Algo realmente extraño

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Sonó la alarma, me desperté con un pequeño rayo de luz cegándome la vista. Me vestí, fui realmente arreglada, unos pantalones cortos blancos de vestir y una camiseta azul oscura. Quedaban diez minutos para que viniese el coche y decidí esperar en la esquina.
Fue puntual, a las 12:29 un mini rojo con rallas negras frenó delante de mi. Era ella, tan guapa como siempre, llevaba una camisa vaquera y unos pantalones blancos, con unas Pepe Jeans rosas, muy pija ella.
Me monte en el coche después de saludar, y empezamos la conversación.
-Bueno, ¿y que querías comentarme? -pregunté-
- ¿Contarte? Nunca dije que fuese a contarte algo.
- Si que lo dijiste. -afirme con seguridad-.
- Pues era mentira, era para pasar el día contigo, te debía una por ayudarme con lo de Alex, así que te voy a invitar a comer y a merendar.
- Suena fantástico, de veras , ¿pero no es un poco extraño que vayas a comer con una alumna?
- Créeme, hay profesoras que hacen cosas peores con sus alumnas.
Me quedé extrañada, y a la vez satisfecha y orgullosa, había ayudado q una profesora con un tema personal, y me lo estaba agradeciendo de la mejor manera posible. La verdad, es que yo a Andrea la quería muchísimo, más que a ningún otro profesor, era como una amiga más.
Llegamos a un campo, y aparcó en una especie de parking que había (que en realidad no era más que un tramo de tierra al lado de la carretera con algunos pilares de madera).
Nos bajamos del coche y sacamos la comida del maletero, había observado que llevaba mis platos favoritos, ¿ qué como sabía que eran mis favoritos? La verdad es que no tengo ni idea, pero bueno, iba a ser mejor no preguntar.
Llegamos a una zona donde había algunos comederos y nos sentamos en el más alejado que había.
-¿Te gusta la comida Raquel? -me preguntó cuando ya nos sentamos a la mesa-.
- Si, ¡por supuesto!
-Bien, porque son mis platos favoritos y no sabia si te iban a gustar.
No podía ser, demasiadas casualidades.
Al acabar de comer estuvimos hablando sobre el verano, ella se fue a Ibiza y Menorca, y yo me fui a Londres y a mi pueblo, la conté mi "novio de verano" que tuve en el pueblo, y la estuve contado por que cortamos, como empezamos, como era él... La verdad es que me pareció muy amable al interesarse por mi.
Y como era de esperar, el silencio se hizo en el campo, yo no sabía que decir, y ella me miraba como si estuviésemos pensando lo mismo. Entonces ella sonrió, no se porque lo hizo, no había nada gracioso en la situación, más bien había tensión y entonces pregunté:
- ¿Por qué te ríes?
- No me río, sonrío.
- ¿Y por qué sonríes? -pregunte de nuevo-.
- Es... Difícil.
- Tranquila, podré con ello, créeme.
- Pues Raquel, yo... Te quiero, y me resulta extraño, nunca había tenido esta relación con un alumno y me resulta raro e incluso un poco incomodo, por que yo te quiero como a mi mejor amiga, a la que llevaría de fiesta y muchas cosas más, pero tengo 24 años y tu 15, es imposible.
- Tranquila Andrea, como tu misma me has dicho, hay otras profesoras que hacen cosas peores con sus alumnas.
- Lo sé Raquel, muchas gracias por todo enserio, eres la mejor alumna que he tenido nunca.
Después de estoy me dio un beso. Fue un beso extraño, dulce, pero a la vez frío, me dejó la mejilla casi inmovilizada, no sabia que hacer. Así que cuando se iba apartar la cogí de los hombros y la di un abrazo. Algo raro empezó, entro algo por la tripa, no podía expresarlo, entonces decidí no ocultarlo, al separarnos se lo conté:
- Andrea yo...

Un destino inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora