🌸CAPÍTULO 20🌸

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HERO

El arrepentimiento asomó en cuanto mis ojos vieron cómo se alejaba en su moto, dejándome atrás. ¿En qué momento habíamos pasado de ser yo quien quería dejarlo a ser él quien me dejaba? Sentí un pellizco de culpa en el pecho por sus palabras. Sabía que Marta quería tendernos una trampa a ambos, pero era cierto que se veían tan bien juntos. Parecía estar tan a gusto con ella. ¿Sería verdad que intentó apartarla de él? ¿Y si realmente lo hizo? ¿Y si Marta había planeado separarnos desde el principio, desde que se enteró de que éramos novios, y su plan desde un principio fue besarlo sin importar lo que él dijera?

La expresión de decepción en su rostro había reemplazado las imágenes del beso en mi mente. Jaden no se esperó que desconfiase de él. Sus últimas palabras me habían dolido y me habían hecho abrir los ojos. Era cierto que él sí había luchado por mi, por nosotros, por nuestra relación y yo... había dejado que las dudas me cegaran.
La historia sobre su hermana me tomó por sorpresa. Sin embargo, lo creí. Creí en su sinceridad. Pensé que había cambiado, que ya no trataba a las chicas de esa manera. Que no me estaba haciendo lo mismo a mí. Ver su reacción cuando dudé en terminar nuestra relación me dio todas las respuestas. Me había dicho la verdad todo el tiempo. Había sido Marta quien le había besado a la fuerza porque sabía que yo estaba mirando. Y lo que le hizo a Claudia quedó bastante claro que no me lo estaba haciendo a mí.

Me quería. Y yo a él, y no se lo dije. Me sentía profundamente arrepentida por el lío que se había formado en mi cabeza y no poder verlo con claridad antes.
Me pasé prácticamente toda la noche despierta. Había gastado todas mis lágrimas luego que se fuera y cuando llegué a casa, agradecí que mi madre se hubiese quedado dormida viendo la televisión en el sofá. Me metí en la cama sin siquiera cambiarme de ropa y, mientras pensaba, escuché a mi madre comprobar que ya estaba en casa al abrir la puerta de mi habitación y me hice la dormida.

Le envié un mensaje a Claudia, muy entrada la madrugada, diciéndole que mañana tenía que venir a casa sin falta y aún así respondió un simple "OK".

Pensé en llamar a Jaden. Pensé en enviarle un mensaje. Pensé en esperar. Esta noche ambos estábamos muy agitados por la reciente discusión y era mejor dejar enfriar las cosas.

Me pregunté qué estaría haciendo. Si habría vuelto a la fiesta para acabar lo que Marta empezó o si habría encontrado cualquier otra y estarían en alguna habitación de esa casa. Deseché la idea en seguida. Era masoquista al imaginar cosas así. No podía exponerme a imaginar cosas tan dolorosas sin siquiera saber si podría ser real. Aunque conociéndole...

Cuando conseguí dormirme, me desperté sobresaltada por una pesadilla. Era reciente así que las imágenes pasaban frente a mí como si aún siguiera dormida. Parecía estar viajando en moto. El cartel del kilómetro 177 me daba la información de que era en una autovía. La que llevaba al aeropuerto. Y luego la oscuridad me envolvía mientras el rugido por un choque metálico me despertaba. Suspiré y mis ojos volvieron a cerrarse de nuevo.

Claudia me despertó temprano. Mi madre la había dejado entrar antes de irse a trabajar. Le pedí unos minutos mientras me espabilaba. Ella parecía radiante, no parecía que el día anterior hubiese estado con gastroenteritis, y obviamente tenía mucho mejor aspecto que yo. Me lavé la cara, aunque los ojos rojos e hinchados por llorar no desaparecerían, y me tomé un analgésico para el dolor de cabeza mientras ella esperaba en mi habitación. Ni siquiera tenía apetito para desayunar, parecía tener el estómago vacío y lleno al mismo tiempo. Me peiné en el espejo de mi habitación bajo su atenta mirada intentando alargar el momento de la conversación lo máximo que pudiera. No pensaba discutir. No le reprocharía que no me lo contase pero sí quería una explicación.

Ni un día más sin ti [#1] © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora