Capítulo 12: LN4

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Me miré las uñas pensando si realmente valía la pena todo el autocontrol que estaba teniendo al no mordérmelas. El corazón se me iba a salir por la boca.

Me acerqué a la entrada del paddock del circuito de Montmeló. Mi niña interior pegó un grito de emoción cuando pasé por los tornos con la acreditación que me había enviado el equipo de McLaren al correo. Aún era pronto y los pilotos no habían llegado para las primeras prácticas, supongo que precisamente por eso nos habían citado a esa hora. Caminé por los garajes de las escuderías que habían quedado por delante de McLaren el año anterior: Red Bull, Mercedes...

Me detuve delante del puesto de Ferrari. El peso de la duda cayó como un bloque de cemento sobre mi pecho. ¿Había hecho bien escogiendo McLaren? ¿Seguiría Charles enfadado por mi decisión?

El lunes por la noche, cuando me contestó, parecía confuso.

- ¿Acaso no te alegras? - me preguntó nada más respondí su llamada. - Eres interna en Ferrari, pensé que estarías dando botes de alegría.

Respiré hondo.

- Charles, no sé qué impresión te he dado durante estos días, pero me gusta conseguir las cosas por mis propios méritos.

- Y lo has hecho. - contestó inmediatamente. Notaba que se empezaba a agitar al oír mi entonación. - Yo solo quería asegurarme de que sabían lo valiosa que podías ser para el equipo.

- Entonces es cierto, básicamente me enchufaste en Ferrari.

Esto último lo dije en español, y Charles claramente no lo entendió.

- No sé qué has dicho, pero estás enfadada...

- Charles... No llevo contigo ni dos semanas, y ya pretendes que me conozcan por ser algo tuyo, ¿no lo entiendes?

El piloto permaneció en silencio, meditando su respuesta.

- No es así. Sé que tienes suficiente carácter para que te conozcan por ti y por tu trabajo. Pero Lucía, miles de personas aplicaron para el puesto. Solo quería asegurarme de que... - paró un segundo, planteándose lo que iba a decir. - de que te quedabas algo más de tiempo a mi lado. Además, sé que serás feliz trabajando con nosotros.

Tragué saliva. No iba a ser fácil contarle la verdad.

- Bueno, eso nunca lo sabremos. - dije con una seguridad fingida. - No voy a trabajar con Ferrari.

- ¿Cómo? - ahora el monegasco estaba completamente exaltado. - Lucía, entiendo que te haya molestado que metiera mis narices donde no debía, pero no irás a desperdiciar la oportunidad de trabajar en la Fórmula 1, ¿verdad? - alzó la voz, incrédulo.

- Pues en realidad, no. No voy a desperdiciar la oportunidad.

- No entiendo nada.

- No solo mandé mi currículum a Ferrari, Charles. También McLaren y Mercedes buscaban internos.

Al otro lado del teléfono se escuchó una risa sarcástica.

- Vaya, tu equipo favorito no era suficiente.

Controlé la ira que me produjo ese comentario.

- Charles, fui realista. Ni siquiera pensé que me fueran a aceptar en ninguna escudería. Pero resulta que en McLaren no necesitan que su piloto les dé un empujón para escogerme.

- Así que trabajarás para McLaren... La competencia directa en el mundial de constructores. Genial Lucía, genial. - era él quien hablaba desde el enojo ahora.

Say yes to... heaven?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora