¡Vacaciones Doble! - Skk & Sskk.

¡hora de dormir! • 4

Una vez que terminaron de organizar sus cosas en sus respectivos cuartos. Se dieron una ducha, y se pusieron sus pijamas.

Dazai tenía una pijama con estampado de momias. Aunque no le guste, lo usa por qué fue un regalo de Chuuya, y si no lo hace el pelirrojo se enojará por hacerlo gastar para nada.

Chuuya usaba una pijama de dragones rojos con su cabello suelto.

Atsushi usaba una pijama de tigre con orejas y cola.

Akutagawa solo se puso una pijama negra y un gorro del mismo color que en la punta tenía un pompón blanco.

_ Agh, mi espalda me mata -se quejó el pelirrojo-

_ ¿Eso quiere decir que no habrá diversión ésta noche? -preguntó con decepción el de vendas-

_ ¡Deja de decir cosas así con los niños presentes! -amenazó con su puño levantado-

_ Chuuya, no es como si no lo saben -argumentó señalando con su pulgar a ambos menores que estaban detrás suyo-

_ Disculpe Dazai-san, pero.. ¿Saber qué? -preguntó el albino-

_ Pues saber cómo tener se-

_ ¡Si lo pregunta es por qué no sabe, idiota! -golpeo la mejilla del castaño-

_ ¡Y si pregunta le respondo! ¡Sería lo más lógico ¿No creés?! -respondió sobando su acalorada mejilla-

El pelirrojo suspiro, claramente Dazai no sabía tratar con niños.

_ Atsushi -lo llamo captando toda la atención del nombrado- Tú.. ¿Cómo crees que se hacen los bebés? -preguntó tratando de ser lo suficientemente suave con el tema tan delicado que estaba por hablar con el menor-

_ Pues como todos... -sonrió- Mamá tigre los trae en una manta y los deja en la entrada de los orfanatos, luego los padres van a buscar a su bebé -explicó dejando a todos perplejos-

_ Y si es así.. ¿Dónde están tus padres? -preguntó Akutagawa-

_ Oh.. -bajo su mirada- Creo que los mataron antes de poder llegar por mí -respondió-

_ ¡Akutagawa! -reclamó Chuuya-

_ Atsushi-kun... ¡Me conmueven tus historias llenas de inocencia! -habló el de vendas haciendo una pose dramática-

_ Bien, hora de dormir, mañana hablamos del tema -ordenó el enano evitando hablar de eso-

...

_ Aclaremos algo, tu lado -señaló el azabache una parte de la cama- mi lado -señaló la otra parte-

_ Si, si... No creas que me gustaría tocarte -dijo con desagrado el albino-

_ Nadie me lo puede asegurar -respondió acostandose-

El menor suspiro y de igual manera se acostó en su lado de la cama, que por suerte eran camas matrimoniales.

Se podría haber dicho que esa fue una noche tranquila, claro, de no ser por los gritos de los mayores en el cuarto de a lado.

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