novio de alquiler ∼ mattwoong

07.

—Realmente eres como un niño pequeño, lindo.

—Mhn. —solo asintió sin tomarle importancia.

Jiwoong, a su lado, soltó un suspiro mientras salían del edificio donde el mayor tenía sus clases.

—¿Qué llevas en la cajita? —preguntó Jiwoong de pronto, sin saber si lo correcto era o no era tomarle la mano ya que eran, bueno, novios.

Matthew enarcó una ceja, quitando la tapa del envase y revelando unos lindos cupcakes con forma de flores y decorados con distintos tipos de crema.

Jiwoong humedeció sus labios y extendió una mano, pero Matthew la manoteó.

—Los vendo, no los regalo —regañó Matthew sonriendo—. Son ochocientos won.

—¡Pero soy tu novio! —se quejó Jiwoong.

—Entonces son dos mil won —replicó Matthew.

—¡Sonrisitas!

—Dame cinco, solecito.

Jiwoong crispó sus hombros cuando apareció Ricky de pronto, con esa estúpida sonrisa que ponía hacia Matthew, pareciendo una maldita rata de alcantarilla.

Estaba pensando seriamente en llamar a control de plagas para que se hicieran cargo de ese pequeño problema.

—¿Qué haces aquí, Riri? —preguntó Matthew, tendiéndole el envase mientras su amigo sacaba los billetes.

—Bueno, aproveché el tiempo libre mientras espero a Yujin para buscar a tu anciano novio y hablar con él —respondió Ricky, echando sus cupcakes a una bolsa de papel.

Sí, definitivamente llamaría para que se deshicieran de esa rata inmunda.

—¿Hablar de qué? —preguntó Matthew frunciendo el ceño, viéndose totalmente adorable en opinión de Jiwoong.

—Cosas de gente alta —respondió Ricky —, así que anda a darte una vuelta por el estacionamiento, esos cupcakes no se venderán solos.

Matthew los miró con una expresión confundida a los dos, pero al ver que Jiwoong no reclamaba ante las palabras de su amigo, se encogió de hombros y le dijo que lo buscara después en el estacionamiento.

Apenas Matthew desapareció, Jiwoong contempló a Ricky fríamente.

—¿Entonces?

—No sé a qué está jugando Matthew —dijo Ricky sin rastro de amistad en su rostro—, y estoy seguro de que hay algo que no me está diciendo. Nunca había hablado antes de ti, así que de un día para otro apareciera con alguien que es su novio, me dice que me está ocultando unas cosas — Ricky dio un paso tratando de lucir amenazante—. Aun así, no me voy a entrometer en ello. Sin embargo, si le haces daño te ha-

—¡Ricky!

La seria cara de rata fue interrumpida cuando un chico más pequeño y delgado, con el cabello castaño, apareció de pronto lanzándose a los brazos de Ricky. El aludido lo abrazó con clara sorpresa para luego mirarlo con cariño.

—¿Cómo estás, Yujin? —le preguntó antes de separarse.

—Ugh, tuve un mal día, debes comprarme algo a cambio de mi esfuerzo por aguantar a la profesora de química —se quejó el recién llegado. Unos segundos después, se giró hacia Jiwoong, mirándolo de pies a cabeza, y humedeció sus labios—. ¿Quién es este chico tan guapo, Ricky?

—¿Guapo? —escupió Ricky—. No lo puedes encontrar guapo, tiene cara de anciano.

—Habló el cara de rata —soltó Jiwoong, y le guiñó el ojo al muchacho de cabello castaño, haciéndolo soltar una risa baja.

—¡No puedes coquetearle a mi hermano! —gritó Ricky, agarrando posesivamente a Yujin—. ¡Eres el novio de Matthew!

—¡¿Matthew tiene novio?! —chilló Yujin.

—Es una larga historia.

—¿Y quién te golpeó en la cara, hyung? —Yujin le tocó la mejilla herida a Ricky.

—Un anciano —respondió Ricky sonriendo burlonamente.

Jiwoong masculló algo por lo bajo.

—Suficiente por hoy, nos vamos —gruñó Ricky girándose sin decir otra cosa.

—¡Adiós, señor anciano guapo! —se despidió Yujin, sin dejar de sonreír.

Jiwoong soltó un suspiro, cansado, y negó con la cabeza tratando de no pensar demasiado las cosas. Suficientemente se había complicado su vida esos últimos días para agregarle otro problema.

Lo único que debía hacer era llevar una convivencia sana con Matthew, y cuando llegó al estacionamiento y el bonito chico le dio de comer un cupcake, supo que quizás todo sería más agradable de lo que realmente había creído.