Capítulo 7

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*Angel POV*

Comienzo por marearme nada más ver la sangre de sus caras. Me tambaleo en el sitio, por suerte Jake logra sujetarme a tiempo.
   —Cuidado —me dice con voz tranquila—. No te preocupes, no estamos heridos.
   —¡¿Qué no estáis- —inspiro profundamente y pasan dentro del estudio— ¡Jake! ¡Tienes una herida en el labio! ¿Qué ha pasado? ¿Quién es ese niño?
    Miro al pequeño que está en los brazos de Jake, abrazándole con fuerza. Me preocupo al ver al niño en ese estado, con unos ojos llenos de terror.
   —¿Puedes ir a comprar ropa para Jack? —parpadeo ante la pregunta de Jake— Voy a lavarle la cara y el cabello.
   —Tienes suerte que ahora está empezando a amainar la lluvia —le digo, un poco molesta—, pero en cuanto regrese me vas a tener que explicar qué ha sucedido —evito mirarle demasiado.
   —Te prometo contarlo —me acaricia la mejilla con cariño, lo que hace que le mire—, por favor, no tardes.
   —¿Qué edad tiene? —pregunto para saber qué ropa comprarle.
   —Debe de tener como mucho seis años —Jake examina al niño y luego me mira—, no me lo ha dicho y no creo que hable por lo que ha ocurrido, no se le ve demasiado bien.
    Suspiro y asiento, yendo a por mí mochila, sacando el dinero que tenía para comprar. Ahora mismo, lo importante es el niño.

Mientras compro la ropa, intento que la imagen de ellos dos con sangre no me afecte demasiado. O al menos lo intento. Cierro los ojos con fuerza, intentando borrar esa imagen de mi mente ¿Qué es lo que ha podido pasar? Intento calmarme, buscando ropa y zapatos cómodos para él.
   —¿Pero qué estoy haciendo? —me pregunto a mí misma— No es mi hijo, con algo normal es suficiente —suspiro y compro al final lo primero que encuentro para un niño de su edad.
    ¿Eso era lo que estaba haciendo? ¿Cuidar de un niño y meterse en problemas? Espero que tenga una buena explicación.
Decido también ir a la farmacia para comprar agua oxigenada y algodón para limpiar el labio de Jake. Me he preocupado al verle herido, espero que no tenga más heridas, no me lo perdonaría si todo hubiera sido por mi culpa.

Regreso al estudio y escucho a Jake hablando con el niño, sentado en la mesa.
Tiene ahora la cara limpia y el cabello mojado,
   —¿Cómo está? —le pregunto, dejando las bolsas en la mesa.
   —Todavía asustado —me contesta mirando las bolsas. Abre la bolsa de la farmacia y me mira— ¿Es para mí?
   —¿Acaso pensabas que te dejaría herido? —comienzo a sacar el agua oxigenada y el algodón, para comenzar a curarle— ¿Por qué no vas a vestirte mientras yo le curo? —le digo al niño, haciendo un gesto con la cabeza para que vaya al baño.
   —Tiene seis años, ángel —me responde Jake.
   —¿Y? Yo con seis años aprendía a entender los archivos de investigación de mi padre.
    Suelta una risa, pero luego se queja mientras le curo.
   —¿Puedes contarme qué ha sucedido?
   —Leonardo me pidió que ayudase a su hermano con un asunto porque el tío al que le compraba la droga se llevó al niño hasta que le devolviera el dinero que le debía.
    Miro al pequeño y luego a Jake, sorprendida de lo que acabo de oír ¿Cómo podía existir alguien así?
   —Pobre —susurro, tragando saliva con fuerza— ¿Y por qué estás con él teniendo a su hermano? ¿Te ha pedido que lo cuidases?
    Jake me aleja del niño para evitar que le oiga.
   —Se ha puesto hasta arriba de cocaína tras matar al que se la vendía —murmura, inclinándose un poco hacia mí—, no es buena idea que vuelva con él sabiendo que morirá en poco tiempo.
   —Vale, déjame un momento asimilarlo —levanto la mano para detener la conversación.
    Miro al niño, pensando en lo que ha tenido que pasar.
Me mira con ojos grandes y asustados. De momento no ha sido una molestia, ha sido bastante tranquilo.
   —¿Y qué hacemos con él? —pregunto preocupada.
   —Se lo llevaremos a Leonardo, él se encargará de él, seguro que encontrará una buena familia para él.
    Asiento con una sonrisa pequeña. No sólo es un hacker y un novio estupendo, sino también una gran persona.
Le acaricio la cara, poniéndome de puntillas y tirándole un poco hacia mí. Jake se inclina sonriendo, dejando que le dé un beso en la frente.
   —Eres un buen hombre Jake —le rodeo con mis brazos en su cuello, aproximándome más a él—, siempre piensas por el bien de los demás.
   —¿Acaso dudabas de mí? —me acaricia las mejillas con cuidado.
    Miramos luego al pequeño, que aún no ha dicho nada. Debe de estar en shock por lo que ha pasado.
   —Será mejor que le cambiemos de ropa, no puede ir con manchas de sangre —me dice Jake y asiento, separándome de él.
    Me acerco al niño y empiezo a ponerme nerviosa.
No tengo problemas en cuidar un bebé desde que he tenido al bebé de Lian en brazos ¿Pero niños? No soy muy dan bien, es más, no soy lo que se dice maternal.
Levanto la mano y la agito, a modo de saludo.
   —Hola Jack, mi nombre es Angel —me presento con mi nombre falso, no quiero que sepa mi nombre real—. Vamos a cambiarte de ropa ¿De acuerdo?
    Saco la ropa de la bolsa y cuando voy a ayudarle a quitarle el pijama, se aparta.
   —No te haré daño —le sonrío con dulzura, para que confíe en mí.
   Mira a Jake por encima de mi hombro, como si le estuviera preguntando si soy de fiar.
   —Puedes confiar en ella, Jack, es una buena mujer —le miro y veo que me mira orgulloso.
    Le sonrío y vuelvo a mirar a Jack, que logro ver que ha dejado de tenerme miedo.
Inspiro profundamente, intentando ser lo más amable posible con él. 

Contigo hasta el fin del mundo / DuskwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora