Capítulo 22.

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Zoe.

Apenas puse un pie en el instituto, todas las chicas a mi alrededor comenzaron a murmurar. Las mire con mi mejor cara de Darth Vader y seguí caminando mientras trataba de ignorar los cuchicheo. Debía acostumbrarme, ya todos me conocían como "la chica de Bill Kaulitz" y tenía que aprender a lidiar con la atención.

Hablando del idiota rubio, no se había dignado a hablarme. Últimamente era yo la que tenía que iniciar las conversaciones y si es que pueden ser llamadas así, por que se nos hizo costumbre no decir más de tres frases.

Me envió un mensaje a eso de las doce con treinta minutos, pero ya no me importaba, esperaba un saludo de mañana que dijera "suerte, te quiero" o algo por el estilo. Pero eso no iba a impedir mi entusiasmo por estar aquí, era la primera Sawyer en entrar a estudiar, lo que hacia a toda mi familia estar orgullosa de mis logros. Quizás tenía a un novio poco preocupado -o muy despistado-, a chicas a mi alrededor murmurando cada vez que paso, pero tenía el apoyo de mi familia y eso le ganaba a todas las cosas negativas.

Cuando terminaron mis clases, fui directamente a mi casa, donde mamá a penas cruce el umbral de la puerta,  me abrazo tan fuerte que casi siento como mis huesos se rompían.

—¡Estoy muy orgullosa de ti! —chilló en mi oído y me queje.

—Lo estamos. —se unió al abrazo mi mejor amigo, Jack. Este vez grite de alegría e hice el abrazo más fuerte. No lo había visto desde que llegue aquí. Cuando nos separamos, conversamos de mi día en la universidad, los contenidos y como me había sentido. No le conté a mi madre acerca de la gente hablando a mi alrededor, por que conociéndola, diría "¿Quienes son esas perras locas?" y se dirigiría a mi lugar de estudio a armar un escándalo.

Cuando puse al día a mi mamá, con Jack subimos hasta mi habitación, y el se lanzó al colchón golpeándose en la cabeza. Por quinta octava vez.

—Siempre me pasa lo mismo. —se quejó.

—Idiota. —reí y saque mi celular para cargarlo.

—¿Entonces? ¿Como te fue en Europa? —preguntó luego de que encendiera la televisión y lo dejara en el programa de música.

—Bien, es todo tan bonito Jack, prometo que cuando tenga dinero, viajáremos allá —golpee su hombro—. La gente, la cultura, todo es increíble. —suspire.

—¿Y Bill? ¿Siguen juntos? —frunci el ceño.

—Si, digo, estamos teniendo algunos problemas como todas las parejas pero estamos bien, supongo, ninguno ha dicho "tenemos que hablar", así que supongo que es un buen indicio. —me encogí de hombros.

—Si, supongo...

—¿Por que? ¿Estás celoso? —bromee. Jamas vería a Jack de esa manera, es más mi amigo gay que otra cosa, lo conozco desde que tenía seis años, conozco todas sus cosas asquerosas. Cuando digo todas, es TODAS. Además, el ya tenía su corazón ocupado.— ¿Como vas con Isabelle? —pregunte y él inmediatamente se sonrojo.

—Esta semana fuimos al cine y nos besamos. —sonrió.— Ella es increíble Zoe, creo que jamás me había sentido así por alguien.

—Eres tan tierno. —apreté sus mejillas.

—Ya. —sacó mis manos de su cara. Fui donde se encontraba mi celular y lo encendí ya que estaba con un poco más de carga.— Zoe, creo que es mejor que apagues tu celular. —lo vi mover su pierna derecha de arriba hacia abajo nervioso.

—¿Por qué? Quiero ver si Bill me envió algún mensaje. —dije, tecleando mi  contraseña.

—Es una falta de respeto que lo uses estado conmigo. —habló como mi abuela.

Pumba | bill kaulitz. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora