Por Ti

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Fue una noche muy muy larga, pase muchísimo calor, a pesar de ser octubre. Pensé que serían las hormonas, la regla... No lo se, pero había algo que me alteraba mas de lo normal. Me levanté de madrugada como 4 o 5 veces para beber agua y dar un paseo por el jardín, en ninguno de esos paseos nocturnos cogí el movil, porque sabía que si lo cogía, no iba a dormir. Cuando volví a la cama, me dormí, estaba realmente cansada y así estuve hasta el día siguiente. Eran las 10:00 y decidí levantarme a desayunar, cogí el movil y vi que tenía 124 mensajes, me metí en WhatsApp corriendo vi que 123 eran del grupo de mi clase y pensé : "Dios, que pesados". Estaba harta de ese grupo, por lo único por lo que no me salía era para los deberes y los exámenes porque sinceramente la agenda la tengo para hacer bulto en la mochila... Pero había uno de otro chat, era Bea, me metí, me sorprendió, no era un mensaje, era un audio, me puse los auriculares y subí el volumen del movil, era una canción, la reconocí al escuchar la primera nota, era la canción de 'Por Ti' del Canto del Loco. Me conocía, me conocía mejor que nadie, sabia que esa canción era mi debilidad y a parte de serlo, era nuestra canción. La escuche hasta el final, sin poder aguantar que se aguasen un poco los ojos, y en ese momento vi su "en línea" no sabia que decir, me había descolorado por completo y unos segundo después vi un "escribiendo..." No me imaginaba que podía poner, no me esperaba nada, y al fin el mensaje se mando... 'Te quiero', un te quiero seco, pero con sentimiento, no estaba el ambiente para poner corazones ni emojis que no pintaban nada. No la contesté, cerré el WhatssApp y decidí llamarla, no aguantaba mas sin hablar con ella, y la culpa me podía. Estuvimos hablando hasta la hora de comer, una hora de esa conversación me la pase llorando, no podía creer que casi perdiera a mi mejor amiga. Necesitaba verla, no me valía con una llamada por teléfono de horas, así que quedamos esa misma tarde, en un parque no muy lejos de mi casa.
Esperé ansiosa la hora de salir de casa para verla, necesitaba darla un abrazo, lo necesitaba, necesitaba saber que la seguía teniendo allí, que me seguía apoyando.
Por fin llegó esa hora, llegué antes que ella, me senté en un banco a la sombra, y esperé, tras unos minutos la vi, venia hacia mi corriendo, con unos vaqueros rotos, y una camiseta celeste, que por cierto creo que es mía. me levante del banco y corrí hacia ella, nos dimos un enorme abrazo, parecía una película cuando los dos enamorados corren por la playa para abrazarse, pero esto era en un banco y con dos mejores amigas. El abrazo duró varios segundos, me encantó, sentí algo raro pero daba igual, era ella. Y esa tarde, por unos motivos u otros... Fue extraña, e inolvidable.

Un destino inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora