No podía hacer esto.
Mile y Apo vivían en un condominio de lujo en el distrito Pearl. El lugar era muy extenso, ocupando la mitad de la última planta de un edificio antiguo de
ladrillo color marrón. Debe haber sido surrealista para Apo, pasar de nuestro diminuto edificio, con corrientes de aire, de pared delgada a este tipo de esplendor.Debe haber sido impresionante. El viejo edificio de apartamentos se asentaba en el borde de la ciudad, cerca de la universidad, pero Mile y Apo vivían justo en el punto central del muy bonito y caro distrito Pearl.
Felizmente, Apo parecía encantado de verme. Un momento potencialmente incómodo anulado. El esposo de Apo, la estrella de rock, alzó la barbilla en señal de saludo mientras hice lo posible por no mirarlo fijamente.
Moría por pedirle que me firmara algo. Mi frente serviría.
"Sírvete algo de la cocina. Hay un montón de bebidas y las pizzas deben estar aquí pronto".
"Gracias".
Cuando Mile y Apo empezaron a succionarse la cara, lo tomé como señal para ir a explorar.
Tomé una cerveza de la cocina (Tecnología de punta y más allá de elegante) y me enfrenté a la gran sala de estar con renovada determinación. Totalmente podría hacer esto. La socialización y yo estábamos a punto de ser mejores amigos.
Una docena de parejas se encontraban esparcidas por el lugar. Una enorme pantalla plana emitía el juego y Pong se sentó en el centro en frente de ella, embelesado. Vi algunas caras entre la multitud que reconocí; la mayoría pertenecían a gente a la que nunca me atrevería a aproximarme.
Tomé un sorbo de cerveza para humedecer mi garganta reseca. El ser el único sin pareja en una fiesta es una especie única de tortura. Teniendo en cuenta los acontecimientos de hoy, me faltaba el coraje de iniciar una conversación. Con mi talento para escoger en quien confiar, probablemente le preguntaría al único asesino en serie de la habitación por su autógrafo.
Tong gesticuló para que me
uniera a su derecha cuando mi celular empezó a vibrar en el bolsillo trasero de mis pantalones. Mi nalga vibró, estremeciéndome.Hice señas a Tong y saqué mi celular, caminando rápidamente hacia el balcón para escapar del ruido y lacharla. El nombre de Blue apareció en la pantalla
mientras cerraba las puertas del balcón."Hola" dije, sonriendo.
"Mi cita me canceló".
"Es una lástima".
"¿Qué estás haciendo?".
El viento azotaba mi cabello, haciéndome temblar. Me acurruque más profundamente en mi chaqueta de lana azul.
"Estoy en una fiesta. Vas a
tener que entretenerte tú solo.
Lo siento"."¿Una fiesta? ¿Qué fiesta?" preguntó, el interés en su voz subiendo de nivel.
"Una a la que no fui exactamente invitado, así que no puedo invitarte".
Me acerqué a la barandilla. Autos se apresuraban por la calle de abajo. El distrito Pearl era la meca de bares, cafeterías y genialidad en general. Un montón de gente se encontraba afuera desafiando al tiempo. A mi alrededor, las luces de la ciudad disolvieron la oscuridad y el viento aulló. Era encantador en una especie de voluble, crisis existencial.
No importaba el clima, amaba Portland.
Era tan diferente a la casa en el sur de California, algo que me gustaba muchísimo. Aquí las casas se encontraban construidas para la nieve y el hielo en vez del sol. La cultura era más rara, más indulgente. O tal vez sólo tenía problemas para recordar algo bueno con respecto a mi ciudad natal. Escapé. Eso era todo lo que importaba.