Capítulo 37

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Capítulo 37: "Rose"

Me dolía verlo de esa manera, me dolía verlo derrumbándose allí y me dolía más verlo lidiar con eso solo. Recuerdo las primeras veces que hablamos él solía decir que amaba estar solo, él no lo amaba estar solo, él se acostumbró a estarlo.

—Ven, vamos a tu casa—me levanté, tratando que él haga lo mismo.

Él deslizó su mano a la mía, la sostuvo. Se levantó, me abrazó sentí su cálido aliento en mi oído y cómo temblaba, es como un pequeño cachorro abandonado bajo la lluvia. Está solo y asustado.

—Ya estoy casa—susurró.

Lo apreté más contra mí, no sé cuánto tiempo estuvimos así, no lo aleje y él tampoco se alejó, no me importaba el tiempo que demoramos juntos. Porque el tiempo no era algo que importaba cuando estábamos juntos, cada segundo valía la pena.

Él hacía que valiera la pena.

—No me iré—le susurré—Solo no me alejes más, por favor.

—No quiero hundirte conmigo, no quiero que tú también sufras—la suavidad con la que hablaba me erizó la piel—No quiero que vivas esto por mi culpa y sobre todo no quiero que me tengas lastima, por verme así.

—No te tengo lastima—aclaré—Y esto lo hago, porque me importas mucho.

Él no dijo nada, solo se quedó mirándome.

—Vamos, tanta lluvia nos dará gripe—le dije.

Antes mis palabras se levantó rápido, se quitó su chaqueta <<<la cual estaba mojada>>> y me la pasó.

—Vamos súbete a la camioneta está allí—señaló hacia dónde habían dos camionetas negras y un porshe rojo.

—¿Camioneta? Creí que el porche era tuyo—pregunté confundida.

—Es mío—afirmó—Pero no conduciré y tu tampoco lo harás, ya me has rayado tres coches.

¿tres coches? Mejor dicho dos ferrari último modelo y un mclaren exclusivo. 

Y era verdad le rogué que me dejara conducir uno de sus autos, pero accidentalmente lo coche con otro vehículo a la hora de estacionarse. Ese día pensé que me mataría o me odiaría, pero no solo se preocupó por llevarme al hospital después de que le había dicho que estaba bien, pero no me creyó.

—¿Cómo harás con el porsche, tu llevas la camioneta y yo el porsche?—pregunte mirándolo.

Llegamos donde estaban la camioneta y el coche, de inmediato bajaron hombres en traje de ambas camionetas negras y abrieron la puerta para dejarnos abordar la camioneta. Mire a Adrien de inmediato.

—Lleven mi auto, me voy en la camioneta—ordenó—Nos vamos a "Corazón del océano"  y muevanse que no tengo todo el maldito tiempo del mundo.

"Corazón del océano" es un recinto privado, el más exclusivo de toda la ciudad donde se encuentran las personas más ricas viviendo en sus mansiones mientras prácticamente se bañan en dinero, no cualquiera entra allí solo lo más rico de lo más rico, es lo más exclusivo y lo más lujoso, allí están las mansiones más lujosas de todo el estado. Por no decir que del país.

—Si señor—exclamaron todos.

Uno de ellos me abrió la puerta de inmediato abordé la camioneta, Adrien se subió conmigo, antes de que se cerrara la puerta pude oír al tipo con traje diciendo.

"El pájaro va a volar"

¿Qué mierda?

—Son mis guardaespaldas—me informo.

Finales Escritos©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora