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En un reino lejano, Aziraphale queda al cuidado de su madrastra tras la muerte de su padre; el rey. Es un joven lleno de bondad y hermosura, no se espera qué esas cualidades le traigan problemas de gente que quiere apagar la l...
Wooww, ahora si son bastantes dedicatorias jejeje. Muchas gracias por su apoyo
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Un año atrás
La reina llegó cantando victoria a su castillo, no perdió tiempo en quitarse su horrible disfraz y volver a ser joven y bella para preguntarle a su espejo quien era la más bella del reino.
-Tu mi reina, eres la persona más bella de este reino.- Respondió el espejo.
La Alfa rió y canto victoria como una loca. Para la servidumbre, fue aún más escalofriante verla constantemente de buen humor desde ese día.
Al principio preguntaba constantemente si ella aún era la más hermosa, temiendo que se salvara de milagro como la última vez, pero con sus respuestas siendo positivas y una imagen de Aziraphale dentro de un ataúd de cristal durmiendo para siempre, la hizo sentir poderosa y feliz. Fue un buen año para ella.
Fue entonces que unos meses después, recibió una invitación a la boda, aparentemente el bastardo del fallecido Rey de los Magos se casaría. Vaya, así que al parecer le habían permitido volver de su exilio una vez su padre cruzó al otro mundo, lo extraño es que la invitación no decía el nombre de quien era el afortunado que se casaría con el aparente, nuevo consejero real. Bueno, no es que a ella le importara lo que ellos hicieran o deshicieran con su vida, a menos que le afectara directamente. Asistiría solo por protocolo real.
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Ambos prometidos estaban con cara de regañados en el despacho de la regente Lilith, aunque la cara de Crowley era más de una molestia como si justificara su travesura. Esta se sostenía el puente de la nariz, exasperada.
-Les dije ¡les dije! Hagan lo que quieran, pero no quiero cachorros antes de la boda.- Regañaba mientras llevaba su mano al puente de la nariz.- Debí haber puesto un hechizo en las cerraduras de sus habitaciones.-
Crowley solo se encogió de hombros.
-Estamos prometidos ¿Qué mas da que tengamos antes a nuestro cachorro?- Añadió despreocupado, a lo cual Aziraphale se puso rojo como amapola y quien no estaba tan relajado como su prometido.
-Que hayas vivido como pueblerino tanto tiempo seguro ya te nublo el juicio.- Espetó Lilith.- Incluso los mismos pueblerinos tienen la decencia de tener hijos luego del matrimonio. Será vergonzoso que todos se enteren que la familia real no sigue las normas. Falta un mes para la boda y estoy segura de que para ese entonces comenzará a notarse.- Señaló con la mirada el vientre de Aziraphale, que aún lucía rollizo pero por su complexión natural.
