05.

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—Entonces —dijo Hanbin lentamente—, ¿dónde se conocieron?

—En la plaza.

—En un sitio web.

Todos en la mesa miraron a Jiwoong y a Matthew: el primero frunció el ceño tratando de no lucir enfadado, en tanto el segundo se encogía de hombros, sin dejar de sonreír.

—En un café.

—Se acercó mientras vendía mis pastelitos.

Jiwoong se giró hacia Matthew con los ojos entrecerrados.

—¿Haces pastelitos?

—Si te dedicaras a algo más que tocarme el trasero, te fijarías que te hago pastelitos —mintió Matthew con una expresión indignada.

Hanbin se atoró con su saliva, pero antes de que pudiera hacer algo más, Hao se movió para evitar un desastre. Sin embargo, de poco le sirvió ya que Gyuvin le escupió el agua que había estado bebiendo.

Con un chillido de indignación, Hao le dio un golpe a Gyuvin.

Jiwoong hizo rechinar sus dientes.

—Nos conocimos en un café que queda en la plaza luego de haber hablado por un sitio web —soltó Jiwoong dándole un pellizco a Matthew en la pierna para que no dijera nada.

Hao, limpiando su rostro con una servilleta, los miró con los labios arrugados.

—¿Seguro, Jiwoong? —le dijo con sospecha—. Nunca antes nos habías hablado de este chico —la sonrisa de Matthew se tambaleó un momento—. ¿No nos estás mintiendo?

Jiwoong lo observó con frialdad y una expresión imperturbable, sin dejar traslucir un poco parte de la mentira. Sin embargo, estaba tardando mucho en responder, y Matthew decidió que lo mejor sería intervenir.

¿Y qué mejor manera de intervenir que humillando a Jiwoong?

—¡Lindo, ¿no le has contado de mí a tus amigos?! —dijo tomándolo del brazo, llamando su atención.

El pelinegro soltó un resoplido, pero antes de poder decir algo, Gyuvin comenzó a reírse como desquiciado.

—¡¿Lindo?! —soltó entre risas—. ¡Jiwoong, eres su chico lindo! —Hanbin bajó la vista, ocultando su sonrisa—. ¿En la cama también eres lindo? —incluso Hao tuvo que tapar su boca para no reírse como si estuvieran limpiando un vidrio, mientras Gyuvin se sostenía de la mesa para no caerse debido a la risa.

—Oh, voy a matarte —Jiwoong se puso de pie mientras Matthew comenzaba a reírse también.

—No si yo lo hago primero, anciano.

Antes de lanzarse sobre su amigo, alguien tomó del hombro a Jiwoong y tiró de él, volteándolo. Todos se giraron a ver el momento exacto en el que el rubio de antes, que había estado abrazando a Matthew, golpeaba a Jiwoong en la mejilla con su puño, con el ceño ligeramente fruncido.

Jiwoong cayó al suelo mientras soltaba un grito bajo.

—¡Ricky, ¿qué estás haciendo?! —chilló Matthew poniéndose de pie.

Se puso de pie antes de lanzarse sobre el rubio, ambos cayendo nuevamente al suelo.

—¡Jiwoong! —chilló Matthew.

—¡Oigan, deténganse! —gritó Hao—. ¡Hanbin, haz algo!

—¿Qué quieres que haga?

—¡PELEA, PELEA! —alentó Gyuvin—. ¡Le apuesto al cara de rata!

—¡Yo le apuesto a mi chico lindo! —gritó Matthew, y todos lo miraron—. ¿No?

Todos rodaron los ojos.

Todos rodaron los ojos

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novio de alquiler ∼ mattwoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora