¡Vacaciones Doble! - Skk & Sskk.

¡ir de compras! • 6

_ ¿Qué comeremos? -preguntó el castaño-

_ No lo sé, fíjate que hay en la nevera -respondió sin darle importancia mientras lavaba lo que ocuparon para el desayuno-

_ Por eso te pregunto, por que está vacía -dijo dejando estático al pelirrojo-

_ ¿Co-como que no hay nada? ¿Seguro revisaste bien? -cuestionó-

_ Claro, incluso revisé dentro del motor -habló con orgullo-

_ ¿Y por que carajos habría comida en el motor? -preguntó confuso-

_ Chuuya, hay que estar preparado para cualquier cosa en éste nefasto mundo -el pelirrojo lo miró asimilando lo que acababa de escuchar, ¿En serio él estaba con éste idiota?-

Sacudió su cabeza de un lado a otro, terminó con su labor de lavar y fue hasta su habitación para cambiarse de ropa.

_ ¿Te arreglarás? ¡Voy contigo! -como siempre, el castaño iba detrás de su pelirrojo-

...

_ ¿Me ayudas? -preguntó el castaño que trataba de ajustar su corset-

_ está bien, pero ¿Por qué irás tan formal? Solo iremos al centro -dijo sujetando ambos extremos del cordón y ajustándolos lentamente-

_ exacto, iremos al centro -afirmó mirándolo desde el reflejo del espejo del tocador que se encontraba ahí- Lo que significa que habrán muchas hermosas doncellas dispuestas a un suicidio doble conmi-

Ni bien terminó de hablar y parecía que se partiría por la mitad, el corset se ajustó con extrema fuerza, dejándolo sin aire.

_ ups, se me fue la mano -se disculpó sarcástico terminando de ajustar y atar correctamente el cordón-

_ Ya me di cuenta, no te preocupes -respondió con el mismo sarcasmo-

Ambos se miraron de una manera "rara" ya que su posición era bastante comprometedora y rentable.

El castaño se encontraba apoyado con sus manos sobre aquel tocador, agitado tratando de poder volver a respirar con normalidad y el pelirrojo sosteniendolo de la cintura. ¿Cómo llegaron sus manos allí? Ninguno de los dos sabría la respuesta.

Solo sus miradas decían todo lo que podría pasar en esa habitación de no ser por ser los mayores ahí. Obviamente tienen que darles el ejemplo al Soukoku de la generación siguiente, y de este modo no era una opción.

Apartaron sus miradas con sus rostros sonrojados y se separaron rápidamente.

_ Tenemos que llevar a los niños, no sería bueno dejarlos solos e indefensos -dijo el enano aclarando su garganta y cubriendo su rostro con su sombrero-

_ Está bien -se inclinó a su altura, sacó su sombrero de su cara y dejo un corto beso en la comisura de sus labios- yo les avisaré, mientras ve preparando lo demás -sonrió levemente y salió de esa habitación, dejándolo solo y completamente rojo, tanto como un tomate-

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