Capítulo 13: Estarías mejor en Ferrari

361 41 4
                                    


Permanecí inmóvil mirando a Carlos y a Charles, que habían aparecido de la nada y esperaban pacientes una respuesta. Lando tomó las riendas de la conversación.

- No, para nada, tú nunca interrumpes. - dijo flirteando a modo de mofa con el piloto español.

Carlos arqueó una ceja, y segundos después soltó una carcajada muy sonora, mientras pasaba el brazo por encima de los hombros del británico. Este último había cambiado notoriamente su actitud, y ahora mostraba una sonrisa aniñada, que poco tenía que ver con la que me estaba dedicando hacía apenas unos segundos. Aproveché ese momento entre los dos ex compañeros para buscar los ojos de Charles. Este me devolvió una expresión seria. Supuse que aún seguía molesto por el asunto de la escudería.

- ¿No nos presentas? - soltó Carlos, aún con la mano sobre el hombro de Lando.

- Eh, sí, claro. - volvía a mostrar desinterés - Esta es Lucía. De hecho, puedes hablarle en español. Trabajará con McLaren una temporada.

Asentí con la cabeza, haciendo caso omiso al tono con el que me había introducido, y levanté la mano para estrechársela a Carlos. Este me dedicó una enorme y cálida sonrisa. No pude evitar acordarme de Andrea y sus numerosos comentarios acerca de lo atractivo que era. Días atrás me había dado una serie de instrucciones por teléfono sobre lo que tenía que decirle si lo conocía. Instrucciones que, por supuesto, no iba a seguir. Pero he de admitir que tenía razón en cuanto a sus puppy eyes. 

- Mejor dos besos. - se acercó y posó sus mejillas sobre las mías. - Tengo que recibir bien a mi relevo en las clases de español de Lando. - rió ante su propio chiste.

Dirigí la vista hacia el susodicho, que dibujó una mueca de disconformidad. A quien tampoco parecía gustarle la idea era a Charles, que seguía observando la escena con aparente indiferencia. Cuando se dio cuenta de que iba a resultar extraño que ni siquiera se presentara, dio un paso al frente.

- Encantado, Lucía - me tendió la mano y clavó sus ojos sobre los míos.

Mi nombre en su boca me resultó irresistible, como la primera vez. Reconocí la intensidad de su mirada al instante. La había visto en otras ocasiones, solo que este contexto era bastante diferente. Digamos que en este caso Charles no estaba encima mía, ni agarraba mi nuca con fuerza, para evitar hacerme daño al empujarme contra el cabecero de la cama. Me obligué a desechar esas imágenes rápidamente. 

Juntamos nuestras manos, y pude sentir con asombrosa claridad la descarga que sacudió mi cuerpo tras rozar su piel. 

Al finalizar el saludo, la expresión de Charles se había suavizado. Respiré, algo más tranquila. Nuestra manera de comunicarnos sin mediar palabra seguía surtiendo efecto de algún modo.

- Bueno, va siendo hora de prepararnos para la práctica ¿no? - Lando parecía querer volver al garaje de McLaren. - Lucía, ¿vienes o sigues cotilleando por el paddock?

Resoplé, mirando de reojo a Charles, que se encogió de hombros. Supe que quería decirme: "Estarías mejor en Ferrari". 



Vi la práctica con el resto de ingenieros de carrera y, a pesar de que no era domingo, y los ánimos estaban bastante más distendidos, en el ambiente se sentía una cierta inquietud. Habían añadido algunas novedades, que prometieron explicarme más adelante, y ese día estaban comprobando si el monoplaza realmente mejoraba en pista.

Cuando Lando se colocó en P2, y Oscar en P3, quedó constancia de que así era. Una gran ovación sacudió el garaje, y me agradó ver cómo nos incluían a Phillipe y a mí en la celebración.

Say yes to... heaven?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora