El delicioso aroma del chazuke lo despertó de inmediato, de un brinco ya estaba sentado en la cama.
_ ¿Pero que mierda? -se quejó el azabache frotando sus ojos-
_ ¿Cuánto tiempo dormimos? -preguntó confundido-
_ no lo sé y no me importa, quiero seguir durmiendo más -dio media vuelta sobre su lugar, dándole la espalda al menor-
_ oh vamos, ya huele a comida -dijo tratando de levantarse pero algo se lo impedía- eh.. Akutagawa..
_ ¿Ahora que quieres? -preguntó molesto, después de todo el solo quería seguir durmiendo sin molestar a nadie-
_ ¿Podrías soltarme? -murmuró algo bajo, estaba incómodo y sonrojado-
_ ¿Qué? Pero si ni siquiera te estoy tocan- ¡Rashoumon! -gritó sonrojado de igual manera-
La tela soltó las muñecas y tobillos del albino, dejando una leve marca roja en esas partes. Atsushi le sonrió a la tela que ahora había tomado la forma de un pequeño tigre.
_ eres tan adorable pequeño dragón -acaricia la cabeza de la habilidad-
_ no es un dragón -reclamó molesto Akutagawa-
_ ¿No? ¿Entonces que es? -preguntó curioso-
_ es un.. un.. ¿una tela? -murmuraba pensando una respuesta-
Después de todo y pensándolo mejor, nunca aprestó atención a la verdadera figura de su habilidad, siempre la había conocido como su ropa.
_ eres su dueño, ¿cómo es posible que no sepas?
_ cállate.
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Primero va ésta parte, luego vendrá la continuación del capítulo 11.
