XVI

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En la UCI, Dongwoon había mejorado un poco. Ya habían pasado más de dos semanas desde que le habían hecho la traqueotomía y le habían insertado el tubo. Ya estaba despierto y, aunque todavía necesitaba respiración artificial y no podía mover las extremidades, podía parpadear para comunicarse. Además, había mejorado la capacidad de absorción de oxígeno de sus pulmones.

—Lo que es muy buena señal. —le dijo SeHun al señor y la señora Garam, después de un examen—. Son muy buenas noticias.

—El fisioterapeuta está muy contento con sus brazos. —le dijo la señora Garam—. Parece que los tiene mejor.

SeHun asintió. El fisioterapeuta había estado trabajando con el señor Dongwoon desde el principio, tanto con la zona frontal del torso como con la espalda y las extremidades, manteniendo sus músculos activos, para evitar las contracturas que se podían formar por causa de la parálisis.

—Además, la presión arterial y el pulso se han estabilizado. —dijo la mujer.

—Sí, así es. También hemos podido reducir la dosis de analgésicos, lo que es una buena señal. Todo apunta a una mejora. —aseguró SeHun.

—Ya empezábamos a pensar que nada iba a cambiar. —dijo la señora Garam.

—Pueden pasar semanas antes de que el señor Chanyeol pueda volver a respirar por sí mismo. —le advirtió SeHun—. Las piernas pueden tardar un año y, como le ha dicho la neuróloga, puede que nunca se recupere del todo.

—Pero hoy hay signos de que todo puede ir a mejor. —dijo la señora Garam.

—Sí, así es. —admitió SeHun con una sonrisa—. Sí.

Jung Jiwoo, la joven paciente víctima de un accidente de tráfico, tenía los riñones dañados y necesitaba de una diálisis cada dos días.

—En este momento, no podemos saber si el problema con sus riñones continuará a largo plazo. —le dijo SeHun a sus padres—. Todavía existen posibilidades de que se recobre.

—¿Y los pulmones, doctor? —preguntó la madre con una mirada triste—. La enfermera nos dijo que seguían igual esta mañana.

—No ha habido cambios. Pero no hemos necesitado aumentar la cantidad de oxígeno, y eso es una muy buena señal. Si podemos evitar que las cosas se pongan peor y darle tiempo de que se recupere, entonces vamos por buen camino. Es joven y fuerte y eso está de su parte.

Cuando terminó con Jiwoo, salió de la UCI y se encontró con Tao, que lo estaba esperando en el mostrador principal.

—Hola. Pensé que te interesaría saber algo sobre la señora Yoolyn.

—Vamos a tomarnos un café. —dijo SeHun, ignorando la interesada mirada de Tommy, así como el gesto de sorna que hizo en cuanto Tao se dio la vuelta. SeHun extendió el brazo para señalar la dirección hacia la que se debían dirigir—. ¿La señora Yoolyn?

—La mujer que se intoxicó con monóxido de carbono. —le recordó, Tao mientras pedían las bebidas—. Estaba deprimida por sus dificultades para quedarse embarazada.

—Su marido la encontró en el coche. —dijo SeHun, recordando lo sucedido. Añadió agua hirviendo a las tazas y se dio la vuelta—. No me digas que se ha tomado una sobredosis de medicamentos este mes.

Tao le lanzó una mirada de desaprobación.

—No es un comentario agradable sobre mis capacidades como psiquiatra. —dijo Tao con soma—. Lo que quería contarte es que está mucho mejor.

SeHun sonrió.

—Me alegre. ¿Leche y azúcar? —pregunto SeHun.

—No, gracias. —Tao agarró la taza que SeHun le ofrecía—. El ginecólogo no ha encontrado nada extraño y le han prescrito unas vacaciones. Su marido se la va a llevar fuera un fin de semana. Creo que los dos necesitan un descanso. Pero esa no es la única razón por la que quería verte. Quería invitaros, a ti y a JunMyeon a una fiesta en mi casa. —le dio como fecha un sábado del mes siguiente—. He preferido hacer las invitaciones pronto, para que la gente esté libre.

SeHun frunció el ceño.

—Yo no estoy de guardia ese fin de semana, pero JunMyeon estará de viaje. —respondió SeHun con el rostro desencajado al recordar el episodio.

—Puedes venir solo. —Tao hizo un movimiento con la pierna que hizo que los pantalones del hospital se apegaran más a sus piernas. Aquella breve visión le demostró a SeHun que todavía tenía unas piernas extraordinarias de las que, si SeHun no recordaba mal, Tao estaba orgulloso.

Tao dijo el nombre de algunos doctores y enfermeros que sabía estarían allí.

—Te prometo que no me lanzaré sobre ti, si así te vas a atrever a venir solo. Pero no puedo darte garantías de lo que sucederá con el resto de los chicos. —susurro Tao.

SeHun se rio. Le daba la sensación de que la época en que los chicos se lanzaban sobre SeHun había pasado hacía tiempo.

—No sabría ni qué hacer. —dijo SeHun—. Hace mucho tiempo que nadie flirtea conmigo.

—Ja. Será que tú no lo notas, pero estoy seguro de que los chicos flirtean contigo todo el tiempo. —Tao terminó su bebida—. No me había dado cuenta de lo tarde que es. —se sacó una tarjeta del bolsillo y se la dio—. Esta es la dirección y el teléfono. Llámame si necesitas saber algo. ¿Cuánto tiempo se va JunMyeon?

—Se va un mes. Vuela a Asan el martes y luego se marcha otra vez. — SeHun le explicó que las altas cifras de ventas que había obtenido habían hecho que se ganara un viaje a Arizona.

Tao inclinó la cabeza.

—Hablas como todo un esposo orgulloso. —se burló tao.

—Bueno, no soy nada paternalista, pero sí estoy orgulloso. —admitió SeHun al reconocer aquel sentimiento, se sorprendió. Tenía razón. Estaba orgulloso de lo que JunMyeon había conseguido. Salieron en dirección a la unidad—. Es muy bueno en su trabajo.

—Siempre y cuando eso no implique que te esté dejando muy abandonado. —Tao le apretó ligeramente el brazo—. Si echas de menos un poco de compañía, llámame. No estoy saliendo con nadie, así que podríamos pasar juntos alguna cálida noche que nos traería buenos recuerdos.

—Te lo haré saber. —SeHun se preguntó si Tao le estaba tomando el pelo, pero, aunque le brillaban los ojos, su rostro permanecía invariable, por lo que no sabía hasta qué punto tomárselo en serio—. Gracias, Tao. Y gracias por informarme sobre la señora Yoolyn.

Al darse la vuelta, se encontró con Tommy, que estaba allí. Su gesto evidenciaba que había escuchado la críptica invitación de Tao.

—Bueno, eso ha sido una insinuación clarísima. — dijo Tommy alegremente—. Y la verdad es que está muy bien. ¿Te lo estás pensando?

—No, con Tao no. —dijo SeHun y frunció el ceño mirando hacia la puerta por el que había salido el psiquiatra—. ¿De verdad piensas que ha sido una insinuación?

—Ha resonado con campanas y trompetas. —le dijo Tommy—. Hasta un estúpido se daría cuenta.

Tao debía estar realmente desesperado.

—Es un viejo amigo nada más. —respondió SeHun—, por lo menos así lo veo yo.

—Hay que tener cuidado con eso hoy en día, SeHun. —Tommy sonrió de nuevo—. Lo que tú puedas pensar y tratar no es lo mismo lo que la gente puede ver. Puede que acabes rompiendo el corazón de alguien.

—No pasará. —respondió SeHun.

—Sigue mi consejo. —el enfermero seguía sonriente—. Si no estás loco por el sexy psiquiatra, no aceptes su invitación. A menos que quieras acabar teniendo serios problemas con tu otro amor.

Pero SeHun se preguntó si JunMyeon, realmente, se daría cuenta. 

Don't Make me regret itDonde viven las historias. Descúbrelo ahora