Septiembre

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Cuando suena el despertador al lado derecho de la cama, siento que todo el trasnochar de los últimos tres meses me está pasando factura en cuestión de segundos. Cuando después de unos minutos decido por fin levantarme, veo que va todo perfecto, me he levantado a la hora justa, tengo la ropa encima de la silla, la mochila a un lado de la puerta... Así que me pongo las chanclas y voy a ducharme.
Después de vestirme y de hacer la cama, bajo a desayunar, apenas desayuno un par de galletas con un vaso de leche, la verdad es que el primer día siempre me altera más de lo normal, y eso que lo llevo repitiendo bastantes veces en mi vida.
Cuando estoy desayunando, el vaso de leche se me vierte en los pantalones que llevaba (Como no, yo y mi suerte). Menos mal, que tenía otros parecidos, y que quedaban a juego con la blusa verde que llevaba. No me suelo arreglar mucho para ir al instituto, pero al ser el primer día, siempre quiero dar buena imagen a nuevos profesores o alumnos que puedan venir.
Me monto en el coche, me pongo los auriculares, y comienzo a escuchar la canción que me ha estado acompañando todo el verano, Cheerleader de Omi. Cuando ya tengo la música, me acomodo, me espera media hora de viaje, sí, media hora, ya que a mis padres se les ocurrió la genial idea de llevarme al instituto que hay en un pueblo cerca del mío. Enciendo el móvil, y veo que tengo 183 WhatsApps, obviamente no los leo todos, solo algunos importantes. En la cuarta conversación, veo que es mi mejor amiga Bea, empiezo a leer y como de costumbre me pregunta que debería ponerse, si debería rizarse el pelo o si tendría que llevar algo fuera de lo común. Cuando leo los 16 mensajes que ella sola me ha escrito, no puedo aguantar una carcajada, en un mensaje pone:
-"Raqueeeeel!!! No me he depilado... Se van a reír de mi, y luego me harán bullying, y claro tendré que ir con una bolsa en la cabeza por el resto de mi vida.
Ese mensaje me hizo gracia en especial ya que no se pueden llevar pantalones cortos en mi instituto, lo se, yo tampoco lo entiendo.
Estuve pensando un buen rato, sabía que este curso iba a ser complicado, pero aún así no dudaba que lo iba a sacar todo limpio. Estuve pensando sobre amores, de si iba a venir algún chico nuevo... También pensé en que clase me tocaría, si conocería a alguien, en fin, reflexioné sobre este curso que iba a empezar. Lo que no me imaginé, fue en la vuelta de 360 grados que iba a dar mi vida en ese año...
Al fin, llegue a la puerta del instituto, allí me esperaba Bea, con unos pantalones largos, una camiseta de Hollister y unas Air Max. Quedaban 10 minutos hasta que tocase la campana, así que nos sentamos en un banco a observar los nuevos fichajes del año. Bea, como no, tan egocéntrica como siempre, decía que cada chico que pasaba se había fijado en ella, la verdad es que no me extrañaría, mi amiga no era nada fea, al contrario, era de las chicas más guapas de todo mi curso, por eso yo creo que el ser atractiva se le ha subido mucho a la cabeza.
A las 8:00 oímos la campana, y decidimos levantarnos y dirigirnos a la puerta de entrada, nos miramos y pronunciamos a la vez : "We can!".

Un destino inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora