Marcos
Terminamos de comer lo que había preparado Jonás y todos quedamos satisfecho con su comida. Apolo estaba hablando con Jonás lo que le estaba pasando con la tal Amy. Steffy estaba en la cocina lavando los platos y yo me quedé sentado en el comedor pensando en lo que esa Amy me había dicho la noche de la fiesta.
—No dejes que ella se entere de esto.
Esas palabras no dejaban de golpear mi cabeza, la verdad es que no sabía si se refería a lo que pasó entre ella y apolo o, lo del juego. Dios me estaba consumiendo saber a qué se refería con decirme eso.
Levanto la mirada para ver a Jonás pero cuando iba a decirle algo Steffy aparece en mi campo de visión.
—Apolo mañana es el cumpleaños de Ed, deberías de hacerle algo —decia Steffy acercándose a nosotros.
—Justo estaba hablando con Jonás de eso, mañana iré a comprar unas cosas para el.
—Yo lo acompañare —dijo Jonás sonriéndole a mi chica.
—Bien, entonces yo veré qué le hago aquí, tengo unas cositas guardadas en mis cajitas de regalos, me acompañas Marcos?
Estaba escuchando atentamente lo que ellos estaban hablando sobre hacerle un regalo de cumpleaños a su hermano, la verdad es que nunca lo vi. Me da curiosidad en ver a ese mini Apolo. Cuando mi chica me pregunta algo yo desvio la mirada hacia ella y sin darle una respuesta yo me levanto para acercarme a ella y dejarla ahí atrás mientras que subía las escaleras.
—Ok, sube.
Cuando llego a la habitación de Steffy me vienen todos los recuerdos que pasaron cuando la hice mía y también la dejé hecha en mil pedazos. Me siento en la silla que estaba en su escritorio y cuando menos lo esperes ella ya estaba dentro de la pieza y cierra la puerta.
—Bien, las cajas están justo donde estas sentado.
Echo un vistazo por dejaba del escritorio y miro unas tres cajas medianas de color marrón, vuelvo a levantar la mirada y pongo cómodo en la silla.
—Si quieres sacar las cajas, ven tú —le dije levantando los hombros sin importancia.
—Bien, ¿Solo te vas a quedar ahí sentado sin siquiera ayudarme en sacar las cajas? —se cruza de brazos.
—Yo solo te digo que si las quieres, ven por ellas o quieres que ellas vayan por ti?
Me estaba divirtiendo en jugar con ella de esta manera, ya que me sentía un poco culpable por lo que había pasado una semana antes. Y ¿Que más con hacerla reír en estos momentos?, Me gustaba escucharla reír porque su risa es una melodía perfecta para mis oídos.
—Ok, yo las saco.
Cuando ella se está acercando, la miro con ojos de dulzura y deseo. Pero lo que ella acaba de hacer me dejó bastante paralizado porque me imaginé muchas escenas. Ella con una goma que tenía en su muñeca se agarra una cola alta y se agacha ante mi para sacar las cajas que estaban debajo del escritorio. Cuando se levanta ella las arrastra a un lado de la cama y se sienta en el suelo para sacar lo que estaba dentro de estas cajas.
Tenso la mandula porque no sé si es que lo estaba haciendo a propósito pero me estaba conteniendo en no hacerla mía en el suelo, no me importa si están los chicos abajo. Respire hondo y ella nota que ando tenso.
—¿Estas bien? —decía ella que me miraba con esos preciosos ojos marrones con un pequeño destello de color verde.
—Bonita, si te digo que estoy bien, estaría mintiendote y si te digo que no estoy bien, es porque necesito estar dentro de ti —le dije en un tono seductor.
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Steffy Miller
RandomSteffy es una adolescente que vivía en California y al cumplir sus diez años se mudó con su familia a la ciudad de Londres para tener una nueva vida en dicha ciudad. Lo que ella no se esperaba es que en su primer día de clases se llevaría una sorpre...