❝Kim Jiwoong odia las cosas del amor, y sobre todo, los novios. Su madre cree que una pareja lo haría cambiar de opinión así que decide "alquilar" a un chico con una preciosa sonrisa, Seok Matthew, para que sea el novio de su antipático y lindo hijo...
️¡Este capítulo contiene smut, si esto no es de tu agrado puedes dirigirte al siguiente capítulo! ❕
Jiwoong de pronto estaba besando a Matthew, y cuando pestañeó, no sabía cómo, pero llegaron a un callejón donde estaba acorralando al pobre chico contra la pared, sin separarse de él un momento, sin dejar sus labios unos segundos, sólo lo suficiente como para que pudiera respirar y no morir ahogado.
Sus manos estaban en su cintura, aferrándose a él, mientras los brazos de Seok estaban rodeando su cuello, acercándolo, apretándolo, como si temiera que pudiera alejarse de él.
Pero Jiwoong no pensaba alejarse de Matthew, al menos, no por ese momento.
¿Cómo habían acabado en esa situación? Bueno... Qué importaba en aquel instante. Lo único que importaba era que lo estaba besando con total salvajismo y pasión.
Jiwoong podía besar todo el día a Matthew y jamás se cansaría. Y no le importaba lo que significara eso, le daba lo mismo, sólo quería besarlo en cualquier momento y eso estaría bien para él.
A su oído, Matthew gimió en voz baja cuando sus labios se deslizaron por su cuello.
—Te estoy besando con tu consentimiento, ¿cierto? —se burló Jiwoong de pronto, deslizando sus manos más abajo, dándole un apretón en el trasero.
Matthew se sobresaltó, sus mejillas ruborizándose.
—Si... —jadeó sintiendo la entrepierna de Jiwoong frotándose contra la suya.
—Bien —satisfecho, Jiwoong siguió besándolo por el cuello, mordiendo, chupando, lamiendo.
Tener a Matthew bajo él, de esa forma, lo estaba enloqueciendo a más no poder. No había forma de explicarlo, pero no importaba, porque si ambos lo estaban disfrutando entonces estaba bien.
La última pizca de conciencia hizo efecto en Matthew y quiso negarse y alejarse del mayor, pero de pronto una de las manos de Jiwoong lo estaba masturbando, subiendo y bajando, y era un manojo de nervios, de gemidos. El pelinegro lo siguió besando, pudiendo sentir la sonrisa del chico contra sus labios, para luego abrir su propio pantalón, sacando también su miembro, comenzando a masturbar ambos penes frotándolos entre sí.
Tuvo que morder su labio inferior para no gritar por el placer que estaba sintiendo.
La mano de Jiwoong que los estaba masturbando lo soltó, e iba a soltar un quejido, pero la cambio por la otra mientras deslizaba sus dedos húmedos gracias al líquido preseminal por su trasero, y Seok gimió al recibir un pequeño apretón.
Sonriendo contra sus labios en un beso demandante, Jiwoong presionó un dedo húmedo contra la entrada de Matthew, sin empujar demasiado, y escuchó el quejido del chico.
Profundizó el beso en el momento en que metió más profundo su dedo, sin dejar de masturbarlo, y pudo escuchar el gemido ahogado de Matthew contra su boca.
Comenzó a mover su dedo en su interior, penetrándolo lentamente, haciendo pequeños círculos mientras su otra mano seguía ocupada en masturbar las dos pollas frotándolas contra sí, y pronto Matthew estaba gimiendo en voz baja, mordiendo su labio inferior mientras Jiwoong se dedicaba a seguir marcando su cuello.
El segundo dedo causó que Matthew volviera a sobresaltarse, pero aceleró los movimientos de su mano masturbándolo, por lo que pronto el chico olvidó el dolor momentáneo para deshacerse en gemidos.
Pronto, los dedos de Jiwoong encontraron su punto débil y Matthew, por supuesto, no fue capaz de aguantar mucho. No cuando estaba recibiendo estímulos en tres zonas: su cuello, su pene y su ano. Gimiendo contra el hombro de Jiwoong, temblando por completo, sujetándose del mayor, llegó al orgasmo sintiendo que podía alcanzar el cielo en ese momento.
La visión de Matthew corriéndose fue suficiente como para que Jiwoong le siguiera entre jadeos.
Ambas camisas quedaron manchadas con el semen mientras trataban de recuperar el aire, y Matthew se apoyó en la pared, respirando aceleradamente mientras Jiwoong se alejaba mirando su ropa sucia.
—Eres horrible —se quejó Matthew sintiendo sus mejillas ruborizadas.
—Cuando estemos a solas —le murmuró Jiwoong acercándose—, vamos a terminar esto de otra forma.
Matthew sólo le respondió con una sonrisa desafiante.
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