🌸Capítulo 3🌸

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Jaden

Me encendí el cigarro y me apoyé en la puerta del patio. Había gente en las escaleras fumando y bebiendo, bailando y jugando a juegos sexuales. Parejas follando en la piscina y otros saltando por el jardín. Era una puta locura en lo que se había convertido la fiesta y aún así parecía que un no había llegado a su nivel más apoteósico. Mi mirada no se alejaba de la espalda lisa de cierta piba que estaba sentada en el filo de la piscina junto a mi mejor amiga y a Ana. Vi cómo movía los pies en el agua y giraba varias veces la cabeza hacia Dani, que era tan idiota como para dejarla sola en la fiesta a la que él mismo la había traído. Vi que se ponía tensa y sentí que algo andaba mal cuando Lucía comenzó a salir de la piscina y Hero la persiguió. Lucia se dirigió a paso firme hacia Tommy, levantó la mano hacia atrás y le dió tal guantazo a Tommy que le giró la cara completamente.

—¡Joder!—masculle tirando el cigarro.

—¡Hijo de puta!—escuché el grito de Lucía a Tommy y salí disparado hacia allí, apartando a la gente que se había quedado parada mirando el percal que tenía montado Lucía.—¡Hijo de puta! ¡Eres un hijo de puta!

Al fin llegué a ella y la separé de Tommy sacándosela de encima casi en volandas, estaba empapada y congelada. Tommy parecía pasmado por la reacción de Lucia a algo que desconocíamos, al menos yo. ¿Qué había pasado? Tommy no estaba haciendo nada malo, sólo estaba bebiendo junto a los demás. Intenté recapitular qué podría haber hecho mal mi mejor amigo en toda la noche pero me había ido de allí hacía dos horas y no tenía ni idea de qué podría haber pasado. Debía ser algo bastante gordo para que Lucía reaccionara de esta manera tan violenta.

—¡Para¡ ¡Lucía, para!—intenté convencerla para que dejara de intentar escapar de mis brazos para ir a asesinar a su novio.—¡Joder, para de una puta vez!

Lucia se quedó rígida entre mis brazos, sollozando y se giró hacia mí.

—Nena,—Tommy se levantó y se acercó.—¿qué ha...?

Lo miré cuando se cortó a sí mismo mirando hacia tras de mí. Eché un vistazo y me encontré a Ana con las mejillas también húmedas. Fruncí el ceño y me encontré de frente con Hero, le estaba acariciando la espalda a Lucía. Comencé a enlazar a toda velocidad. Los ojos paradisíacos de la rubia se conectaron con los míos e hizo un gesto de preocupación, eso me dio una pequeña pista de lo que podría haber pasado.

Conocía a Lucía antes que a todos ellos. Habíamos crecido juntos, la había considerado una hermana, mi mejor amiga, la chica a la que siempre protegería de cualquier estúpido incluso de mi. Le avisé, avise a Tommy que si le hacía daño, lo mataría. Mis ojos se desplegaron lentamente hacia él y apreté la mandíbula. Esperaba, de verdad, que no fuera lo que me estaba imaginando porque sino más le valía estar lejos de aquí para cuando ella me contara lo que había sucedido.

—Lucía, yo...

—¡Cállate!—le grito separándose de mis brazos.—¡Eres un...!

Gruesas lágrimas caían por las mejillas de la niña a la que vi crecer, a la que vi llorar viendo Titanic, a la que vi enamorarse por primera vez. Le temblaba el labio inferior, y a mí me cosquilleaban las manos anticipando lo que acechaba en mi interior.

—¿Tenía que ser con ella?—musitó, como si le doliera la misma alma por lo ocurrido.—¿Con mi mejor amiga?

Miré a Hero. Ella parecía casi tan devastada como Lucía solo que sin lágrimas. Podía ver que, aunque la hubiera conocido de hace un rato, habían congeniado muy bien. O quizás fuera por el mismo hecho de ser mujer y de saber las mierdas que sienten cuando pasa algo así. Yo desde luego jamás supo lo que se siente en una infidelidad, porque estaba seguro de que eso era lo que había pasado.

Ni un día más sin ti [#1] © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora