Después, caminaron lentamente, deteniéndose aquí y allí para regalarse lánguidos besos. Tardaron mucho más en volver al coche de lo que habían tardado en llegar hasta allí.
SeHun condujo hasta BaySang, y compraron empanadas y batidos en la tienda que estaba cerca de la playa. Allí se sentaron sobre la arena caliente.
—Deberíamos habernos traído los bañadores. —dijo JunMyeon con aire soñador, una vez que hubo terminado la empanada. La playa no estaba llena, pero había unas cuantas familias, además de unas cuantas parejas haciendo surf—. Yo si estoy demasiado viejo como para volver por ellos, no como otros que están en su juventud.
—No me mires así. —dijo SeHun, divertido con la mirada humorística de JunMyeon. Se quitó la gorra y se bajó las gafas, para cubrirse los ojos. Luego se dio la vuelta para apoyar la cabeza sobre su estómago—. No pienso conducir de vuelta solo por ti. Ya nadaste ayer.
—Pero el agua está maravillosa. —chillo JunMyeon.
—Si estás tan desesperado conejito, finge que tu bóxer son como un traje de baño. —sonrió SeHun con malicia.
—Tendría que hacerlo. —dijo JunMyeon, y SeHun sintió sus manos masajeándole suavemente la cabeza, en un movimiento casi hipnótico—. Solo que mi boxer escapa de lo convencional y no puede ser visto por todos.
SeHun sonrió, mientras lo contemplaba.
—¿Estás cansado? —pregunto JunMyeon al verlo somnoliento.
—Un poco. —respondió SeHun notó el leve movimiento de su abdomen, mientras bostezaba—. No es extraño, porque me has mantenido despierto la mayor parte de la noche conejito. Puede que cierre los ojos unos minutos.
—Como quieras Hunnie. Yo cuidare tus sueños. —sonrió JunMyeon de forma dulcemente tierno.
Aquello le sonó muy bien a SeHun, que se puso cómodo, bostezó y dejó que su cuerpo cayera suavemente en un letargo.
Un leve tacto en el rostro lo despertó. Cuando abrió los ojos se encontró el sonriente rostro de JunMyeon.
—Son más de las seis. —le dijo JunMyeon suavemente—. Dormilón.
—¿Más de las seis? —SeHun miró el reloj incrédulo, pero comprobó que tenía razón—. Deberías haberme despertado.
—Te estaba mirando. —respondió JunMyeon.
—¡Qué aburrimiento! —dijo SeHun, con voz somnolienta.
—No ha sido aburrido en absoluto. —en algún momento, mientras dormía, JunMyeon debió de haberse mojado la cara por el calor. Pues cuando tomó su cabeza para besarlo, sintió los mechones de pelo sedoso haciéndole cosquillas sobre la cara—. De hecho, era hipnotizante. Eres increíblemente guapo, SeHun. Solo que, normalmente, te despiertas antes que yo y no tengo la oportunidad de mirarte como es debido.
—No tan hipnotizante como para conseguir que hagas lo que yo quiero que hagas. —lamento SeHun, deseando con todo su corazón que JunMyeon en algún momento aceptase tener una vida a su lado y criar a sus miles de hijos.
—No, tanto no. —confirmó JunMyeon.
SeHun se arrepintió de lo que había dicho nada más decirlo, pues notó que JunMyeon se tensaba.
—Eso sería aburrido, después de todo. —dijo JunMyeon—. Deberíamos irnos.
—Sí. —SeHun se levantó y le tendió una mano para que también se levantara—. ¿Qué tal tienes la ampolla?
—No tengo ninguna ampolla. —replicó JunMyeon, pero al andar, cojeó un poco—. Bueno, quizá una pequeña.
—Enséñamela. —SeHun se colocó para facilitar que JunMyeon se apoyara en él, le agarró el pie y le miró el talón. Se sorprendió al comprobar que JunMyeon tenía razón. Había una ampolla, pero era muy pequeña—. Has tenido suerte esta vez. Pero si te pusieras calcetines, no habrías tenido el más mínimo problema.
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Don't Make me regret it
General FictionOh SeHun y kim JunMyeon llevan dos años siendo novios. Ambos tenían las cosas claras de la relación: sexo+amor, pero el matrimonio y los hijos no entraban en los planes ¿verdad? Pero que pasaría cuando oh SeHun empieza a sentir la necesidad de casa...