𝙃𝙔𝙐𝙉𝙅𝙄𝙉, 𝙀𝙍𝙀𝙎 𝙐𝙉 𝘿𝙀𝙎𝘼𝙎𝙏𝙍𝙀 / 𝙃𝙔𝙐𝙉𝙇𝙄𝙓

[ 𝙎𝙄𝙀𝙏𝙀 ]

Huí lo más rápido que pude y antes de que el rubio pudiera darse cuenta de lo que había sucedido. Necesitaba encontrar a Seungmin con urgencia, así que comencé a buscarlo por todas partes y nada, subí las escaleras y me dirigí a la habitación de Changbin. Era el único lugar que no había revisado y también podría esconderme por el resto de mis días o hasta que acabe la fiesta.

Abrí la puerta e instantáneamente me quedé paralizado viendo aquella situación; Seungmin y Jeongin se hallaban completamente desnudos.

-Mierda, lo siento -cerré la puerta rápidamente.

¿Qué diablos está sucediendo con mis amigos?

Caminé por el pasillo, pero me detuve al escuchar la voz de uno de ellos. Me volteé apoyando mi espalda en una de las paredes y cubrí mi rostro con las manos mientras que Seungmin se colocaba la camiseta.

-Estábamos algo ocupados... -rió nervioso.

-Lo sé, pude ver perfectamente lo ocupado que estaban -bromeé, sin embargo se quedó en silencio-. Lo siento, soy un idiota.

-Sígueme, queremos hablar contigo -tomó mi mano.

-Yo sólo quiero hablar, nada de cosas raras -reí una vez más metiendo la pata-. Olvídalo, mejor cierro la boca.

Él asintió.

Los tres nos sentamos en la cama y ellos me dejaron en el medio, debo admitir que era algo incómodo tenerlos en silencio, todo sudados y en boxers. Ninguno se animaba a soltar la primera palabra hasta que decidí abrir la boca nuevamente.

-Fue una fiesta bastante peculiar -jugué con mis manos.

-Al diablo, mejor olvida lo que viste... -Jeongin me miró-, y haremos como si nunca hubiera sucedido.

Me levanté de la cama y caminé hacia la puerta, pero me detuve dándome la vuelta para verlos una vez más.

-¿Por qué no confiaron en mí? -pregunté dolido- Se supone que somos mejores amigos y ahora ustedes salen con esto, ni siquiera sabía que Binnie salía con alguien.

-¿Cómo dijiste? -dijo Seungmin sorprendido.

-Eso no importa ahora, nadie sabe de lo nuestro porque literalmente no existe -el moreno lo interrumpió-. No estamos saliendo, sólo nos divertimos de vez en cuando y sin compromiso.

-Ósea...

-Digamos que... somos amigos con derecho -suspiró el castaño-. Por eso no dijimos nada, ni siquiera pensábamos hacerlo.

-Me parece bien -asentí-, y puedo guardar el secreto.

Ellos me abrazaron, pero me aparté unos segundos después, ya que sentí algo raro cerca de mi pierna.

-Jinnie, interrumpiste un buen momento -Jeongin rió por lo bajo.

-Ya no quiero saberlo -negué a punto de huir otra vez-, ustedes continúen haciendo sus cochinadas y yo no diré nada.

-¿No quieres ver? -Seungmin preguntó bromeando.

-Por dios, eres todo un pervertido -dije saliendo aterrado de la habitación.