Llenó el baño, pero no pudo compartirlo con JunMyeon, pues la bañera era demasiado pequeña, y se tuvo que conformar con una ducha.
—Necesitas un baño más grande. —dijo JunMyeon—. Si tiraras el muro y lo ensancharas hasta la otra habitación tendría un tamaño decente. Podrías extender la habitación también, para que así entrara algo de sol.
SeHun hizo una mueca. Había comprado la casa nada más licenciarse, y entonces le había parecido una ganga. Su intención había sido arreglarla. Durante aquellos años había pensado periódicamente qué era lo que necesitaba, pero nunca había tenido tiempo suficiente para llevar a cabo un proyecto tan grande. Después de pasados muchos años todavía no sabía cuándo podría hacerlo.
—A menos que decidiera quedarme aquí mucho tiempo, no sé si valdría la pena una reforma. —le dijo SeHun—. Quizá debería venderla y comprarme algo mejor.
—¿Venderla? —JunMyeon lo miró atónito—. Pero si te encanta vivir aquí.
SeHun se encogió de hombros. Cerró el grifo y agarró la toalla que había dejado sobre la puerta de cristal. Se secó el pelo y el torso, antes de ponerse la toalla alrededor de la cintura.
—Chanyeol y Kyungsoo me han vuelto a hablar de su casa hoy.
—¡Kyungsoo! —JunMyeon se llevó la mano a la boca y abrió los ojos mucho—. ¡Ay SeHun! Se me había olvidado por completo. El bebé, ¿lo ha tenido ya?
—A primera hora esta mañana. —sonrió SeHun—. Ha sido un niño de más de tres kilos. Tiene el pelo negro y es... bueno, es encantador.
—¿Y Kyungsoo?
—Está bien, muy guapo.
—¿Le han dado puntos? —preguntó JunMyeon.
SeHun se rio.
—Tendrás que comprobar eso por ti mismo. Yo no se lo he querido preguntar y Kyungsoo no me ha dicho nada. —comentó SeHun.
—¿Le dolía algo cuando andaba?
—No lo sé. Lo he visto en la cama.
—Pobrecito. —JunMyeon hizo una mueca—. Le mandaré flores y una nota por la mañana, y trataré de ir a verlo el viernes por la tarde, si está de ánimo para recibir visitas.
—Nos han invitado a cenar el sábado, si tú estás libre.
SeHun se tensó al ver que JunMyeon dudaba.
—La compañía tiene previstas unas actividades en equipo para el sábado. —dijo JunMyeon lentamente—. A mí seguramente me toque organizar algo y este tipo de cosas suelen acabar tarde. Son actividades que unen mucho al equipo. La última vez, nos quedamos en un restaurante hasta pasada la medianoche.
SeHun suspiró, pero mantuvo una expresión neutra.
—¿Le digo a Kyungsoo que no podrás ir?
—No. Me gustaría ver al bebé. Además, no quiero herir a Kyungsoo dejando que piense que no tengo entusiasmo alguno en verlo.
SeHun escuchó sus palabras y se reprendió a sí mismo por haber esperado algo más de JunMyeon. Tener en brazos a aquel bebé había removido algo dentro de él, pero eso no significaba que a JunMyeon fuera a afectarlo del mismo modo.
A JunMyeon le gustaban los niños, no cabía duda, y sus clases de natación a pequeños y su trabajo de voluntariado en un campamento infantil eran prueba de ello. Pero su compromiso en su trabajo y su negativa a comprometerse más en su relación con SeHun hacían patente que no consideraba a los niños ni a los bebés como algo tan relevante en su vida como lo era para SeHun.
JunMyeon seguía pensativo.
—Bueno, el sábado por la noche me sería más fácil que tratar de salir antes del viernes por la tarde. Avisaré en el trabajo que, quizá, tenga que marcharme pronto. —le dijo JunMyeon—. Después de todo, los ejercicios empiezan a las ocho. Si me marcho a las seis no quedare tan mal. ¿Estaría bien esa hora?
—Sí, está bien. —dijo SeHun pensando que JunMyeon tardaría una hora en llegar a su casa y otra en llegar hasta la costa, así que le diría a Kyungsoo que los esperara a las ocho.
—¿Qué tal lo lleva Chanyeol?
—Está entusiasmado. El bebé es muy activo para lo pequeño que es. Incluso de recién nacido, mira continuamente de un lado a otro, inspeccionando todo lo que hay a su alrededor con unos enormes ojos negros. Yo creo que va a ser muy vital.
—Pareces muy entusiasmado. —dijo JunMyeon con una mirada de sorna——. Ten cuidado, SeHun. Dentro de muy poco te veo queriendo uno propio.
SeHun se quedó paralizado. Acababa de enjuagarse la boca, se levantó lentamente y miró a JunMyeon a través del reflejo del espejo del baño.
—No. —dijo JunMyeon. SeHun se dio cuenta por su gesto que había adivinado lo que estaba a punto de decirle, porque JunMyeon salió del agua de repente, sin mirarlo, y se envolvió en una toalla—. No empieces, SeHun, no estropees las cosas.
—No quiero estropear las cosas. —dijo SeHun—. Solo trato de aclararlos. JunMyeon, si al menos quisieras hablar de ello...
—No, no quiero hablar de ello. —dijo JunMyeon secamente. Evitando su mirada aún, bajó la cabeza y sacudió el pelo, antes de envolverlo en una toalla—. ¿Por qué no podemos seguir como estamos? Las cosas están bien así, SeHun. ¿Por qué, de pronto, quieres tomártelo todo tan en serio?
—Quizá porque me he dado cuenta de que lo que siento es serio. —en las palabras de SeHun había una ironía que le resultaba muy dolorosa. Se suponía que era SeHun la persona más seria de los dos. Pero en lo que se refería a su relación, era a la inversa—. Quiero algo más que verte un par de veces al mes, cuando tienes la oportunidad de hacerme un hueco en tu apretada agenda. Quiero que compartamos más cosas.
—Te dije que trataría de sacar más tiempo. —exclamó JunMyeon.
—Sí, lo dijiste. Me dijiste eso hace casi un mes, que fue la última vez que te vi. —señaló SeHun, tratando de mantener un tono razonable—. Pero ni siquiera nos habríamos visto hoy, si no llega a ser porque me he recorrido media ciudad buscándote. ¿Estoy mal interpretando los signos? Si me pongo muy denso respecto a todo esto, tienes que decírmelo, JunMyeon Necesito saberlo. ¿Estás tratando de decirme que no quieres seguir?
—No, No a menos que seas tú el que no quiere seguir. SeHun, estamos bien como estamos. —razono JunMyeon—. Me encanta estar contigo, pero preferiría que no te pusieras tan serio.
—Pero ¿qué otra opción hay? —notó SeHun, por la expresión incómoda de su rostro y el modo compulsivo con que retorcía la toalla, que su pregunta lo había perturbado, pero, desesperado por entender lo que ocurría, presionó un poco más—. ¿Hacia dónde quieres que vaya nuestra relación JunMyeon?
—No quiero que nada cambie. —explotó JunMyeon.
—Las cosas cambian, lo quieras o no. —dijo SeHun—. Todo cambia. Así es la vida. Ni tú ni yo podemos alterar eso. —SeHun no pudo aguantar ver a JunMyeon tan preocupado y, contra lo que le dictaba su buen juicio, redujo la tensión—. Estamos los dos muy cansados. Vámonos a la cama.
—Sí, eso es lo mejor. —susurró JunMyeon y lo guío hacia la habitación—. Eso es lo que más me gustaría. SeHun, estamos nerviosos. Tú has cambiado de trabajo, luego está mi promoción, el modo en que te ha a afectado ver a Kyungsoo y Chanyeol con el bebé. No me extraña que estés intranquilo y que te preguntes cosas. Pero pronto todo se asentará de nuevo y te darás cuenta de que estamos bien así. Tú eres demasiado independiente, los dos lo somos, y a los dos nos gusta demasiado lo que tenemos como para querer cambiarlo. Te darás cuenta de eso dentro de poco, y entonces entenderás que tengo razón en querer que todo siga como está.
SeHun ocultó en el cuello de JunMyeon, disfrutó de su aroma, contento, de momento, con poder abrazarlo. Pensaba que JunMyeon estaba equivocado pero, tumbado tan cerca de JunMyeon, se podía engañarse a sí mismo diciéndose que aquello era todo lo que quería y que no era el momento adecuado para una discusión. Pero pronto lo sería.
**************
¿que piensan de la actitud de jun?
ESTÁS LEYENDO
Don't Make me regret it
General FictionOh SeHun y kim JunMyeon llevan dos años siendo novios. Ambos tenían las cosas claras de la relación: sexo+amor, pero el matrimonio y los hijos no entraban en los planes ¿verdad? Pero que pasaría cuando oh SeHun empieza a sentir la necesidad de casa...