No soy el héroe

New York

Christian Wilson, un chico de 18 años.
Era alguien reservado, serio y sobretodo sarcástico, todos le temían, nunca se acercaban por el miedo a su padre Evans Wilson un narcotraficante de los más buscados. Buscará su aprobación robando un museo de joyas, donde no sabía que se encontraría al famosísimo Spiderman.

Peter Parker, el joven más adorable y amable que podría existir, quién diría que se enamoraría de una bestia. Solo quería tener una vida estable, no quería problemas, pero ese chico de rizos y ojos cafés con un toque de esmeralda hizo que descubriera algo que nunca sintió

Ambos tendrán sentirán esa chispa, el click del que todos hablan cuando se sienten enamorados o completos, solo que no esperaban que el universo los separara y el dolor los traicionara.

Un comienzo, un final y el robo de un corazón.

La lluvia se había intensificado al igual que los relámpagos y truenos. La habitación se quedó llena de silencio, ambos chicos se encontraban frente al otro, no sabían como empezar hasta que uno de ellos habló.

-Si tanto te gustaba ¿por que te fuiste?- las lágrimas amenazaban con salir y recorrer el pálido rostro del chico.

El silencio del contrario fue la respuesta que tanto esperaba.

-¿Crees que tienes el derecho a venir después de dos años a reclamar mi corazón? Todas las malditas noches venia a tu casa esperando a encontrarte, ¡jamas apareciste!- continuaba el castaño secando sus lágrimas con brusquedad

-¿Como puedes reclamarme cuando tu fuiste el primero en abandonarme? ¡Yo soy quien debería estar dolido! ¡Tú te fuiste con ella! ¡Me reemplazaste!- gritó austando al contrario pero no lo noto -La elegiste sabiendo que yo pude darte el mundo entero

El silencio volvió adueñarse de la habitación.

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