𝐃𝐫𝐨𝐰𝐧𝐞𝐝 - (ᴛʜᴇ ꜱᴜᴍᴍᴇʀ ɪ ᴛᴜʀɴᴇᴅ ᴘʀᴇᴛᴛʏ)

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟎𝟖. 𝙳𝚎𝚜𝚗𝚞𝚍𝚊𝚜 𝚎𝚗 𝚕𝚊 𝚌𝚊𝚛𝚛𝚎𝚝𝚎𝚛𝚊

ʺ𝐃𝐑𝐎𝐖𝐍𝐄𝐃ʺ [𝘛𝘩𝘦 𝘴𝘶𝘮𝘮𝘦𝘳 𝘐 𝘵𝘶𝘳𝘯𝘦𝘥 𝘱𝘳𝘦𝘵𝘵𝘺]

| | 𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟎𝟖 | |

ʺ𝙳𝚎𝚜𝚗𝚞𝚍𝚊𝚜 𝚎𝚗 𝚕𝚊 𝚌𝚊𝚛𝚛𝚎𝚝𝚎𝚛𝚊.ʺ

—¡BB, mirame, lo hice!— Gritaba una de las niñas, mientras surfeaba una  ola con su pequeña tabla. Desde que había comenzado a dar las clases de surf mis alumnas habían empezado a llamarme "BB".

Sonreí desde atras viendo como se alejaba con la tabla. Las demas niñas sobre sus tablas, aplaudían y la alentaban.

—Muy bien, Sarah.— Felicité a la castaña. —Ahí viene otra ola, prepárense niñas.— Advertí y todas se pusieron en posición para surfearla.

Estaba muy orgullosa de ellas, la mayoría a penas podía subirse a la tabla cuando comenzaron las clases y ahora ya montaban las olas con confianza.

A lo lejos ví a Connie con su tabla debajo del brazo, viendo la clase junto al entrenador. Se quedó el tiempo que quedaba esperándome afuera.

—¡Lo hieron muy bien hoy, estoy muy orgullosa de ustedes! Las espero la proxima clase. —Me despedí de las niñas. Los padres se iban con ellas de la mano, me recordaba a mí de pequeña, cuando Nate me llevaba a la playa para enseñarme a surfear. Se podría decir que la alumna había superado al maestro y no es por ser presumida, pero surfeaba mucho mejor que mi padre.

Llegué al lado de Connie y Ryan.

—Progresaron bastante hoy.—Me felicitó Ryan con una gran sonrisa, nos saludo y se alejó junto a su hija.

—BB, olvidé mi pulcera.—Me recordó una de las niñas. Había olvidado que Diana me dejó su pulsera para que se la cuide. Connie sonrió al ver a la pequeña.

—Sí cariño, toma.— Dije con ternura, devolviéndole el brazalete. Lo tomó y al ver a Conrad se escondió detrás de mí pierna.

—¿Él es tú novio?— Preguntó curiosa.

Me sorprendió la pregunta.—No, es mi mejor amigo. Se llama Connie.— Contesté con una risa nerviosa. Conrad se rascó la cabeza de los nervios, los niños salían con cada cosa.

—Hola.—Saludó Diana.

—Hola, pequeña.— Devolvió el saludo, agachándose para verla de cerca.

Diana se puso colorada y salió corriendo con su madre, que la esperaba a unos metros. Con Conrad no pudimos contener la risa.

—Sabía que serías buena para este trabajo.— Habló caminando con la tabla hacía el mar.

—Aprenden muy rápido.

—Es que tienen una entrenadora genial.— Dijo volteando a verme.

—Basta de halagos. ¡vamos a surfear!— Dije corriendo hacía el agua, comenzando una carrera.