Capítulo 11

127 19 26
                                    

*Angel POV* 

"Queridos papá y mamá, 

¿Cómo estáis?
La verdad, no sé por qué pregunto, si sé que no tendré respuesta, pero me alivia preguntároslo aunque sea solo una vez. Supongo que debe de ser raro que no tengamos esas cenas los viernes o simplemente ir al cine los tres juntos y escuchar las críticas de cine de ti papá. 

Creo que no me hace falta decir dónde estoy ahora tras mi última carta. Sé que ha pasado tiempo desde la última vez que os la envié, pero tampoco voy a escribiros todo el tiempo ¿Verdad? 

Estando en Italia, me he puesto a pensar en cómo es que nunca hemos venido aquí de vacaciones, siempre íbamos a California para ver a los abuelos en reuniones familiares. Pero ahora, estando aquí, deseo algún día que viajemos juntos a este país tan hermoso. 

Me preguntaba si podía escribir su nombre o no mientras escribía esta carta, pero... Seguro que ya sabéis con quién me he ido ¿Verdad? Papá, tú hablaste con él el día que me desmayé en el trabajo, cuando me llevaste al hospital.
El chico que tanto os preocupaba de que me metiera en líos con la policía. Pues es ese. Jake. 

Me encanta decir su nombre por carta. Jake. Me hace pensar que es importante en este mundo. Y quiero que se sienta así. 

Le he enseñado a relajarse un poco, caminando por las calles en la noche. A veces nos llevamos a Jack en las noches que no pueden dormir, dejando que el paseo le haga agotarse.
Mientras que cuando lo hacemos nosotros solos, todo es mágico. No voy a entrar en detalles, pero me siento tan completa con él que no necesito nada más en este mundo. 

Poco a poco, comienzo a tolerar a Jack y el cómo nos llama. Es un niño muy listo, mamá, estarías orgullosa como profesora.
Aún no le he dicho a Jake que le empiezo a querer como si fuera parte de mí familia. Si es como un hijo o no, aún no puedo interpretarlo de esa forma. 

Creo que estoy alargando demasiado esta carta, os deseo lo mejor.
Seguir esperando a mí próxima carta. 

Os quiere vuestra hija." 

Echo la carta en el buzón. Esta vez he añadido un poco más de detalles, como decir el nombre de Jake. No quiero esconderle. Y confío en ellos. Sé que jamás me delatarían, porque soy la persona que más quieren ¿Verdad? Y siempre han estado de mi lado, protegiéndome. 

Paso por al lado de una tienda de helados y aprieto los dientes con ganas de uno. Tendría que haberme traído a Jack para tener una excusa de comprar uno, me sentiría mal si comprase uno solo para mí.
Es entonces que empiezo a escuchar unas suaves notas de piano. Reconozco esa melodía Era como aquel cuento, 'El Flautista de Hamelin', la melodía me tenía hipnotizada. Sigo el sonido de la música hasta un restaurante.
Me quedo mirando al chico tocar. Lo reconozco.
Andrew Lorenz.
Me cruzo de brazos escuchándole tocar el piano. Odio que sepa tocar el instrumento que me gusta.
Termina de tocar y levanta la vista, sonriéndome.
   —Vaya, si es la señorita 'Tenemos prisa' —me dice con una sonrisa, apoyándose en el piano.
   —¿Acaso me ha seguido hasta aquí? —pregunto acercándome a él.
   —Puedo asegurarte que nuestro encuentro no es más que una pura coincidencia —me escanea con sus ojos azules, como si estuviera buscando algo— ¿Y tu hijo?
   —En clase —contesto seria—. A lo mejor debería preocuparme porque me hayas preguntado por él.
    Suelta una risa y se pone a tocar un par de notas más.
   —No te preocupes, él no me interesa en lo más absoluto —me lanza una mirada rápida, con una sonrisa pícara.
    Intento averiguar qué es lo que oculta. No es casualidad encontrarme con él aquí.
   —¿Te ha gustado mi pieza musical? —me pregunta, dejando de tocar de nuevo el piano.
   —No es tuya —le respondo molesta—. Conozco esa melodía, sigo al hombre que la compuso en YouTube.
   —Vaya, y yo pensando que mi truco para ligar funcionaría —Pongo los ojos en blanco escuchándole hablar—, entonces, ¿Tocas el piano?
    Paso mi mano por el instrumento. Parece que lo cuidan bien.
   —Digamos que el talento musical pasó de largo conmigo —contesto de manera sincera. Quiero poder parecer amigable para saber qué es lo que oculta—, pero me gusta cómo suena.
   —Yo puedo enseñarte —se mueve un poco, dejándome un hueco en el banco—, pero todavía no sé tu nombre.
    Suspiro fingiendo ponerme coqueta, colocando mi cabello detrás de mí oreja, para usar mi mirada a modo inocente.
   —Angel Becker —contesto, extendiendo mi mano a modo de saludo.
   —Angel —repite, aceptando mi mano. La analizo, no parece una mano de pianista y su saludo es fuerte. Firme. No se dedica a tocar el piano, de eso lo tengo claro—, curioso nombre no es muy común por Europa.
   —Me lo pusieron mis abuelos —y es cierto, mi verdadero nombre fue por votación y su elección ganó—, pensaron que Angel era el más indicado para mí.
    Se echa a un lado en el banco, invitándome a sentarme.
Me siento pero me mantengo a distancia, tampoco debo darle ilusiones en el caso de que me equivoque con él.
   —¿No te fías de mí? —me pregunta con un toque de humor en su tono de voz— No voy a hacerte nada.
   —No estoy muy segura —respondo con una sonrisa—, como he dicho, me has seguido —vuelvo a insistir, esperando que si se pone nervioso, quizás se me escape la verdad.
   —Si te hubiera seguido ¿Por qué habría esperado tanto tiempo en acercarme a ti?
    Bueno, en esto tiene un buen punto.
Comienza a tocar el piano. De nuevo, una de las melodías que conozco.
Le veo que está concentrado en las notas y yo me quedo mirándolo.
   —¿No se molestarán que acaparen el piano? —pregunto por pura curiosidad.
   —¿Por qué iban a echar a su empleado? —me hace una contra pregunta, con una risa pequeña— ¿Y puedo preguntar si existe un señor Becker?
    Me muerdo el interior de la mejilla algo nerviosa. Si digo que sí, querrá saber de él y quizás eso peligre a Jake. Si digo que no, quizás insista en querer algo conmigo —si es que no se trata de un agente del FBI—. Aunque también puede ser una ventaja si puedo analizarlo sin que piense que estoy con alguien, cuanto más abierto sea conmigo, mejor.
   —No, soy madre soltera —digo finalmente, intentando sonar triste—, salió huyendo cuando se enteró que iba a tener un bebé.
   —Menudo idiota entonces.
    Asiento con un sonido de asentimiento. Bueno, no estoy hablando de Jake, así que no me siento culpable.
   —Pues si quieres venir con tu hijo alguna vez al restaurante, que sepas que estáis invitados a comer aquí —me mira con esa sonrisa encantadora—, tengo descuento de empleado y si les mentimos, podremos tener descuento de familia los viernes.
    Me pongo tensa cuando dice eso. Es como si lo supiera.
   <<Vamos Macie, no dejes que esas palabras te desconcentre. No pienses que él lo sabe.>>
   —Me lo pensaré —me levanto del pequeño banco y le tiendo la mano—. Un placer conocerte, Andrew Lorenz, pero ya tengo que irme.
   —El placer es mío, Angel Becker —acepta mi mano, pero besa el dorso—. Espero volver a verte.
    Sonrío y me empiezo a alejar de él, con una extraña sensación.
No debo dejar que su actitud me confunda. 

Contigo hasta el fin del mundo / DuskwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora