Capítulo 13

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*Angel POV*

Mantengo en mi mente que es como jugar a un juego de niños el fingir que voy a flirtear con Andrew.
Solo que ni él me interesa y que tampoco sé cómo se juega. De niña nunca he jugado a algo normal, manchaba de pintura roja a los muñecos que me regalaban y hacía como si investigara quién fue el asesino.
No le hacía muy feliz a mi madre limpiarlo luego, pero mi padre se reía al verme.

Llevo ropa que suelo llegar cuando estamos en casa, más de mi estilo. Me traje solo dos prendas para cuando estuviera con Jake y no en la calle, supongo que quería impresionarle. Aunque poco duraba puesta cuando éramos solo los dos...
Vale, tengo que centrarme, se supone que voy a hablar con otro hombre, no debo pronunciar el nombre de mi novio porque eso es muy raro y a la vez sospechoso.
   <<Solo trata de mantenerte centrada y no te enfades, recuerda: No metas tus sentimientos en el caso, por mucho que cueste. Recuerda ese consejo.>>
Esta vez he venido sola al restaurante y al atardecer. Quizás si ve un ambiente más romántico, puede que consiga hacerle hablar un poco más hasta llegar a despistarle.

Me quedo esperando fuera del restaurante, le he visto por la ventana tocando el piano. La melodía era otra de mis favoritas ¿Acaso conoce mi playlist? Escuchar esas melodías me hacen sentir nostalgia a mi hogar.
Cierro los ojos y al escuchar la siguiente canción, tan solo me viene Jake a la cabeza esta vez. Una melodía con la que le asocié. Sonrío dejando mi mente en trance. Simplemente amo escuchar esa melodía.
Termina y abro los ojos. Desearía que no se hubiera terminado jamás.
Andrew sale del restaurante y al verme me sonríe. Me acomodo mejor en el banco y pongo una sonrisa en mi cara. Hay que ser encantadora e irresistible.
   —Vaya —silva al verme mientras se acerca—, hoy pareces distinta.
   — ¿Tienes algún problema con mi vestuario? —pregunto con una pequeña risa.
   —Normalmente te he visto siempre llevando la aburrida sudadera negra —me levanto del banco y me mira de arriba abajo—. Este me gusta más.
   <<Ugh ¿Podría dejar de babear?>>
   —Señor Lorenz, mis ojos están en mi cara —Le digo en tono juguetón.
   —Disculpa, eres difícil de no admirar —me coge la mano y la besa—. Pero voy a empezar a pensar que quien de verdad acosa aquí eres tú, señorita Becker.
    Más quisiera este tío que yo le persiguiera como una loca.
   —Quizás me intereses —le sonrío y empiezo a caminar, mirándolo para que me siga.

Paseamos manteniendo un pequeño espacio entre nosotros, así puedo observarle mejor. Está bastante tranquilo, pero mantiene una mano en el bolsillo. Quizás está su móvil, preparado para cualquier cosa.
   — ¿Cómo está tu hijo? —me pregunta con amabilidad.
   —Está bien, una vecina lo está cuidando.
   —Y mientras tanto, tú estás ligando con un completo desconocido, abandonando a tu hijo.
   —Soy mala madre, detenme —le reto con una risa.
    Se ríe también, agachando la cabeza con timidez.
Bien, le tengo en donde quería, ahora debo de intentar conseguir su número de teléfono.
   —Andrew, he estado pensando —miro con timidez, espero que esto funcione—, que como eras profesor de piano, pensaba que podía tener tu número en caso de que quiera que le des clases a Jack.
    Veo por sus ojos cómo se pone nervioso cuando le he nombrado las clases. Es fácil de ocultarlo para el resto, pero no para mí.
   — ¿No es más fácil que me pidas el número directamente? —se aproxima a mí, colocando su mano en mi cintura. Se me revuelve el estómago al escucharle hablar en susurro ¿Y si me lo da y se deja de hacer estas cosas?— Y tú me das el tuyo.
   —Oye, solo estoy hablando de negocios —le separo con un pequeño empujón, queriendo mantenerle a distancia ahora—, la que está interesada en las clases soy yo, no debo darte mi número.
   —Cierto, pero ya que te doy mi número y nos llevamos bien, podrías dármelo para quedar.
    ¿Quiere mi número? Vale, le daré mi número.
Intercambiamos números de teléfono, solo que yo le doy el de mi jefe. 

Contigo hasta el fin del mundo / DuskwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora