14.

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Matthew se sentía como el peor amigo y falso novio del mundo.

Le había dicho cosas horribles a Yujin por culpa de esos celos que le estuvieron consumiendo, y no sólo eso, se puso celoso cuando no tuvo que serlo. Jiwoong y Yujin no estaban haciendo nada malo, y si incluso estuvieran en algo, ¿quién era él para impedirlo? No era novio de Jiwoong como para reclamarle eso. Sólo era su falso novio, que aceptó aquel trabajo porque realmente lo necesitaba y estaba tan desesperado que no le importaba venderse con tal de conseguir un poco más de dinero.

¿En qué estaba pensando? Por el amor a Dios, había enloquecido al verlos.

Pero verlo así, de esa forma, le hizo pensar que Jiwoong podía dejarlo antes de tiempo, antes de que pasaran los seis meses, y no quería eso. Quería disfrutar esos tres meses que le quedaban con el chico completamente, sin nadie que se metiera, para luego llorar por haberse ilusionado con algo que no tenía futuro, pero qué importaba. No importaba, no si esos meses fingía que Jiwoong era suyo, sólo suyo.

Se sentía demasiado miserable, demasiado triste como para poder hacer algo más que llorar por lo que ocurrió. Nunca antes había actuado de forma tan celosa, de forma tan grosera, por un chico que le gustara.

Iba a tener que disculparse completamente con Yujin por haberle dicho esas cosas tan horribles, por hacerlo llorar, al igual que con Jiwoong.

Si antes no alejó a Jiwoong de él, ahora sí que lo debía haber hecho, y eso le rompía el corazón por completo.

De pronto, alguien se sentó a su lado.

Quiso levantar la vista para gritarle a esa persona que lo dejara llorar en paz, pero antes de poder hacerlo, Jiwoong habló:

—A pesar de que el gesto que hagas con la boca significa que estás enojado, me parece adorable de alguna forma.

Soltó una risotada entrecortada, tratando de controlarse, pero fallando miserablemente.

Jiwoong suspiró al notar como los hombros de Matthew se seguían sacudiendo, y con cuidado, deslizó sus brazos por la cintura del chico para darle un abrazo.

Pero Matthew, todavía demasiado alterado, le golpeó en el hombro.

—No... ¡No quiero tus... tus abrazos, infiel! —chilló sin pensarlo.

—¡Mierda, Matthew, no puedo creer que me estés diciendo eso! —se quejó Jiwoong tomándolo de los brazos.

—¡¿Desde cuando... estás con Yujin?! ¿Él te gusta? —prosiguió descontrolado.

—¡No estoy con Yujin, estoy contigo! —enmudeció ante las palabras del rubio—. ¡Matthew, eres mi novio, ¿qué demonios te pasa?!

Pero las palabras ya no salían de su boca ante lo que dijo Jiwoong.

El pelinegro puso una expresión fastidiosa.

—¿Ahora te quedarás callado? —Jiwoong rodó los ojos—. Matthew, el motivo por el que Yujin y yo actuamos así es porque me pidió ayuda para atraer la atención de su estúpido hermano cara de rata, por nada más.

Matthew puso una expresión sorprendida, sin embargo, sus labios siguieron sellados.

Jiwoong soltó un suspiro, acercando a Matthew, bajando la voz.

—Seokie —murmuró tranquilo—, eres mi novio, no voy a serte infiel jamás.

Matthew quiso decirle que eran novios falsos, sin embargo, antes de poder hacerlo, Jiwoong le dio un beso suave en los labios y olvidó todo pensamiento.

Porque los labios de Jiwoong parecían ser mágicos y curar todo dolor y pena de su corazón.

Porque los labios de Jiwoong parecían ser mágicos y curar todo dolor y pena de su corazón

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novio de alquiler ∼ mattwoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora