EPÍLOGO

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(ESCUCHEN DONT GO PLS PLS, LES PROMETO QUE SENTIRAN BONITO)

Se casaron dos semanas después. Ninguno de los dos quiso esperar más. Después de todo, ya habían esperado cinco largos años. JunMyeon apareció en la iglesia con un precioso traje blanco, más guapo que nunca.

SeHun rodeó posesivamente a JunMyeon con un brazo cuando llegó hasta él. Estaba descansado, afeitado, con un traje gris hecho a medida y con el pelo recién cortado. El orgullo y satisfacción que se reflejaba en su expresión hizo que JunMyeon apoyara la cabeza en su hombro.

JunMyeon estaba tan emocionado que no podía aguantar todo lo que lo quería y el miedo a perderlo todo quiso aparecer. Sin embargo, mientras decían los votos y se intercambiaban los anillos, JunMyeon supo que SeHun lo amaba igual, que eran iguales en ese sentido, el más importante y con ello JunMyeon comprendido que su historia de amor seria invencible.

Kyungsoo y Chanyeol fueron los testigos

Todo el pueblo de Daegu estaba invitado a la boda. JunMyeon miró a su marido mientras bailaban después del banquete.

—Hace dos años no creí que pudiese haber un final feliz para nosotros. —confeso SeHun—. pero desde que te vi todo cambio mi amor.

—Yo no lo habría creído hace dos semanas. —rió JunMyeon—. Ay SeHun te amo tanto.

—La boda ha sido maravillosa, JunMyeon. Todo lo que había soñado. —susurro SeHun—. también te amo conejito.

—Pues espera hasta esta noche. —bromeó JunMyeon, besándolo en el cuello.

—Que nos están mirando, conejito. —gruño SeHun, sintiéndose excitado.

—Que miren. Sólo estoy besando a mi esposo. —rió JunMyeon, buscando sus labios.

Y todo el pueblo lo celebró la boda del maravilloso doctor Oh SeHun.

Tres meses después Oh SeHun y Kim JunMyeon acudieron al Bautizo del bebe de Kyungsoo y Chanyeol. Fue durante la comida que JunMyeon fue atacado por una ráfaga de nauseas que llamaron la atención de todos los invitados, entre ellos los padres de SeHun, quienes no pudieron evitar sonreír en complicidad a su hijo conociendo completamente el camino que abrían las náuseas de su yerno JunMyeon.

Y si, JunMyeon tenía alrededor de tres meses de embarazo y tuvo que renunciar a su puesto de doctor en la clínica de Daegu, en el cual llevaba apenas un mes. Sin embargo, como ya lo había hablado con SeHun, deseaba dedicarse a la maternidad y a disfrutar de su bebé.

Y ellos no podían perder la oportunidad de celebrarlo.

—Shh. Confía en mí, ¿de acuerdo? —suplico SeHun.

—De acuerdo. Confío en ti. Siempre he confiado.

SeHun lo miró una vez más antes de separarle los muslos y colocarse en el centro. Le acunó los pezones con las manos, sin despegar los ojos de los suyos. Su duro abdomen presionaba deliciosamente contra su vientre, haciéndolo arquearse de placer.

Un gemido subió por su garganta cuando lo vio bajar la cabeza para capturar un pezón con los labios. JunMyeon arqueó la espalda involuntariamente, pero SeHun se aprovechó del movimiento para deslizar un brazo bajo su cintura y alzarlo hacia sí. Luego se concentró en el otro pezón, arrancándole otro gemido.

—Podría pasar una hora entera... —susurró SeHun besándole los pezones.

JunMyeon enterró los dedos en su pelo.

—Ya te dije que quería hacerte algunas cosas...

—Pues tendrás que esperar.

SeHun le mordisqueó de nuevo el pezón y, fiel a su palabra, se mostró insaciable, saboreándolo, lamiéndolo... Cada caricia de su lengua reverberaba en todo su cuerpo. Cuando finalmente se apartó de JunMyeon, JunMyeon apenas podía permanecer quieto. Tenía los pezones húmedos e hinchados, y se los cubrió con las manos en un intento por aliviar aquel dulce y violento dolor.

Don't Make me regret itDonde viven las historias. Descúbrelo ahora