¿Trabajar con el Soukoku y Shin Soukoku era agotador?
Si, demasiado, se podría decir que hasta cierto punto ya era molesto. Pero aún así a sus jefes les importó un comino.
_ ¡¿Pero por qué tengo que ir con este idiota?! -se quejó un pelirrojo con su entrecejo fruncido-
_ Tómalo como unas pequeñas vacaciones y relajate -le sonrió con amabilidad Mori-
_ Jefe, con todo respeto... ¿Es estúpido?.. con todo respeto -sus palabras sorprendieron bastante a aquel doctor- ¡Si voy con él, lo menos que haré será relajarme!.. con todo respeto.
_ Oh vamos, Chuuya~ -sonrió un castaño apareciendo detrás de el y tomándolo por los hombros- No será tan malo estar solo tú y yo, juntos en un cuarto y-
_ ¿Ustedes dos? ¡Ja! Claro que no -se burló Mori-
_ ¿Eh? -miró confundido- ¿Entonces quién más va?
_ Claramente ustedes tienen que formar correctamente al Shin Soukoku, así que ellos también irán -habló Fukuzawa en un tono tranquilo-
_ ¡¿QUÉ?! -exclamaron los menores ante tales palabras.
_ ¡No quiero pasar mis vacaciones con la persona que quiere matarme! -se quejó el albino buscando compasión en los ojos de su jefe-
_ Y yo no quiero pasar las mías con el estúpido Jinko -habló el azabache con su rostro neutro de siempre-
_ ¡Dejen de quejarsé, que eso solo les sumará más días a sus vacaciones juntos!
Un silencio profundo llegó a aquella sala de juntas, las dos últimas generaciones del doble negro se dedicaban miradas de odio y.. de coqueteo, aunque eso solo era de una sola persona.
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