Capitulo 5

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Christian estaba devuelta en casa, todo de cuidar a la chica había acabado. Ahora estaba en su habitación con sus dos mejores amigos y uno de ellos era una persona.

Su cuerpo estaba boca arriba en cama con su perro encima de él mientras su otro amigo estaba sentado en la silla que usaba para su escritorio.

-Por favor dime que tu papá ya te va a dar la ciudad- dijo Jack aburrido del trabajo que le ponía su padre.

-No, aun no- le contestó mientras acariciaba el suave pelaje del can -Solo ten paciencia

-Como sea, ¿que hay del chico con el que te diviertes?

La risa de Wilson fue suficiente respuesta para Jack al saber que se está divirtiendo.

-Es lindo, se sonroja fácilmente- empezó diciendo recordando la vez que se topo con Peter en el pasillo.

-Suena a que te estas divirtiendo.

-Lo hago, me encanta su inocencia que quiero quitársela y dejarlo- dijo mirando al techo.

-Como a todos, por eso siempre las mujeres nos dicen que "todos somos iguales" y tu eres el verdadero ejemplo

-¿Taylor Switt te lo dijo?

-De hecho lo cantó- respondió Jack siendo un Switt de por vida.

-Concuerdo

-¿Y tiene nombre?- pregunto intrigado.

-Creo que liz dijo que se llamaba Peter- frunció el ceño tratando de recordar si fue así.

-Espera, espera, ¿es de la edad de la chica que cuidabas?

-Eso creo- dijo quitandole importancia

-Asaltacunas- murmuró Jack volviendo a su trabajo en la computadora -¡Auch!- se quejo el chico por el golpe que había recibido.

-Te escuche idiota.

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Caminaban por la gran ciudad de New York, estaba atardeciendo y los chicos decidieron pasear al golden retriever, se divertían siendo ellos mismos, solo dos amigos pasando un buen rato, olvidando que son hijos de mafiosos.

De un momento a otro pasaron a un tema serio.

-Quedan varias semanas para que te vayas a tus entrenamientos- anuncio con un tono apagado el ojiverde.

-Si- soltó con un suspiro largo.

-¿Crees estar listo?- preguntó pero ya sabía la respuesta.

Ninguno de los dos estaba preparado mentalmente con lo que venía. Sus padres quienes querían que se encargaran de la mafia por si algún día pasaba algo, mandarlos a un entrenamiento para que estén preparados, siendo muy jovenes.

Aún que desde niños han sabido muchas técnicas de pelea, este entrenamiento será diferente, porque ahora ya son adultos. Tendrán que aprender como matar y torturar y no es algo que todo el mundo quisiera aprender.

Chris se quedó pensando en todo lo que tenía que hacer siendo el rey de la mafia. Le encantaba la idea de que todos le temieron y lo respetaran pero algo en él le decía que estaba mal, se parece tanto a su padre que ya tiene la misma avaricia y codicia.

Queria demostrarle a su padre que era capaz de eso y mucho más, quería que su padre se sintiera orgulloso de él. Deseaba que los maltratos, los insultos, golpes, autolesiones, adicción al cigarro, traumas, entre otras cosas, valieran la pena. Quería ser el siguiente mafioso más temido, Christian Wilson y no su padre.

No soy el héroe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora