Insignificante

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Seguía triste, la idea de que estaba perdiendo a la sombra, le dolía, era como si te apuñalaran cada vez que soltaba una palabra. Deseaba sus abrazos, sus besos, sus toques, quería ser el suertudo pato. Necesitaba sentirlo de cualquier manera aunque sea un segundo, estar en su lugar y poder al menos disfrutarlo un momento.

Sonó su teléfono, quería atender pero tenía miedo. ¿Y si era ese intimidante caballero? ¿Realmente podía confiar?
Pero finalmente decidió contestar.

S-¿Hola?...- Contesto al número desconocido, tenía la sospecha de que era el caballero.

Tenía miedo, iría con la sombra que tanto amaba...estarían solos, nadie más solo el profundo silencio y los pasos amortiguados que darían. ¿Le diría algo? ¿Seguía enojado? ¿Qué respondería ante sus preguntas? Podía responder pero hacerlo sería perderlo todo. A él a sus amigos, la compañía. Necesitaba estar con ellos, podría fingir ser fuerte y capaz, no sería el oso que llora todas las noches, el adicto, ni el imbécil que no sabe solucionar sus problemas y el débil que con cada insulto se desploma.
Se sentía fuerte...en una familia, aunque no lo demostraba quería que estuviesen bien aunque el con cada segundo se mataba.

F-Hola, ¿estás listo?- Pregunto frío.

Estaba en volumen alto todos escucharon. Una voz fría, ronca y con acento argentino y aún así de no conocerlo el ambiente se había tensado de escuchar esas voz.

La sombra escucho y miro atento al oso negro. Estaba enojado pero intrigado ¿Cómo el oso sabía eso? ¿Quién se lo dijo?
Seguía enojado, ahora ¿Qué ocultaba? ¿Los pondría en peligro? ¿A él...a su querido pato?
Como sea, lo iba a descubrir. Primero iba a hablar agresivamente con él, segundo, ¿Qué hacía fuera del team? ¿Contaba sus secretos? ¿Y si esto era una trampa?

Quackity estaba sorprendentemente feliz, quería al mendigo oso fuera de su camino y lo lograría cueste lo que cueste. Sospechaba que el oso fantaseaba con su sombra. Iba a apartarlo, inculparlo, lastimarlo... él solo quería destruirlo.

Rubius seguía asustado, no quería que su amigo desconfiara de él. No quería que supiera las cosas que hablaban detrás de él. No le importaba hablar mal de él, mientras no escuchará podría chismear y divertirse hablando mierda de él. Pero aún así le temía, confiaba en él, pero saber cuál era el punto débil era algo que facinaba tocar. Tocar su punto débil era hablar mal de él, el oso pardo sabía que lo lastimaba y que no haría nada para impedirlo. Estaba mal pero sentía que jugaba con un ser débil aunque realmente así no fuera.

Missa no entendía nada de lo que pasaba, no sabía porque el ambiente estaba tan tenso ni como Spreen sabía eso, estaba atónito.

Volvemos al oso y al escucharlo supo quien era, bajo el volumen para solo el escuchar el mensaje.

S-Hola, no, no lo estoy recién llego- Apenas termino de hablar entendió que el tiempo se les acababa, entonces inmediatamente ordenó.

S-Rubius prepará las cosas de Shadou y yo-

F-En una hora aproximadamente tenés que estar allá, apenas llegues el tendría que salir de su casa. Tenés que entrar por el jardín, tené cuidado con los perros, tendrás que dormirlos y entrar por la ventana de la cocina que da al jardín, es la única que está abierta en esa hora- Explico de forma simple y cortó repentinamente.

Dolor AseguradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora