Bill.
Estuve unas dos, casi tres horas en el estudio. Necesitaba desahogarme y en el último tiempo la música había sido una buena terapia para momentos en los que simplemente quería tirar todo por la borda. No volví a enviarle un mensaje a Zoe, como ella tampoco me respondió, prefería dejarlo así, probablemente alguna parte de lo que dije era verdad, era mejor estar separados que juntos, simplemente no funcionábamos mezclados.
Salí del estudio junto con Lily detrás de mi, debía volver conmigo a casa para ir en busca de algunas de sus cosas que se habían quedado por lo que no podía negarle la entrada a pesar de lo único que quería ahora era estar solo.
—¿Te encuentras bien? —preguntó a mi lado dejando de mirar su celular.
—Sí. —miré hacia el frente.
—¿Seguro?, No luces como si lo estuvieras, puedes contarme. —apoyó su mano en la mía que estaba sobre mi rodilla. La alejé rápidamente.
—Estoy bien, gracias. —coloque mi mano que había tomado dentro de mi poleron esperando llegar pronto a casa. Lily tomaba cada oportunidad para insinuarse y llegaba a ser molesto. Sí, me gustaba la atención de las chicas, ¿a qué hombre no? Pero cuando llegaban a ser demasiado obvias era irritante.
Zoe nunca tuvo la necesidad de coquetear para llamar mi atención, solo con sus actitudes y sus locuras hacía que me interesara cada vez más en ella. Tampoco necesitaba todo un set de maquillaje o escotes pronunciados, siendo solo ella podía tener todo lo que deseara de mi. Aún no entiendo por que sigo comparándola, Lily es muy diferente a Zoe, en todos los ángulos y sentidos.
Zoe, mi chica, era única y era la que me estaba rompiendo el corazón ahora mismo por no ser capaz de pelear por lo nuestro.
Cuando llegamos a mi casa, baje con Pumba en mis brazos y fui directo al living para entregarle las cosas a Lily. Solté a Pumba y tomé el bolso negro volteando para entregárselo, lo que me pillo de sorpresa fue tenerla frente a mi a solo centímetros de distancia.
—Gracias. —me sonrió y observó directamente mis ojos acercando su rostro al mío. Quizás, solo quizás, si la beso podría sacar a Zoe de mi cabeza.— ¿Quieres besarme? —susurró llevando uno de sus dedos a mi labio inferior acariciándolo. Trague saliva y me incliné para llegar a su boca.
—¡Bravo! —la voz irreconocible de Zoe interrumpió el momento. Ella estaba aquí. En mi casa. Y... ¿Ebria? Lo pude notar por su falta de equilibrio al caminar hasta nosotros.— ¡El gato vuelve a atacar! —rió mientras seguir aplaudiendo.— Eres un prostituto de lo peor. —hipó. Definitivamente está borracha.
—¿Que estás haciendo aquí? —le pregunte separándome de Lily preguntándome, ¿qué mierda estaba apunto de hacer?
—¡Surpriseeeeee! —cantó alzando sus brazos.
—Bill, ¿quién es ella? ¿Una fan se ha colado en tu casa? —preguntó Lily con desagrado mirando a Zoe con desprecio.
—¿Fan? —se apuntó Zoe haciendo un puchero.— ¿No le has dicho quien soy, Bill? Pero que desconsiderado eres. —colocó una mano en su pecho de forma exagerada.— Haz roto a don corazocito aquí.
—Zoe... —me aproxime a ella tomándola del brazo. El olor a alcohol invadió mis fosas nasales. ¿Cuánto había bebido? Apenas se podía mantener en pies.
—No me toques. —quitó su brazo de mi agarre bruscamente desequilibrándose.— Yo soy Zoe o también conocida por Bill como "la chica que lo hace sentir normal", aunque ahora comprendiendo todo, supongo que le dice lo mismo a todas. —rió negando con su cabeza.
—Creo que debería irme. —Lily se dirigió a mi mirando a Zoe de reojo. Alzó su mano para despedirse y se dirigió hasta la puerta.
—Oh no, no te vayas. —la detuvo del brazo y volvió a cerrar la puerta de entrada.— Bill no se puede quedar sin el polvo de está noche, rompería con todos sus esquemas.
—Basta, Zoe. —endurecí mi mandíbula. Se estaba pasando, pero no la culpaba de todo, también había hecho idioteces con el alcohol en mi sangre.
—¿Qué? ¡Oh ya sé! ¿Quieres un trío? Lo hubieses dicho antes, que tonta soy. —negó con su cabeza divertida. De acuerdo, era suficiente.
Me acerque a ella nuevamente elevándola hasta mi hombro. La sentí golpear mi trasero pero lo ignore.
—Vaya, a Bill Kaulitz le gusta domar. ¡Seré tu Anastasia, Mr Kaulitz! —chilló.— Got me looking so crazy right nooooooow. —comenzó a cantar.
—Lo mejor será que te vayas ahora Lily, disculpa lo que ha dicho antes, estoy segura que cuando despierte mañana se arrepentirá. —la excuse.
—¡No me retracto! —gritó y la acomodé sobre mi hombro para hacerla callar. Lily solo asintió incómoda y se retiro. Bueno, como un escudo contra chicas, Zoe era eficiente.— ¿Por qué has dejado que se vaya? ¡Pensé que abría acción está noche!
—La única acción que abra está noche será tu tomando una taza de café bien cargada.
—Que aburrido eres. —hipó y la sentí acariciar mi espalda.— Tu espalda es taaaaan caliente. ¡¿Quién en el mundo pueden ser caliente hasta por detrás?! Es injusto tanta belleza. —sollozó y sorbió sus mocos.
—¿Cuánto bebiste? —respondí llevándola a la cocina, cuando la deje en la silla, un sollozó salio de sus labios. Miré su rostro y a pesar de la oscuridad aún podía distinguir sus facciones. Tenía los ojos llorosos.
—Lo suficiente como para olvidarme un momento de lo que ha pasado. —la miré sorprendido y no supe que decir.— Casi te besas con ella. —quitó una lágrima de su mejilla que fue reemplazada rápidamente con otra.— Si no hubiera aparecido, la hubieses besado. —hizo un puchero adorable. Ella era adorable hasta borracha y yo era un idiota aún sobrio.
—No hubiera sentido nada si la hubiese besado. —me coloco en cuclillas para estar a su altura. Apoyo mis manos en sus rodillas y la siento estremecer. Extrañaba sentirla cerca.
—No te creo, es difícil confiar en ti cuando lo único que haces es hacer las cosas contrarias a las que dices.
—Entonces ya somos dos, pensé que me querías lejos de ti. —sus ojos me miraron y negó con su cabeza como niña pequeña.
—Mentí. —rascó la punta de su nariz.— Sólo estaba molesta por que había visto fotos con esa tipa.
—¿Y es por eso que has venido hasta mi casa, en este estado?
—Yo solo quería verte, si está iba a ser la última vez que te iba a ver, quería hacerlo. Pero no pensé que estarías con ella aquí, eres un idiota por eso. —me golpeó en el hombro llorando más fuerte.
—Lo sé.
—Y yo soy más idiota aún por estar aquí.
—Lo sé. —reí y ella me devolvió la sonrisa.— Pero este idiota, quiere mucho a está idiota. —susurré en su oído antes de levantarme a hervir el agua para darle el café a Zoe.
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Pumba | bill kaulitz.
FanfictionBill Kaulitz deseaba una mascota hace mucho tiempo, sus amigos, familiares y conocidos habían ayudado en la busca de algún perrito para el cantante. Hasta ese día, cuando él decidió entrar a la tienda de mascota cayendo enamorado de el cachorrito de...