🌺┆Capítulo 12

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-Jimin...- Jungkook reía por lo bajo mientras el mayor sostenía su mano guiandolo por el pasillo.

-Shhhh- Jimin se detuvo cuandoe estuvieron frente a las escaleras y se inclinó para poder observar directamente a la sala-. Todos están ahí- habló en voz baja.

Jungkook asomó su cabeza solo para comprobar que toda la familia de Jimin estaba reunida en la sala viendo televisión. Después de cenar el par de chicos había dicho que querían descansar y subieron a la habitación que compartirían, pero después de dos horas seguidas jugando ya comenzaban a aburrirse así que querían salir sin ser vistos para no ser seguido o recibir comentarios que los harían avergonzarse.

Jimin sujetó la mano del chico detrás de él y ambos comenzaron a bajar las escaleras procurando ser silenciosos, Jungkook tuvo que cubrir su boca con la manga de su sudadera, decir que aquello no le divertía seria mentira.

-¡Oigan!- ambos se detuvieron al escuchar aquella voz proveniente de la madre de Jimin y se giraron en dirección a la entrada de la sala solo para encontrarse con que ni siquiera les llamaba a ellos. Estaba peleando con dos de los chicos por una bolsa de frituras.

Aprovechando el ruido y los gritos Jimin abrió la puerta, jaló a Jungkook consigo afuera y cerró para después comenzar a correr los dos y una vez lejos de la casa comenzaron a reír.

-¿Qué haremos ahora?- el pelirosa lo miró y Jimin le sonrió.

-Iremos al lugar de las luciérnagas ¿te acuerdas?- lo miró y Jungkook asintió sonriendo.

El año pasado Jimin había enviado una foto a Jungkook de un muelle donde podía verse una gran cantidad de luciérnagas volando a lo que Jungkook le dijo que tenía que prometer que lo llevaría ahí. Y un año después ahí estaba Jimin cumpliendo su promesa.

Antes de llegar el mayor se detuvo y se colocó detrás de Jungkook cubriéndole los ojos con ambas manos a lo que el pelirosa comenzó a reír.

-Minnie, esto es...

-Es para que parezca un momento cursi y romántico- dijo rápidamente a lo que Jimin asintió así que comenzó a darle indicaciones de cuantos pasos debía dar y por donde debía ir.

Finalmente le ordenó detenerse, podía sentir bajó sus manos las pestañas de Jungkook moverse suavemente en señal de que el chico trataba de abrir sus ojos y solo hasta que Jimin observó el lugar iluminarse apartó sus manos para que el chico pudiera ver lo que él.

Jungkook separó un poco los labios y comenzó a mirar a los lados, una sonrisa se asomó en su rostro y sus ojos brillaban reflejando todas aquellas luciérnagas que se encontraban en el lugar. Miró a su lado encontrando a Jimin quien también estaba observando aquella imagen.

-Todo es muy hermoso- Jungkook se soltó tan solo para comenzar a correr y lanzarse al césped haciendo que de entre las flores salieran más pequeñas lucecitas.

Jimin comenzó a reír mientras lo veía. Jungkook tenía razón, todo ahí era hermoso, en especial él.

Jimin se acercó a él y tomó asiento al lado del chico quien se encontraba recostado boca arriba sonriendo y viendo el cielo. Jimin sintió su corazón encogerse al sentir que Jungkook no le pertenecía, no como él deseaba, pero a pesar de eso se sentía feliz por estar con él.

-Oye Jimin.

-¿Qué pasa?- lo miró y observó como Jungkook introducía su mano dentro del cuello de su propia camisa y le mostraba la llave que le había regalado en su cumpleaños.

-¿Por qué me la regalaste? Dime que abre- Jungkook tomó asiento mirándolo con atención y Minho negó-. ¿POR QUÉ NO?- se quejó haciendo un puchero.

-Es tu misión investigar- asintió.

-Pero Jimin- se quejó viéndolo-. Al menos dame una pista ¿quieres?- el pelinegro negó y Jungkook le golpeó el brazo-. Está bien, entraré a tu casa y me robare todas las cosas que encuentre con una cerradura.

Jungkook lo miró molestó y Jimin comenzó a reír. Una mitad de él anhelaba que el chico encontrara lo que abría esa llave ya y su otra mitad quería que siguiera siendo un secreto.

Finalmente ambos terminaron recostados en direcciones opuestas en el césped viendo el cielo, sus manos se rozaban pero ninguno se atrevía aún a tomar la del otro.

-Jimin.

-¿Si?

-Dame tu mano- sonrió mirándolo y el pelinegro se sentó igual que el chico, le tendió su mano para después observar como Jungkook comenzaba a pintar en su muñeca y sonrió-. Listo, ya quedó, solo espera... mmhm- el rubio asentía mientras escribía algo en su propia muñeca-. Listo.

Jimin observó con curiosidad lo que había puesto y lo miró ladrando la cabeza.

-¿Kookimin?

-Si, son nuestros nombres. Minnie- señaló a Jimin quien asintió-. Jungkook- se señaló a sí mismo y comenzó a reir-. kookmin.

-Kookmin- repitió Jimin dejando salir un largo suspiró.

A veces realmente se cuestionaba si Jungkook hacia todo aquello inocentemente o le gustaba torturarlo. Y cualquiera que fuese la respuesta no cambiaría que Jimin había perdido la cabeza por ese chico.

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