la caja registradora, por suerte no había mucha gente. Pude ver al rubio a unos metros cargando unas cajas, casi se tropieza en el camino con una de ellas. Una anciana se acercó a mí y yo me quedé viéndola por un momento.

-Buenos tardes -colocó los productos sobre la cinta transportadora.

-Oh, cierto -sonreí tomando el lector de códigos de barras-. Buenas tardes y gracias por su compra.

-Eso se dice al finalizar la compra -mi jefa me corrigió pasando detrás de mí rápidamente.

La tarde fue bastante tediosa, pero resistimos y nuestro turno ya casi terminaba. Una señora caminó hacia el mostrador sonriendo y dejando los productos a un lado.

-¿Eres nuevo? -me interrogó.

-Hoy es mi primer día -asentí.

-Diablos, me olvidé de buscar la leche -dirigió la vista hacia la sección de envasados.

-Descuide, se lo pediré a uno de los repositores -miré al rubio y le hice una señal para que se acercara a nosotros.

-¿Qué sucede? -preguntó apoyando los brazos en la cinta.

-La señora se olvidó de buscar leche -comenté viéndolo- ¿Podrías traerme las que necesite?

-Por supuesto, ya voy por ellas -me dio unas palmaditas en el hombro.

-Necesito dos galones -sonrió y mi mejor amigo corrió en su búsqueda-. Muchas gracias, muchacho.

No pude evitar reír como tonto.

-Es bonito y también parece ser muy dulce -me observó.

-Lo es.

-¿Ustedes son amigos o...

𝙃𝙔𝙐𝙉𝙅𝙄𝙉, 𝙀𝙍𝙀𝙎 𝙐𝙉 𝘿𝙀𝙎𝘼𝙎𝙏𝙍𝙀 / 𝙃𝙔𝙐𝙉𝙇𝙄𝙓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora