AMANDA......

9 1 0
                                    

CAPITULO OCHO

Salí del trabajo y me dirijo a una joyería que me recomendó Ana, al sur de Rio que ella conoce mejor, me dio la dirección y me dijo que llamaría al dueño ya que son muy amigos de sus padres para que me atendieran al llegar; miro el cielo con esta tarde están fresca y como es la salida de los trabajadores decido caminar, Ana se había ofrecido acompañarme pero le di las gracias ya que con llamar al dueño ya me había salvado el día, no insistió pues tenía planes de ir a una discoteca con las demás chicas de la empresa que ya me habían invitado pero  le dije que no.

<<Quiero arreglar primero mi cadena>>

Me siento insegura sin ella puesta ya que no es tanta las veces que mi abuela me dejó quitármela a tal grado que ahora siento como si algo me faltara y hasta un miedo irracional de que algo me fuera a pasar si no vuelvo a utilizarla, no sé si es tonto pero así me siento; si no fuera porque hay mucha gente en las calles con dirección de ir al trabajo y otras a sus hogares no estaría caminando a ninguna parte y me hubiera ido al lugar donde vivo.

suspiro pensativa mientras llevo 20 minutos caminando y gracias a que había peguntado a un transeúnte supe que cruzando la avenida pepe de Luis a dos cuadras estaba la joyería  H.estern.

<<Es un alivio que este cerca>>

Me atendió un señor de unos 60 años y me dijo que se llamaba Horacio que ya Ana le había llamado pidiendo que me atendiera de suma urgencia que lo mío era de vida o muerte a lo cual el señor mostró una pequeña risa mientras me hacía pasar a un saloncito donde supongo es su taller.

sonreía amable mientras me decía que me dejaba pasar solo porque venía recomendada de su queridísima Ana y como a este hombre se le notada el afecto como si fuera una nieta para él y ella también lo consideraba como tal entonces me atendió rápidamente y también porque noto yo estaba reacia a separarme de mi cadena y al ver mi cara de “este es mi corazón y no me puedo separar de él porque muero” entramos a su taller.


<< ¡Que espacio más agradable!>>


Era una habitación un tanto pequeña pero bien organizada e iluminada me pidió darle la cadena que yo mantenía apretada dentro de mi mano cerca de mi pecho y me ofreció sentarme cerca al ver que está un poco intranquila, el cuidado que le estaba dando el hombre me otorgo una risilla tranquilizadora pues le veo colocarla en un paño especial para colocar prendas y se dispuso a revisarla.

suspiro anonadada cuando el hombre me da detalles del que está elaborada en platino, uno de los materiales más escasos de Rusia y que era de donde procedía dicho material, el hombre se veía sorprendido porque en sus años de trabajo jamás había visto una piedra como la que tenía y que no podía distinguir que tipo de piedra estaba hecho mi collar por la posición que ocupaba en él, sonreí cuando le dije que pareciera que fuera un corazón palpitante.

<<Se ve casi mágico>>

Pues la joya era una cadena de aproximadamente  60 cm de largo con tres hilos enlazados entre sí, con el dije de media luna más una cabeza y el dorso de un lobo mirando hacia arriba y la gema justo en su pecho como semejanza de un corazón, sin dudas es hermosa y aunque la joya era sencilla a simple vista, pasaría desapercibida para una persona no especializada, claramente este no es el caso para el joyero que reconoció el estilo de la prenda y quien posiblemente fue su creador.


<<Sin dudas es un hombre de talento>>


-Jovencita….-Susurro el hombre - Anita menciono que querías arreglar la joya lo antes posible

-Sí señor –Contesto ansiosa al ver pensativo al hombre

-Hijita la prenda esta desgastada en el broche y este material me toca pedirlo a la sucursal de la joyería de donde creo esta prenda, yo te recomiendo que la vendas, yo puedo hacerte un avaluó, porque el material es realmente costoso.-Sentencio don Horacio rascándose la nuca y mirando a Amanda que tenía los ojos un poco acuosos.


-No puedo venderla don Horacio vera….este es mi amuleto; tengo un problema con mi salud y mi abuela lo mando hacer para mí y lo tengo desde los 10 años que fue la última decaída de mi salud  y desde entonces nunca me lo había quitado…hasta ahora.-sollozo un tanto asustada


Seguimos hablado sobre el futuro de mi preciado collar y me di cuenta que también  creía en amuletos y sanaciones bajo el poder de personas privilegiadas con ese don.

las cartas del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora