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HeroSalí a las seis y media de la tarde del trabajo. Normalmente salgo a las cinco o cinco y media como mucho pero hoy Domingo había muchos más clientes de lo habitual y la chica que me hacía el cambio de turno necesitó un poco de ayuda, era nueva y era normal, y yo me quedé. Lucía me había sorprendido llamándome para quedar esta noche, lo que significaba que ella también había sentido el feeling de amistad que flotó alrededor nuestra mientras le contaba todo lo que había pasado ayer. Supo cómo engatusarme y sonsacármelo, y yo que no podía contárselo a Claudia, se lo dejé caer todo a Lucía sin pensar demasiado. Luego caí en la cuenta que podría haber hecho mal ya que es la mejor amiga de Jaden y, aunque yo le hubiera dicho que no dijera nada, acabaría contándoselo. Pero bueno, al final me había acabado llamando para quedar esta noche en ir al cine. Imagino que me hizo caso cuando le dije que podría hablar conmigo cuando quisiera sobre lo que había ocurrido con su ex novio. Se hizo la fuerte y no lloró pero vi su labio inferior temblar.
Llegué a casa un poco cansada y oliendo a patatas fritas y nuggets de pollo. Mi madre no estaba y lo agradecí, me di una ducha y me metí en la cama a echarme una siesta de un par de horas porque estaba que me arrastraba de no haber dormido nada por la noche. A las nueve y cuarto sonó el despertador y tenía un par de mensajes de Lucía diciendo que vendría a recogerme en su escarabajo a eso de las diez menos cuarto. También entré al chat de Jaden de nuevo. No había sabido que responderle después de que me afirmara de que seguía teniendo esas notitas mías de hace diez años, tampoco sabía qué pensar sobre ello. Esta vez no estaba en línea así que bloqueé el móvil y olvidé que estaba ahí, esperando mi mensaje.
Me acerqué al armario y elegí algo simple, un vestido corto muy sport que conjunté con unas zapatillas blancas a juego con el bolso. En el pelo me hice uno de esos peinados súper fácil que pillé en una cuenta de Instagram donde la chica se hacía cosas súper chulas con su pelo y me maquillé poco con lo básico, añadiendo un Gloss trasparente.
Recibí el mensaje de Lucía de que ya estaba en mi puerta y bajé en el ascensor hasta el portal del edificio. Frente al portal, estaba el escarabajo amarillo de Lucía, que me saludó desde el lado del conductor con la mano y una sonrisa impresa en sus labios. Le devolví la sonrisa mientras entraba al coche.—Hola, nena. ¿Qué tal?—preguntó.
—Genial, ¿y tú?
—Muy bien.—arrancó el coche sin borrar la sonrisa y aceleró.—¿Te importa si paro un momento en el banco? Necesito sacar algo de dinero para esta noche.
—Claro, sin problema. Hay uno a la vuelta de esa esquina—le informé y ella asintió. Paró el coche en doble fila poniendo los intermitentes de emergencias y se bajó con su cartera.
Yo aproveché para sacar el móvil de nuevo y mirar el chat de Jaden. Seguía dándole vueltas y vueltas a lo que podía escribirle pero en realidad no se me ocurría nada que no fuera: yo también me muero por volver a besarte. Llevaba un rato sin estar en línea y me dije que cuanto antes le respondiera, antes me lo quitaría de encima. Pinché en el espacio para escribir y me quedé unos segundos mirando el chat. ¿Dónde estaría? ¿Habría quedado con Cristina? Tenía entendido que estaba muy enfadada por lo de anoche y sobre qué yo tenía razón en que Jaden, bueno, quería lo que quería. Pero ese beso... si a todas las besaba igual podía entender porque Cristina volvería a caer en sus redes.
—¿Sabes que es de mala educación no responder los mensajes después de haberlos leído?
Me quedé de piedra al oír su voz encima de mi hombro izquierdo, detrás de mi, poco a poco giré la cabeza y me lo encontré ahí, mirando mi móvil con su chat abierto y una sonrisa divertida en los labios. No me podía creer que hubiera estado todo el tiempo en el asiento trasero y no hubiera dicho ni una palabra. ¿Eso no era de mala educación también? Aunque debo añadir, que un alivio intenso me recorrió de pies a cabeza al saber que no estaría con ninguna otra chica esta noche.
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Ni un día más sin ti [#1] ©
RomansaMi nombre es Jaden y mi vida era un torbellino de fiestas, alcohol y chicas. Cada noche era un nuevo desenfreno, solo hasta que él la trajo llamándola "mi chica". Pero no era su chica, porque ella era mía desde que la conocí en aquel campamento de v...